Una supervisión débil, transparencia inadecuada y falta de rendición de cuentas ha detonado la corrupción y el desvío de recursos en tiempos de COVID en todo el mundo, donde los Gobiernos actúan de manera apresurada sin hacer las debidas comprobaciones sobre los proveedores o sin determinar precios justos, lo que ha provocado que se adquieran productos deficientes, respiradores defectuosos, pruebas mal fabricadas o medicamentos falsificados, advirtió la ONU.

Por ello, pidió a los gobiernos y lideres del mundo actuar con transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas en esta pandemia, pues advirtió que la corrupción en tiempos de la COVID-19 podría llegar a socavar gravemente la buena gobernanza en todo el mundo, y a desviarnos aún más de nuestro camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“La corrupción es criminal e inmoral, y representa la máxima traición a la confianza pública. Es aún más perjudicial en tiempos de crisis, como está ocurriendo ahora en el mundo con la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19)”, estableció el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.

Al referirse a la corrupción en el contexto de la COVID-19, Guterres, alertó que la complicidad entre quienes controlan las cadenas de suministro ha dado lugar a que algunos bienes muy necesarios tengan unos costos escandalosos, lo cual causa desviaciones en el mercado y deja a muchas personas sin posibilidad de acceder a tratamientos vitales.

“Los comerciantes sin escrúpulos venden productos deficientes, como respiradores defectuosos, pruebas mal fabricadas o medicamentos falsificados. La respuesta al virus está creando nuevas oportunidades para explotar la supervisión débil y la transparencia inadecuada, desviando recursos que debían estar destinados a personas que se encuentran en su momento de mayor necesidad”, advierte

Consideró que los Gobiernos pueden actuar apresuradamente, sin hacer las debidas comprobaciones sobre los proveedores o sin determinar precios justos lo que deriva en que comerciantes sin escrúpulos venden productos deficientes, como respiradores defectuosos, pruebas mal fabricadas o medicamentos falsificados.

“Tenemos que trabajar juntos para poner fin a esos robos y a esa explotación adoptando medidas drásticas para poner fin a los flujos financieros ilícitos y los paraísos fiscales, abordando los intereses particulares que se benefician del secretismo y la corrupción y ejerciendo la máxima vigilancia sobre la forma en que se gastan los recursos a nivel nacional”, indicó

RENDIR CUENTAS

La ONU consideró que se debe obligar a que los líderes rindan cuentas para lo cual se requiere crear sin demora sistemas más sólidos para la rendición de cuentas, la transparencia y la integridad.

Asimismo los empresarios tienen que actuar con responsabilidad y recordó que los avances tecnológicos pueden ayudar a aumentar la transparencia y a controlar mejor las adquisiciones de suministros médicos.

“Los órganos de lucha contra la corrupción necesitan más apoyo y empoderamiento”, indicó.