Opinión

Insustentabilidad ambiental del desarrollo

Insustentabilidad ambiental del desarrollo

Insustentabilidad ambiental del desarrollo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El lunes 2 de diciembre inició la COP25 de cambio climático en Madrid. La más relevante, más visible y considerada más importante reunión ambiental de las Naciones Unidas. Que las principales fuentes emisoras (en orden de su aporte al total de gases de efecto invernadero, GEI) sean la generación y uso de energía (incluido todo el sector transporte), la ganadería, la deforestación y la generación de desechos (residuos sólidos y aguas negras), permite comprender que prácticamente todas las actividades humanas contribuyen al calentamiento global.

Sin embargo, la suma de todos los Compromisos Nacionalmente Determinados (CND, o NDC por sus siglas en inglés), que más de 160 países Parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) han presentado, apenas equivale al 23% de lo necesario para evitar que la temperatura promedio global se incremente +2 Centígrados en el curso del siglo XXI. En realidad, nos encontramos en una ruta hacia no menos +3.5ºC; lo que implicará drásticas reducciones en la disponibilidad de agua y la producción de alimentos, mayores impactos de fenómenos hidrometeorológicos extremos, pérdida de asentamientos humanos e infraestructuras en zonas costeras, aceleración de la pérdida de biodiversidad y las consiguientes crisis sociales por recurrentes desabastos de bienes básicos y migración.

Toda la información que soporta lo anterior se encuentra disponible en los sitios web de diversos órganos de las Naciones Unidas y en muchos más de otros grandes think tanks como el WRI, SRC, Carbon Budget, etc. Por eso los jóvenes de los países más desarrollados y con mejor acceso a la educación y a la información se han movilizado, alrededor de Fridays For Future y Extinction Rebelion, para reclamar a sus gobiernos que no escuchan a la ciencia y no aplican las políticas que permitirían contrarrestar, en serio, el problema.

Considerando que las emisiones globales de GEI no dejan de crecer y que ya llegaron a 55 mil millones de toneladas en 2018, Greta Thunberg, la muy joven y emblemática lideresa noruega, en diversos foros ha repetido la información que el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático, de la CMNUCC) publicó en la página 108 de su reporte sobre Calentamiento Global de 1.5ºC: «Al 1º de enero de 2018, el presupuesto global de carbono era de 420 mil millones de toneladas (mMt) y actualmente solamente quedan 360 mMt; al ritmo actual de emisiones (55 mMt/año), lo agotaremos en julio 2025». Y cuestionó a los líderes mundiales: «¿Conocían esta información? ¿Leyeron el reporte del IPCC? Quizás ni siquiera saben lo que es el presupuesto de carbono…».

A pesar de la inmensa cantidad de gente —en organizaciones sociales, centros de investigación, algunas entidades de gobierno, órganos de las Naciones Unidas y de muchas otras organizaciones internacionales— involucrada en la protección ambiental, la sustentabilidad del desarrollo y la propuesta de políticas y estrategias para revertir la degradación ambiental planetaria, no parece haber espacio para el optimismo. Al menos en los cortos y medianos plazos que se avizoran en el horizonte del futuro próximo.

Mientras tanto, en México, ¿alguien ha registrado que, al menos una sola vez, el presidente López Obrador haga mención del cambio climático? Todo parece indicar que reina un profundo analfabetismo ambiental en las filas del Poder Ejecutivo Federal y falta de oficio en las oficinas del titular de la Semarnat. En este contexto, el presupuesto para la protección ambiental se ha reducido drásticamente, pues si ya entre 2013 y 2019 se había perdido casi 59%, hacia el 2020 perderá otro 7.7%. La existencia de capacidades de excelencia como la Conabio, o indispensables como la CONANP y la Conafor, se encuentran amenazadas.

Cerramos pues el año 2019 con una creciente preocupación por la seguridad del desarrollo humano, particularmente de las generaciones futuras, que heredarán un mundo mucho más lleno (9 mil 500 millones de habitantes hacia 2050) y con mayores y excesivas presiones humanas sobre el medio ambiente, los recursos naturales, los ecosistemas y la biosfera en su conjunto…

* Director Ejecutivo del

Centro Interdisciplinario

de Biodiversidad y Ambiente

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