Opinión

La amistad

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La amistad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Contar con un amigo verdadero es cómo sacarse la lotería. Tener un buen amigo es como ensanchar la familia, incluso a veces ese amigo cumple la función de substituir a alguien de la familia que ya se fue, que se apartó o no quiso tratar más contigo.

Un buen amigo siempre está ahí para ti, en las buenas y en las malas, te quiere por tu esencia no por lo que representas. Él no quiere nada de ti solamente desea tu bienestar. Está ahí para llorar contigo y consolarte, así como para reírse juntos y amar la vida. Es siempre solidario y veraz. Voltea a tu alrededor e identifica a ese amigo para que lo cuides y procures como se merece, sólo con amor, porque él te ama.

La amistad es lo más parecido al amor. Un buen amigo jamás te pedirá que hagas algo incorrecto a su favor, ni siquiera en nombre de la amistad; quien así lo hace, no te quiere. Cuando en nombre de la amistad se busca el beneficio personal o público no se está frente a una verdadera amistad. Debemos estar alertas y no dejarnos seducir por halagos, atenciones o pretensiones de falsos amigos. Saber distinguir entre la verdadera amistad y estos “amigos” nos ahorrará muchos dolores de cabeza. La traición que más duele es la de un supuesto “amigo” que en realidad nunca lo fue. Es fácil tener relaciones superficiales, pero lograr tener relaciones profundas es muy difícil.

Si fuéramos capaces de ver la cara de la gente cuando nos damos la vuelta y nos retiramos de ellos, podríamos descubrir sus intenciones. Pero desgraciadamente no podemos, así que es muy difícil descubrir quiénes son nuestros verdaderos amigos. A veces de quien menos lo esperas recibes muestras de cariño y de quién esperabas afecto recibes desprecio e indiferencia.

La amistad conlleva con frecuencia un ejercicio de voluntad pues implica aceptar a la otra persona como es y no como quisieras que fuera.

La amistad igualmente se basa en la confianza de que el otro desea y acepta nuestro bienestar sin rivalizar.

La amistad es un canal de dos vías, es decir nosotros también debemos corresponderla y cultivarla. La amistad es muy valiosa cuando está fundamentada en cosas como éstas.

En la verdadera amistad las voluntades se unen. La verdadera amistad se va forjando con el tiempo, en la seguridad de que el cariño y la moralidad del amigo son muy valiosos.

Para mí el mejor amigo del hombre es el sí mismo, porque cada quien posee un espíritu propio que es nuestra conexión con los intangibles y es quien nos acompañará toda la vida.

Por lo tanto, lo mejor es conocerlo, amarlo, aceptarlo y cultivarlo, de tal manera que siempre nos oriente a través de nuestras intuiciones en el transcurso de la vida y nos dé la confianza de que nunca estamos ni estaremos solos. Cuidar de no dañarlo jamás ni por nosotros mismos ni por nuestros semejantes.

Mail: corzoalma17@yahoo.com