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A Kenny Pickett le tocó bailar con la más fea

No pocas fueron las veces que Kenny Pickett, el novato quarterback de los Acereros de Pittsburgh, regresó a la banca con la cabeza baja y la mirada hacia el piso después de no lograr mover a su ofensiva, y no era para menos, en su debut como abridor le tocó bailar con la más fea, ni más ni menos que contra la ruda y física defensiva de los Bills de Buffalo.

Mitch Trubisky y Kenny Pickett

Mitch Trubisky y Kenny Pickett

Quizá el mismo Pickett sabía cuál sería el posible resultado, pero por obvias razones no lo diría, después de todo en la semana había sido nombrado como el abridor para el juego del domingo.

Y es que cualquiera se pregunta, ¿qué pasó por la cabeza la coach Mike Tomlin para exponer de esa manera a un chico de 23 años en su primera apertura como titular ante uno de los tres mejores equipos de la NFL? ¿De verdad creyó que el novato podría ser la diferencia?

Es verdad que la ofensiva de los Acereros no había caminado como se esperaba con Mitch Trubisky en los controles, pero la realidad es que un jugador con seis años de experiencia habría sido una mejor opción y teniendo en cuenta, además, que Trubisky jugo para para los Bills en el 2021 y seguramente algo habrá visto en la defensiva de Buffalo a nivel interno que podría ayudar a la hora de enfrentarlos.

El caso es que Tomlin no le tuvo la confianza necesaria y decidió apostar por un novato que, quizá al haberlo puesto en tal situación tan desventajosa, podría ser contraria al objetivo de que vaya tomando confianza.

CARRUSEL DE INDECISIÓN

Ahora, el problema será el carrusel de indecisión y desconfianza que el coach podría crear no sólo en sus mariscales de campo, sino en toda su unidad ofensiva.

Hace una semana fue el mismo Ben Roethlisberger, ex pasador de los Acereros, quien cuestionó el ingreso de Pickett a la mitad del encuentro de la semana 4, al señalar que quizá fue prematuro para ambas partes (equipo y jugador), pues desde su punto de vista, no es que Trubisky estuviera jugando tan mal, sino que la causa podría ser que el ataque terrestre no ha funcionado como se esperaba, y es sabido que sin carreras no se abre el campo para mandar pases, a menos que se tenga a un fenómeno en la posición de mariscal como Pat Mahomes o Josh Allen, quienes de cierta manera pueden arreglárselas sin grandes corredores.

Un detalle que delata lo anterior con Pittsburgh es que Najee Harris, su mejor acarreador, apenas sumó 20 yardas con un pobre promedio de 1.8 yardas por cada ocasión que llevó el balón.

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Por esa razón y como comentamos líneas arriba, Tomlin, sin querer se ha metido en un problema pues corre el riesgo de estar cambiando a cada momento a sus pasadores sin dar una continuidad y menos una certeza.

Y a pesar de que Roethlisberger aceptó que cuando hay un cambio en la posición de quarterback existe un cambio de ritmo y se enciende la chispa, tal y como sucedió con Pickett hace una semana ante los Jets (encuentro que por cierto ganó Nueva York) no siempre es la mejor manera de soltar así las riendas a un jugador recién llegado del futbol colegial.

Seguramente, por la mente de Tomlin estará la pregunta sobre si continuar con Pickett o regresar a Trubisky; de ir con el novato sabrá de antemano que está entregando la temporada muy temprano, de lo contrario será un movimiento en que indirectamente reconocerá que se equivocó al apresurarse en colocar al novato como su pasador titular.

El siguiente rival de los Acereros ciertamente no permite hacer experimentos nuevamente, pues enfrentan a los Bucaneros de Tampa Bay, pero Tomlin, y sólo él, sabrá que es lo más adecuado para su equipo, que de paso sea dicho ya está en el sótano de la División Norte y de la Conferencia Americana con marca de 1-4.