Cultura

“La pandemia de COVID-19 mostró que la humanidad no se solidariza”

ENTREVISTA. Edmundo Paz Soldán habla de su novela Los días de la peste, donde narra el brote de un nuevo virus por del hacinamiento en una cárcel de Bolivia y al que los presos llaman el virus del murciélago

“La pandemia de COVID-19 mostró  que la humanidad no se solidariza”

“La pandemia de COVID-19 mostró que la humanidad no se solidariza”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Mejor que no traté de competir con la realidad porque la realidad siempre se las ingenia para ser más devastadora que la literatura”, expresa el escritor boliviano Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967) a propósito de su novela Los días de la peste, donde narra el brote de un nuevo virus por del hacinamiento en una cárcel y al que los presos llaman el virus del murciélago.

El libro que originalmente editó Malpaso en 2017, será publicado este 2021 por la editorial Almadía. El drama de la novela se concentra en la supervivencia de los personajes, que son tanto bebés como políticos y médicos, así como en la narración de los síntomas del virus, las medidas de sanidad y los actos de fe que profesan algunos para salvarse.

“La realidad y la literatura están siempre en diálogo. Hay un tipo de ciencia ficción que muchas veces se le valora por el hecho de que es visionario o profético. A ratos encontraba a la novela algo desequilibrada, que era sombría, desoladora, era una novela en que entraba poca luz y pensaba que me hubiera gustado hacer una novela más balanceada. Ahora que explotó la pandemia me ha quedado la sensación de que me quedé corto”, expresa.

Paz Soldán comenta que su novela no se acerca a la realidad de los primeros meses de emergencia sanitaria en ciudades como Guayaquil y Cochabamba, en donde caían las personas muertas en las calles.

“Cuando llega un virus nuestras respuestas no siempre están de acuerdo con lo que dice la ciencia que sería lo ideal, no nos ponemos todos de ese lado para enfrentar al virus con las armas que nos ha enseñado la ciencia. En la novela aparece la doctora y del otro lado están las pulsiones irracionales, la fe, deseos íntimos y cosas que no pasan necesariamente por la razón”, indica.

La actual pandemia de COVID-19 demuestra que la humanidad no se solidariza, opina Paz Soldán.

“Este virus no siempre nos une y saca lo mejor de nosotros como lo pensamos al principio. Es capaz de destrozar a una comunidad y hacer, como en el caso de Estados Unidos y México, que se politice el uso de algo tan básico como el cubrebocas. Un virus es capaz de romper una comunidad y hacer que compitan estas diferentes perspectivas apegadas o alejadas de la ciencia”, señala.

HIPERREALIDAD

Edmundo Paz Soldán inició Los días de la peste después de leer noticias sobre el brote epidémico del ébola en África, enfermedad que inició en 2013.

“Me pregunté que si algo similar podría ocurrir en un país latinoamericano. Muchas cosas que ocurren en África o en Asia nos llegan como ecos, lo vemos como algo muy distante, eran noticias que aparecían pero que simplemente cerrábamos el periódico o apagábamos la televisión y pasábamos a otro tema. Me obsesioné y comencé a hacer una investigación, leí libros científicos para entender cómo funcionaba un virus”, detalla.

En ese momento, el autor pensó en escribir una novela hiperrealista, apegándose al comportamiento del virus y respetando la aparición de los síntomas.

“No quería llamarla ébola, sino quería hacer una variación de lo que había leído y se me ocurrió llamarlo el virus del murciélago. En la novela acoté los números de incubación del virus más que nada para un discurso narrativo. Pero siempre busqué que no hubiera ciencia ficción sino que fuera hiperrealista en la descripción de los síntomas”, expresa.

Sobre el por qué desarrollar la historia en una cárcel, Paz-Soldán platica que le pareció el lugar idóneo por el hacinamiento después de documentarse sobre las prácticas ilegales dentro de los espacios de reclusión.

“Había leído que muchas cárceles eran lugares idóneos para la circulación de una enfermedad o virus porque los presos están hacinados, me puse a buscar alguna cárcel Latinoamericana que me podía servir de modelo y curiosamente la que me saltó fue la cárcel de San Pedro en La Paz, Bolivia, donde los niños salen de la cárcel para ir al colegio y después regresan porque viven ahí con sus papás”, narra.

El autor leyó que un gobernador decidió que las familias pudieran vivir en esa cárcel con los presos, lo cual va contra la ley de cárceles en Bolivia.

“Esa cárcel tienes que entenderla como un barrio amurallado, una ciudadela. Además pensé que en una cárcel no puede existir una sola perspectiva, tiene que haber muchas voces de gente que siempre está contándote sus dramas o penas, es como una cámara que siempre está moviéndose de un personaje a otro y en mi novela hay más de 30 voces”.

Por último, Edmundo Paz Soldán adelanta que este año publicará una nueva novela que tiene como punto de partida la obra Cartucho, de la mexicana Nellie Campobello.