Opinión

La caída de la Estrella Solitaria

La caída de la  Estrella Solitaria

La caída de la Estrella Solitaria

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Lo que sucede en Dallas, simplemente no es normal. Cuando se anunció con bombo y platillo la contratación de Mike McCarthy, directiva, jugadores y aficionados proyectaron una explosión ofensiva debido a las armas de ataque con las que disponía: Dak Prescott, Ezekiel Elliott, Amari Cooper, Cee Dee Lamb, Michael Gallup y Tony Pollard, entre otros.

Ciertamente el pronóstico no fue tan erróneo al inicio de la campaña, ya que la ofensiva de los Vaqueros rápidamente se posicionó como una de las más productivas en cuanto a sumar yardas, pero qué tan real fue eso cuando muchos de esos ataques fueron de último momento para tratar de remontar desventajas, y justo cuando las defensivas rivales juegan de manera preventiva, es decir, que permiten que el ataque contrario avance a placer hasta cierto punto con tal de que se consuma el tiempo en el reloj.

PAGANDO FAVORES

Lo anterior no le quita mérito a un ataque que verdaderamente sabe mover el balón, aun así, hay que analizar a que equipos derrotó en esas dos solitarias victorias que hoy ostentan los Vaqueros. Esos dos triunfos fueron ante los Halcones de Atlanta, que este año se ha cansado de dejar ir juegos ya ganados, y los Gigantes de Nueva York, uno de los peores conjuntos de esta temporada.

Pero quizá el problema no está exactamente ahí, sino a la defensiva, donde hay que aceptarlo la unidad del equipo es un desastre total. El responsable directo de tal debacle es Mike Nolan, su coordinador, y quien, para aquel que no lo sepa, es gran amigo del McCarthy. ¿Pero eso es un problema? La relación de amistad obviamente no, sino el llevarse a Nolan como coordinador defensivo para pagarle el favor que alguna vez hizo el mismo Nolan, como coach de los 49ers de San Francisco a inicios de la primera década del siglo.

Sí, no es un secreto que Nolan es un mal entrenador, que mucho de su prestigio lo debe a su padre, Dick Nolan, entrenador en la NFL en los 70. Mike en realidad nada destacable ha hecho en su trayectoria en la Liga. Al frente de los 49ers, la franquicia vivió uno de sus episodios más oscuros.

Y si, adivinaron, cuando fue el mandamás en San Francisco se llevó como coordinador ofensivo a McCarthy en 2005, quien por cierto jamás pudo hacer carburar al ataque de los gambusinos que, hay que reconocerlo, no tenían material humano de gran calidad.

UN PREMIO QUE SUPO APROVECHAR

Pero contra todo pronóstico, McCarthy sólo duró una temporada con los 49ers, pues para sorpresa de muchos su mala gestión al frente de la ofensiva de los 49ers le redituó como premio ser contratado como entrenador en jefe por los Empacadores de Green Bay en 2006.

Las dudas eran enormes y, por increíble que parezca, estableció un esquema ofensivo efectivo y los hizo ganar, incluso, un título (Super Bowl XLV). Su gran baluarte fue sin duda Aaron Rodgers, con quien después de años de una relación de trabajo digamos aceptable, terminó por romperse al arrancar la campaña de 2017.

Nadie supo qué sucedió, pero lo cierto es que, de una temporada a otra, la efectividad del equipo se fue a pique, al grado de que fue patente el desgano que se apreciaba de manera clara en los Empacadores. Como era de esperarse, la relación entre McCarthy y Rodgers terminó por fracturarse y, como es normal en esas situaciones, la figura representativa del equipo pesó más y el entrenador fue despedido a la mitad de la campaña del 2018.

¿Hubo algo que ya no gustará a los jugadores, especialmente a Rodgers? Nunca se supo, pero lo que llamó la atención es que a pesar de ser un entrenador ganador de Super Bowl disponible, ningún equipo lo reclamó para ocupar alguna vacante. Extraño, ¿no lo creen?

Durante ese año sabático (2019), McCarthy se dedicó a analizar tendencias estadísticas de los ataques en la NFL. Lo anterior nos dice que efectivamente es un estudioso de la materia, del juego, pero, ¿qué tanto se renovó en su visión sobre las nuevas tenencias ofensivas, lo que viene por delante, no lo que ya pasó?

NO ES ELÚNICO EN DECEPCIONAR

Eso sólo lo sabrá él, pero lo cierto es que, como señalan algunos expertos, los esquemas ofensivos de McCarthy parecen rezagados para lo que hoy se maneja en la NFL. Y ciertamente no es un pecado y tampoco es el primero en ser víctima de ese desfase, tan sólo basta con recordar a Joe Gibbs, ganador de tres Super Bowls con los Pieles Rojas de Washington en los 80 y 90 (Super Bowls XVII, XXII y XXVI). Después de haber estado 12 años alejado de los emparrillados fue convencido por Daniel Snyder para regresar a dirigir al equipo de la capital estadunidense.

Al igual que con McCarthy, la afición de los Pieles Rojas soñó con un regreso a los primeros planos de la NFC, pero la decepción fue absoluta cuando se dieron cuenta de que Gibbs ya no estaba actualizado y su segunda gestión al frente del equipo fue muy breve con un par de apariciones en playoffs y nada más.

Casos muy similares fueron los de George Seifert, ganador de dos Super Bowl con San Francisco (XXIV y XXIX) y su callado regreso a la NFL con Carolina; Mike Ditka que después de su éxito en Chicago (Super Bowl XX), fracasó en Nueva Orleans o Mike Shanahan de Denver (Super Bowls XXXII y XXXIII) a su inestable pasó por Washington. Quizá los únicos que se salvan son Dick Vermeil que regresó de un larguísimo retiro tras dirigir a Filadelfia en los 80 y después ganar el Super Bowl XXXIV con San Luis, o Bill Parcells tras su paso por Gigantes (Super Bowls XXI y XXV) y su muy decente trabajo con Nueva Inglaterra y Dallas posteriormente.

Sin embargo, la crisis que ahora se vive con los Vaqueros parece más profunda, ya que no podemos ignorar que McCarthy es un coach nuevo para los jugadores y que, a fin de cuentas, han tenido un mínimo trato personal con él. El hecho de no haber compartido una temporada baja normal con campo de entrenamiento en verano y una pretemporada jamás permitió que se creara y desarrollara una relación personal sólida, lo que ha desembocado en una ruptura entre jugadores y staff de coacheo, de acuerdo a lo que ha trascendido sobre la pérdida del vestidor por parte del coach.

¿QUIÉN DECIDE?

Es verdad que pueden existir más factores que se nos escapan, como el hecho de la sobreprotección de Jerry Jones y Stephen Jones hacia Kellen Moore, el coordinador ofensivo que, se acepte o no, fue impuesto por la directiva a McCarthy, pues la realidad es que tal vez el mismo coach habría preferido contratar a un coordinador de ataque más cercano a él como el mismo Joe Philbin, quien llegó a ser su hombre de confianza a la ofensiva en Green Bay y que ahora lo tiene como asistente de la línea ofensiva ahí en Dallas.

Lo cierto es que con la lesión que ha marginado Prescott toda la temporada y las bajas en la línea ofensiva, ningún jugador se ve más a disgusto y desmotivado que Elliott. Los balones que ha soltado son la muestra de un atleta que no está enfocado, y eso lo hemos visto en su baja de juego en los últimos cotejos. De hecho, aunque no se diga, Elliott no ha olvidado que fue mandado a la banca por McCarthy en aquella paliza que sufrieron los Vaqueros ante los Cardenales de Arizona en horario estelar y transmisión nacional de lunes por la noche.

La situación al interior de los Vaqueros es una verdadera incógnita, sólo el desarrollo de la misma campaña mostrará la dirección que tomarán en esta muy rara temporada.