Opinión

Cambio climático: Carstens versus Trump

Cambio climático: Carstens versus Trump

Cambio climático: Carstens versus Trump

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Llega Trump a la presidencia de los EEUU. Lo que nadie creía posible. Un loco dirigiendo el manicomio. Catástrofe planetaria, particularmente para el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Este insoportable personaje, que entre todas las ignorancias, intolerancias y tonterías que presume se cuenta su incomprensión de la información científica y su incredulidad de la ciencia del cambio climático, en uno de tantos vídeos difundidos en redes socio-digitales se atreve a decir –respecto de la degradación de la capa de ozono– que «cómo va a ser posible que, si usa un desodorante aerosol en su casa, dentro de su habitación, con las ventanas y puertas cerradas, eso vaya a llegar hasta la capa de ozono» (!!?).

En fin, malos tiempos para Norteamérica, para México y para el mundo. En particular porque Trump evitará que los EEUU honoren sus compromisos derivados del Acuerdo de París. Habrá que observar el comportamiento de la delegación norteamericana en la COP22-CMNUCC, que actualmente se lleva a cabo en Marrakech; deben estar muy preocupados, aunque tienen la oportunidad de ratificar la política climática de Obama.

Pero no todo son malas noticias. Recientemente (El País, 4 nov. 2016), en un artículo que comparte con Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Agustín Carstens, Gobernador del Banco de México, reconoce que la entrada en vigor del Acuerdo de París sobre cambio climático representa un inmenso logro y un verdadero triunfo del multilateralismo. Y se pregunta ¿cómo podrá implementarse el acuerdo en todo el mundo? habida cuenta que uno de los compromisos consiste en que los países desarrollados logren movilizar, a más tardar en 2020, 100 mil millones de dólares anualmente hacia las economías en desarrollo y las menos desarrolladas.

Porque –continúa–, los costos de la transición hacia economías bajas en carbono son cientos de veces mayores. Se miden en billones (millones de millones) de dólares, lo que no es posible financiar con fondos públicos (fiscales). Para cumplir los objetivos del Acuerdo de París se estima necesario invertir alrededor de 90 billones de dólares en fuentes alternas de energía, actividades agrícolas e infraestructuras. Es decir, ¡900 veces la suma anual prevista para el 2020!

Carstens explica que esto solo será posible si el capital privado se involucra en serio. Para lo cual es indispensable conectar el sistema financiero mundial con los requerimientos de la acción climática y el desarrollo sustentable. Particularmente en la eliminación de subsidios a combustibles fósiles. Y recuerda que bancos, mercados de valores e inversionistas institucionales cuentan con alrededor de 300 billones de dólares en activos, por lo que el problema de fondo será de distribución más que de insuficiencia financiera.

Informa que ya algunos ministros de economía y gobernadores de bancos centrales empezaron a involucrarse. En la reciente reunión del G20 se acordaron medidas para amplificar inversiones verdes. Emerge un mercado de bonos verdes en el cual empresas y municipios pueden obtener fondos para inversiones prioritarias, como fuentes renovables de energía, construcciones eficientes y gestión sustentable del agua. Por ejemplo, en noviembre del año pasado, Nacional Financiera emitió un primer bono verde, por 500 millones de dólares, para el aprovechamiento de energía eólica en Oaxaca, Nuevo León y Baja California.

Y concluyecon el exhorto de que: «El sistema financiero necesita evolucionar para evaluar los riesgos medioambientales, dejar atrás el cortoplacismo y ganar en transparencia sobre el rendimiento respecto al clima. Para que esto ocurra lo antes posible será necesario que diferentes actores pongan en marcha políticas y regulaciones financieras reforzadas a favor del Acuerdo de París. Si lo hacemos bien, el capital privado responderá y veremos fluir los billones necesarios para la transformación en todo el mundo».

¿Hará bien su trabajo el Banco de México, para empujar al sistema financiero en esta dirección?

*Coordinador Editorial del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente.

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