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El terremoto del 85, el cambio en la vida y en la arquitectura

El sismo de 1985 cambió la forma de vivir de los mexicanos y también la forma en que se construía.

El terremoto del 85, el cambio en la vida y en la arquitectura

El terremoto del 85, el cambio en la vida y en la arquitectura

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hace 35 años un sismo magnitud 8.1 sacudió la capital del país. Un sismo cuyo epicentro fue cerca de Michoacán, provocó consecuencias severas y de diferente índole. Por ejemplo, el cálculo de pérdidas humanas aun es incierta. La cifra oficial es de 3192, en cambio organizaciones independientes hacen el conteo hasta, aproximadamente, 20 mil fallecidos.

A las 7:17, hora que comenzó el sismo, fue un parteaguas para la vida de los mexicanos. A partir de ese entonces México tuvo que estudiar nuevas formas de supervivencia en caso de movimientos telúricos, pues no se tenía una conciencia generalizada sobre la importancia de tener en práctica un protocolo en caso de sismos. Es decir, la cultura de protección civil, en estos casos, era mínima (a tal punto que al siguiente año se creó el Sistema de Protección Civil).

No solo se implementaron los protocolos de protección civil a partir de esta catástrofe natural, también la forma de hacer arquitectura dio un inesperado giro. Para empezar dos años después de esta situación se creó el Nuevo Reglamento de Construcción. En este se puede leer normas de emergencia y evacuación más firmes. Además de un riguroso control en la supervisión y autorización de las obras.

La forma en que se construían los edificios también cambió. Algunos arquitectos mencionan que antes los edificios eran de concreto armado (varilla con cemento) y se dice que era una manera fácil de construir, que nadie supervisaba. Ahora para aprobar una construcción se debe de entregar un documento detallado sobre los tipos y la cantidad de materiales que se usarán. Muchos edificios de altura están reforzados con vigas de acero y en bloques, así como la Torre Reforma Latino, edificio de oficinas ubicadas en la Ciudad de México.

Todo esto sumado a que actualmente hay más estudios de geofísica. Sabemos que la Ciudad de México tiene 3 tipos de suelo: la parte alta del Valle de México, la franja de divide la parte 1 con la 3 y el suelo blando, que refiere a las partes de Xochimilco, Tláhuac o Texcoco. Es decir, se puede predecir cómo podría afectar un sismo en cada zona de la urbe.

Algunos medios de comunicación dijeron que debido a estos cambios el sismo del 2017 no causó una desgracia mayor. Sin embargo, es imposible saber cuándo ocurrirá y el resultado que traerá, por lo que todos debemos estar conscientes y preparados ante los movimientos telúricos inesperados.