Opinión

Honor a quien honor merece

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En fechas recientes perdimos a un mexicano galardonado con el premio Nobel, el Dr. Mario Molina, un incansable buscador de conocimiento y gran defensor del medio ambiente desde la perspectiva del cambio climático.

Mario Molina nació en la ciudad de México en 1943, estudio la carrera de ingeniería química en la UNAM, hizo un posgrado en Alemania y recibió el doctorado en fisicoquímica de la Universidad de Berkeley en California, Estados Unidos; eso solo fue el principio, logro acumular cuarenta doctorados Honoris Causa, e incontables premios en el área ambiental, entre los que destacan el premio Tyler de Energía y Ecología, Premio Sasakawa de Naciones Unidas, Premio Campeones de la Tierra otorgado por la ONU, llaves de distintas ciudades, premios al mérito, y por supuesto el premio Nobel en química otorgado por su trabajo con FS Rowland, en el que predicen el adelgazamiento de la capa de ozono en la tropósfera, como consecuencia de la emisión de clorofluorocarbonos (CFC), utilizados como propelentes en la industria. Estás investigaciones y sus publicaciones sentaron las bases y la guía para elaborar el “protocolo de Montreal”, un acuerdo internacional que logró que todo el mundo se pusiera de acuerdo y firmara a favor de proteger la capa de ozono, cuya meta es eliminar el uso de sustancias que agotan esta capa de gas.

La capa de ozono cumple con una función muy importante en el planeta, nos protege de los altos niveles de radiación ultravioleta que penetrarían la tierra y que provocarían un mayor número de casos de cáncer de piel, cataratas en los ojos, afectación general al sistema inmunológico y tendría efectos negativos sobre las cuencas hidrológicas, las tierras agrícolas y los bosques, pues al penetrar la radiación aumentaría la tasa de mutaciones celulares en todos los organismos, generando mayor tasa de mortalidad, malformaciones, infertilidad y baja productividad, lo que pondría en riesgo la seguridad alimentaria de por si precaria en el mundo entero.

El Dr. Molina, realizo con su equipo de trabajo la descripción de la dinámica del ozono y los compuestos que lo degradan en la estratosfera, fue probada a nivel experimental y se logró secuenciar las reacciones que explican la destrucción del ozono y el papel del cloro entre otros compuestos; participó como investigador en diversas instituciones que incluyen la Universidad de California en San Diego y el departamento de química y bioquímica del Instituto Oceanográfico SCRIPPS, institución líder en la investigación de fenómenos asociados al cambio climático.

En el servicio a su país presidía desde 2005 El Centro De Investigación y Promoción de Política Pública, en donde se realizaban estudios de energía, medio ambiente, cambio climático y calidad del aire; sus trabajos más recientes se enfocaban a la química de la contaminación atmosférica para enfrentar el problema de degradación de la calidad del aire en las grandes ciudades empleando una red de sensores de bajo costo, de esta manera realizó importantes contribuciones al conocimiento para frenar o disminuir los problemas de contaminación atmosférica en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Su frase mas celebre dice así “Los científicos pueden plantear problemas que afectarán al medio ambiente, con base en la evidencia disponible, pero la solución no es responsabilidad de los científicos, es de toda la sociedad” Dr. Mario Molina. Su legado es basto y sus palabras contundentes, debemos continuar con su misión y trabajar para disminuir y frenar los problemas de contaminación.

*Presidenta de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambió Climático y Protección Ecológica y Animal en el Congreso de la Ciudad de México