Opinión

Bestiarios de celulosa y haces: Animalario universal del profesor Revillod

Bestiarios de celulosa y haces: Animalario universal del profesor Revillod

Bestiarios de celulosa y haces: Animalario universal del profesor Revillod

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

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Por regla general soy partidario de no satanizar los formatos digitales porque ahora (y pasado mañana más) los jóvenes no sólo leen en pantalla, sino que adquieren buena parte de su conocimiento de lo que expelen sus dispositivos de luz conectada de manera reticular en un mundo que no deja de tener varios ángulos, algunos siniestros. En esta ocasión me voy a poner del otro lado del paisaje para ofrecer una reflexión a favor del papel.

Hace seis años o más, un artículo de Ferris Jabr me dio algunas claves para entender una diferencia básica desde el punto de vista estructural entre libros de papel y digitales. El texto se titula “Por qué el cerebro prefiere el papel”. Aunque hay varios aspectos significativos de dicho texto que me permiten recomendarlo ampliamente, voy a comentar sólo aquellos que me ayudarán con este trabajo que tiene como finalidad comparar un mismo título producido en ambos formatos: el Animalario Universal del profesor Revillod personaje ficticio de Javier Sáez Castán, creador de las láminas multiconfigurables de este genial bestiario y con comentarios (ese crédito no me gustó del todo) de Miguel Murugarren.

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Para Ferris Jabr la materialidad del libro de papel parece ser fundamental en la experiencia lectora. Esto va más allá del olor de la tinta y del papel que también son importantes, pero que ya se han vuelto lugares comunes cuando se discute a propósito de los dos formatos.

Ferris Jabr recurre a varias metáforas para explicar la importancia física del libro de papel en la acción cognitiva y, yo añadiría, placentera del lector. Una de ellas es concebirlo como un mapa o un itinerario que le ayuda al lector a establecer conexiones con la memoria de trabajo y la memoria de largo plazo. Más si se trata de textos largos. En esos casos es importante saber dónde estamos parados o qué aventura vamos a emprender.

De manera un tanto inconsciente, cuando tenemos un libro de papel, el cerebro lo concibe como un paisaje físico. Podemos alejarnos de él, verlo de cerca o regresar a lugares clave. Con el libro digital esta materialidad se aplana. Para ejemplificarlo establece un símil entre Google Maps y el libro de papel.

La experiencia del usuario de Google Maps y del lector de libros de papel es parecida. Yo lo interpreto de esta manera: si nos vamos a hospedar en el hotel de una ciudad ubicada en otro país o en otro estado de la República, tenemos la posibilidad de tener diversos acercamientos. Primero el lejano: Dónde está la ciudad con respecto a la nuestra. Después podemos ver las diversas rutas para llegar. Más tarde tenemos una panorámica de la ciudad destino y finalmente hasta la vista de calle en tercera dimensión. Esta práctica la podemos repetir de manera multisecuencial y cuántas veces lo queramos.

Con la lectura en pantalla, incluso aquella que resulta muy cómoda como la que realizamos en las tabletas, siempre estamos en el mismo plano. En vista de calle. A pesar de que contamos con herramientas que nos permiten avanzar o retroceder, no hay visión panorámica. En el caso del texto corrido a lo más que podemos aspirar, si hablamos de tabletas y concretamente los Ipads, es a la vista de las paginas que se despliegan en la parte inferior del folio en el que nos hallamos y que nos dan una idea, muy poco satisfactoria, de la manera en la que nos vamos apropiando de ese todo, que debería ser un viaje. Ciertamente hay aplicaciones que parecen ser más exitosas cuando la experiencia incorpora otras actividades o cuando se pretende difundir conocimiento a través de otros canales o capas como audio o video.

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Hace algunos años bajé la versión digital del Animalario para Ipad. Era una aplicación que distribuía, ignoro si lo haga todavía, el FCE por medio de Apstore, si mal no recuerdo y mi conclusión fue que la versión de papel es superior al formato digital por múltiples razones. Menciono cuatro, y una conclusión, a partir de algunas metáforas del texto de Ferris Jabr.

Primera. Con el libro impreso tenemos una estructura que nos permite la visión de conjunto, pero también nos permite remover las diferentes capas de esta “joya bibliográfica de la zootecnia moderna que le permitirá tener en su mano la friolera de 4096 fieras diferentes con la descripción de sus modos de vida”, según reza la portadilla.

Tercera: Lo anterior pone de relieve que muchas de las cualidades que se le pretenden atribuir a las aplicaciones o libros digitales, a veces están mejor diseñadas en la estructura de un libro impreso.

Cuarta: O sea, las “prestaciones” del la aplicación del Animalario digital, desmerecen con respecto a su predecesor porque parecen remedos: soniditos molestos, movimientos poco atractivos de ojos, orejas, hocicos o colas y la posibilidad de iluminar a la bestia en turno a partir de una paleta que, aunque permite regular los porcentajes de concentración de color, tiene un rango de iluminación muy amplio que estropea las características del dibujo científico realzadas en el impreso. El único detalle curioso son las palabras que le dieron a Plinio el Viejo, a Linneo, al propio Revillod, Buffon y Cuvier en la voz de Rafael Buendía.

Conclusión: si el formato digital se hubiese planteado construir una aplicación que no pretendiera imitar a la estructura del impreso, es posible que el resultado hubiera sido superior o diferente. Pero la mimesis, en este caso, nos ofreció un resultado mediocre. Nuevos medios plantean nuevos retos y estructuras novedosas. Toda proporción guardada, es como cuando Gútenberg creo tipos móviles de rasgos góticos lo más parecidos a los manuscritos, con el objeto de enmascarar que su Biblia de 42 líneas era resultado de un proceso mecanizado producto de un nuevo medio que revolucionaría, una vez más, al sistema editorial.

* * *Letras al pie

La versión impresa del Animalario universal del profesor Revillod, puede adquirirse en la tienda en línea del FCE. Espero en otro momento poder responder brevemente por qué la aplicación para Ipad dejó de estar disponible. Las actualizaciones (nuevas ediciones digitales) tenían mucho potencial.