Opinión

Debate presidencial: entre mentiras y descalificaciones

Lo prometido es deuda, don Mario, y aquí va mi comentario sobre el debate presidencial de hace dos días.

Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum en el debate presidencial

Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum en el debate presidencial

Cuartoscuro

Permítame empezar con un desacierto de los tres candidatos: asumen que todos los ciudadanos saben qué es el “nearshoring” o relocalización de empresas. Las propuestas económicas y de infraestructura presentadas están muy relacionadas con esta gran oportunidad para México y no creo que haya quedado claro.

La segunda falla ocurrió cuando Alejandro Cacho, uno de los conductores, les preguntó si tenían algo más que decir sobre una pregunta de la ciudadanía y los tres respondieron negativamente. Supongo que estaban apanicados de “gastar” su tiempo, pero un candidato siempre debe tener algo más qué decir.

Respecto de quién ganó el debate, coincido con la mayoría de los analistas en que fue Xóchitl Gálvez (Fuerza y Corazón por México), quien además de mostrarse dueña de sí misma, dejó muda en dos ocasiones a Claudia Sheinbaum (Sigamos haciendo historia). Me extrañó la reacción de la morenista, pues desde el inicio del evento advirtió al auditorio que sería un debate de calumnias y esto hacía suponer que venía preparada a resistir.

Revisando mis notas tomadas al vuelo, mi balance es que CS cayó en la descripción de un país que por lo menos yo no veo y los datos oficiales tampoco. No sé si lo hizo para reinvidicarse con el inquilino de Palacio Nacional, quien se mostró muy molesto después del primer debate porque doña Claudia no defendió los logros (¿?) de la 4T.

CS se soltó con un montón de cifras, cual informe presidencial. Pero lo que francamente me molesta es que se manipule la verdad; para mí es abusar de que la ciudadanía difícilmente tiene todas las referencias como para decantar lo verídico de lo falaz. Le doy unos ejemplos de lo expuesto por doña Claudia:

  • “México creció a 3.1 por ciento, mucho más que el 2.1 de la era neoliberal”. Ese crecimiento favorable corresponde sólo a 2023 y, por tanto, no es comparable con el promedio de las pasadas administraciones (2.1). Antes de la pandemia, el crecimiento logrado por la 4T fue 0.1 por ciento, o sea, nada. El sexenio terminará con un promedio de 1.0 por ciento.

  • “El AIFA está lleno”. El tráfico aéreo que tiene es de carga porque obligaron a las empresas y ese no era el obejtivo del aeropuerto.

  • 5.1 millones de personas salieron de la pobreza. Es cierto, como también que la pobreza extrema creció en medio millón.

  • “No ha aumentado la deuda”. La 4T recibió el país con una deuda 7.9 billones de pesos; hasta 2023, la deuda llegó a 14.8 billones según datos de Hacienda (25/02/2024).

El espacio no me alcanza para abordar otros datos falaces que dio CS, así que paso a tres asuntos que valoro como graves en la morenista. 1) No reconoció que la extorsión del crimen organizado en toda la cadena de producción, distribución y venta de alimentos genera inflación. 2) No aclaró la dudosa forma en que adquirió la casa de Coyoacán y la foto de su ex esposo recibiendo dinero; una buena parte del electorado tiene menos de 25 años. 3) La caída de la Línea 12 cuando hay un spot con Carlos Slim declarando que obedeció a la falta de mantenimiento.

En su forma de manejar el discurso, Sheinbaum se vio menos soberbia, pero todavía sobrada y lamento que que la única emoción que trasluce sea el enojo.

Gálvez también tuvo sus fallas, don Mario.

Me sorprendió su propuesta de condonar los impuestos a quienes ganen menos de 15 mil pesos. No soy economista, pero dudo mucho que las finanzas públicas lo resistan, cuando tenemos a medio México sin pagar contribuciones. De medidas populistas, muchos estamos hartos.

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La propuesta de convertir el Lago de Texcoco en un gran receptor de agua para combatir la escasez, tampoco creo que sea viable porque su suelo es salitroso.

En esto de colgar etiquetas al adversario para reducirlo, creo que XG fue más eficiente con el dicho de “la candidata de las mentiras” y luego la de “narcocandidata”. Gálvez se defendió bien de la etiqueta de “corrupta”, pues dio explicaciones respecto de los contratos de su empresa.

En los debates que he visto, tanto los presidenciales como los de la CDMX, lamento que los ataques no nos dejaron ver las propuestas. Me hago cargo que las arremetidas no pueden faltar, pero preferiría que dominara en la dinámica un duelo de inteligencias y que las descalificaciones fueran más hacia las ofertas y con argumentos.

Y me temo, don Mario, que las denigraciones van a subir mucho de tono en el tercer debate. Uno de los temas es seguridad y ya está circulando el libro “AMLO y el Cártel del Sinaloa”, de Anabel Hernández.

Veremos…

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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