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6 mil mdd de robos de piezas arqueológicas; se recupera 1 de cada 10

La sustracción y venta ilegal abarca también a bienes históricos, especialmente los sacros

6 mil mdd de robos de piezas arqueológicas; se recupera 1 de cada 10

6 mil mdd de robos de piezas arqueológicas; se recupera 1 de cada 10

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Con ganancias aproximadas de 6 mil millones de dólares anuales, según la Interpol, el robo y tráfico ilícito de bienes culturales se ha convertido en uno de los delitos más lucrativos incluso en México, donde este delito se encuentra en expansión gracias a la anarquía, falta de regulación y opacidad que prevalece en esta materia pero también, gracias a una red criminal internacional que involucra desde anticuarios, políticos narcotraficantes y coleccionistas en varios países incluido el nuestro.

Las autoridades han detectado que el tráfico del patrimonio cultural en México es una actividad que involucra una red que vincula desde anticuarios y políticos en Buenos Aires, hasta narcos en Guatemala, pasando por coleccionistas bajo sospecha en México y diplomáticos en Costa Rica y Perú.

Asimismo, se ha llegado a estimar que nueve de cada 10 bienes culturales (piezas arqueológicas, objetos litúrgicos así como arte religioso) que han sido reportados como robados en México nunca han sido recuperados y que entre los años 2003 y julio de 2016 ascendió a 4 mil 757 bienes el objeto de saqueo o tráfico ilícito, según la investigación “El tráfico ilícito de bienes culturales en México”, elaborada por el Centro de Estudios Sociales de la Cámara de Diputados

México es uno de los países con mayor riqueza en materia de bienes y patrimonio cultural incluso de la humanidad, por lo cual no es de extrañarse la ambición que despierta entre grupos criminales que tienen una red de saqueo y tráfico de piezas y obras de arte en territorio nacional que incluso les funciona como blanqueo de dinero.

El sector de la cultura en nuestro país es responsable de la investigación, el resguardo y la protección de poco más de 53 mil vestigios arqueológicos registrados, 120 mil monumentos históricos inmuebles, 60 centros históricos y 20 mil monumentos históricos y artísticos de propiedad federal; al tiempo que administra 144 museos y 192 zonas arqueológicas abiertas al público, zonas que son visitadas anualmente por cerca de 30 millones de personas.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha advertido que gran parte de los bienes culturales sustraídos ilícitamente del territorio nacional o que circulan en el mercado internacional de antigüedades, son bienes arqueológicos que fueron descubiertos como producto de excavaciones clandestinas, razón por la cual se desconoce por completo su origen, establece el documento

De hecho se desconocen el número y el tipo de los bienes culturales que han sido sustraídos ilícitamente de nuestro país y que lo mismo sucede en lo que se refiere a los bienes recuperados y que por tales causas las propias autoridades federales no cuentan con información fidedigna acerca de los bienes del patrimonio cultural robado en México.

Por si fuera poco, no todos los bienes culturales cuya sustracción ilícita ha sido denunciada ante las autoridades van a ser recuperados debido a que las indagatorias respectivas carecen incluso de fotografías e información técnica necesaria para su localización, reclamo y posible repatriación.

La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), recuperó en el 2019, más de 4,550 piezas arqueológicas e históricas decomisadas en el extranjero, sin embargo, hay miles de piezas arqueológicas que no son recuperadas y se venden en el mercado negro.

Entre los objetos sustraídos ilegalmente del país y recuperados en 2019, casi 4 mil provienen de Estados Unidos (hachuelas metálicas, figurillas teotihuacanas y estelas de la cultura maya, entre otros bienes culturales); cerca de 600 ex-votos religiosos de entre los siglos XVIII al XX y figuras de la cultura zapoteca recuperados en Italia, así como otros bienes reintegrados al país provienen de Alemania y Australia (piezas arqueológicas de las culturas del Golfo, Oaxaca y Campeche).

Según la información disponible en el documento denominado “Evaluación de la política pública de preservación del patrimonio cultural” , se sabe que la incidencia de los delitos relacionados con monumentos paleontológicos, arqueológicos, históricos y artísticos, se presenta principalmente en 10 entidades federativas: La Ciudad de México, el Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas

La gravedad de este fenómeno se acentúa al saber que únicamente entre 2008 y 2016 las principales casas de subastas de Europa y Estados Unidos pusieron a la venta más de 7 mil objetos del patrimonio arqueológico de México, Perú y otras naciones de América Latina, y que países como Costa Rica y Guatemala detectaron la venta de sus reliquias históricas en más de 60 subastas de bienes históricos (una treintena en cada caso).

La Asociación de Museos del Reino Unido ha estimado que los beneficios del comercio ilícito de antigüedades y obras del patrimonio histórico oscilan entre 225 millones y 3,000 millones de dólares por año; el Grupo sobre Delincuencia Organizada de la Policía Metropolitana del Reino Unido y la INTERPOL han calculado que las ganancias de dicho ilícito oscilan entre 300 millones y 6,000 millones de dólares por año mientras que la Asociación Europea de Arqueólogos ha calculado ganancias en alrededor de 4,500 millones de dólares por año.

AMENAZA DE SEGURIDAD PARA EL ESTADO

El robo y tráfico de bienes culturales es uno de los 6 delitos globales más redituables para el crimen organizado, lo que ha provocado que muchas bandas criminales se diversifiquen o bien se especialicen en ese delito, considerado como una de las amenazas a la seguridad del Estado mexicano y una actividad detonante del lavado de dinero.

“Las organizaciones criminales se han ido sectorizando, asumiendo el control de rutas, de zonas y de actividades por región y que tales organizaciones han aglutinado el control delictivo de la delincuencia local, potenciando la diversificación de delitos como extorsión, secuestro, homicidio, contrabando, trata de personas, piratería comercial, robo de hidrocarburos, el tráfico de migrantes, de órganos y de joyas, así como el tráfico de obras de arte y el saqueo y venta de piezas arqueológicas, armas y de flora y fauna, entre otros”, advierte el documento

De acuerdo con la Evaluación Nacional de Riesgos de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo en México, se ha estimado que una de las actividades que puede estar más directamente relacionada con el ilícito del lavado de dinero en el país es el comercio de obras de arte, actividad que es considerada por la Secretaría de Gobernación y por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda como de riesgo medio en el catálogo de actividades relacionadas con el lavado de dinero en México.

Y es que la opacidad, anarquía, y facilidad prevaleciente permite a los delincuentes comprar bienes culturales lícitos e ilícitos de forma anónima y utilizar la facturación comercial fraudulenta, tanto para evadir impuestos como para blanquear dinero e incluso para obtener financiamiento para el terrorismo, advierte la investigación

Así, se ha estimado en casi 5 mil los bienes culturales que a 2016 fueron objeto de búsqueda por la INTERPOL por haber sido denunciados oficialmente como robados, aunque la cifra es mucho mayor si se considera la cantidad de piezas latinoamericanas vendidas periódicamente a coleccionistas de las principales metrópolis en el mundo de forma clandestina o aparentemente legal.

Apenas en mayo pasado, la INTERPOL informó sobre la detención de un centenar de traficantes de obras de arte y antigüedades, así como la recuperación de cerca de 19 mil objetos (bienes arqueológicos, piezas de cerámica, armas históricas, cuadros y fósiles, entre otros artículos) y la apertura de al menos 300 investigaciones.

Tal operación se suma a otra efectuada por la Interpol en 2016, que propició la investigación de más de 48 mil personas, el embargo de 29 mil vehículos y 50 buques, así como el decomiso de casi 4 mil obras artísticas y culturales.