Opinión

La imperiosa necesidad de la comunicación

La imperiosa necesidad de la comunicación

La imperiosa necesidad de la comunicación

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

No se trata de lecciones de comunicación social o política, no se pretende hacer un recuento de lo que los expertos saben, aconsejan y practican mejor para la clase dirigente. Pero llama la atención el modelo de comunicación utilizado en la administración actual, que se caracteriza por ser de alta exposición.

Porque la propuesta de Estado de bienestar puede no estar equivocada, puede ser loable, porque todo se trata al final de ser mejor gobierno, pero cuando la realidad refleja que no está sucediendo, tenemos un problema y si a la ecuación se le suma una forma de comunicación política que no logra el resultado, el panorama se complica.

La comunicación que está fallando no se refiere a la particular forma de informar a la gente sobre los temas de interés nacionales, sino a la otra comunicación, a la que existe dentro de un gabinete, a los insumos que le llegan al Presidente para informar o tomar tal o cual decisión.

Históricamente se ha sabido que los presidentes son los personajes mejor informados dentro de una administración y esto es cierto, el problema radica en la calidad de esta información, porque eso sí, dado que son personajes que no tienen la capacidad de estar en todos lados al mismo tiempo, tienen colaboradores, que no siempre son objetivos en el interés de convencer al “Jefe”.

Este lastre dentro de la comunicación de un gabinete ha conllevado a errores históricos. Esto, traído a tiempos actuales, significa que alguien no está haciendo su trabajo dentro del gabinete al omitir decirle al Presidente que la corrupción como lema y bandera tiene fecha de caducidad. Sí, ya sabemos que el tema no es menor y que no debe ser sólo una moda sino una política de gobierno, pero se le debe de explicar y convencer con elementos objetivos, que no puede desgastar el discurso alrededor de esto, porque, como sucede siempre, si la población, después de seis meses o un año, no aprecia cambios en temas torales como la seguridad o la economía, el discurso quedará en eso y se habrá ampliado aún más la distancia para estructurar un buen gobierno y medir su capacidad.

Estamos hablando de acción e inacción de un gobierno con base en la información que poseen, estamos hablando de ganadores y perdedores, estamos hablando de pesos y contrapesos para el ejercicio del poder, estamos hablando de desafíos de gobierno que conjugan recursos, limitaciones y decisiones, pero todo esto podrá verse trastocado en el ánimo de la vida social, si los responsables de informar al Presidente no lo hacen, o lo hacen mal, el mensaje que le llega a la población es sesgado y termina por desgastarse. Se requiere revisar la estrategia de comunicación siempre, hacia adentro y hacia afuera, pero en particular conocer y reconocer si lo que se está intentando decir a la opinión pública está logrando su cometido. No es necesario desgastar la imagen presidencial o a menos que ése sea el propósito

Luis David Fernández Araya
Twitter: @DrLuisDavidFer