El Parlamento Abierto fue una suerte de “tenga para que se entretenga”, ya que a él acudieron representantes de prácticamente todos los sectores científicos y coincidieron en que la desaparición de los Fideicomisos científicos era un error. El dictamen que discuten los diputados refleja esto fielmente, pero luego pasa a aprobar la extinción de estos fondos. Y la Comisión a cargo obró así: contrario al consenso del Parlamente Abierto.

La mayoría morenista aprobó la desaparición de fideicomisos (una acción ordenada desde Presidencia). La mayoría se hizo valer, así que los argumentos en el Parlamento Abierto quedaron como mera decoración de una aprobación que fue decidida previamente.

Fueron 26 centros públicos de investigación del CONACYT los que asistieron al Parlamente, “son los sistemas de investigación con mayor cobertura en territorio nacional y constituye la segunda fuerza en generación de conocimiento en ciencias básicas, sociales y desarrollo tecnológico, sólo detrás de la UNAM”, reconocen los legisladores en su dictamen.

En el propio dictamen queda asentado que estos fideicomisos permiten complementar y potencializar los recursos presupuestales que se reciben, gestionar con eficiencia y transparencia que generan y generan financiamiento para líneas de investigación.

“Los fideicomisos de Ciencia y Tecnología se nutren de recursos autogenerados o donaciones de terceros por lo que no reciben transferencia de Presupuesto Federal. No le cuestan al erario, sino que lo complementan”, se señala.

Y completa: “Todos estos fideicomisos están sujetos a la fiscalización de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Auditoría Superior de la Federación (ASF), herramienta de fiscalización que existe en los 26 casos. Por lo tanto, es falso suponer que son no transparentes y no auditables. Además, los fideicomisos están compuestos por recursos autogenerados”.

Pero la decisión ya está dada, como lo ordenó el Presidente, los fideicomisos científicos se van