Cultura

Nadie encontrará mis huesos, "un libro sobre historias tóxicas”

El volumen con 16 cuentos de horror, pero también tiene guiños a relatos de hadas y a las estructuras narrativas de videojuegos, de series animadas y cómics, dice Enrique Urbina

Nadie encontrará mis huesos,

Nadie encontrará mis huesos, "un libro sobre historias tóxicas”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hemos intentado juzgar a la naturaleza y encapsularla en un concepto, pero esto no es posible porque ésta no es ni buena ni mala. Simplemente, el ser humano va a regresar a la naturaleza, quiera o no, y ésta se lo devorará de alguna forma, explicó el escritor Enrique Urbina. “En el libro Nadie encontrará mis huesos intento comunicar que no hay que entender a la naturaleza, sino dejarse devorar”.

Urbina añadió que a diferencia de un monstro tradicional que se oculta y que es parte de la obscuridad, la naturaleza siempre está presente a la luz del día y no se mueve, por tanto, es una entidad que siempre está acechante y de la cual han surgido términos como el “ecoterror” para poder nombrar el miedo y ansiedad que genera, por ejemplo, el calentamiento global.

No obstante, los seres humanos somos parte de la naturaleza, aunque pensemos, equívocamente, que no, añadió. “Nos pensamos algo diferente a ella porque no podemos acceder a sus secretos, es decir, en tanto no hablamos el mismo lenguaje, no podemos entenderla y nos da miedo. Además, la naturaleza también representa todo lo que tenemos guardado y lo que no queremos confrontar, como, por ejemplo, con algunos instintos”.

Por ello, para explorar esta relación entre el humano y la naturaleza, Enrique Urbina escribió 16 cuentos que conforman Nadie encontrará mis huesos, publicado bajo el sello editorial de Paraíso Perdido, el cual define como “un libro sobre historias tóxicas”.

“La toxicidad se repite en varios niveles, primero en los temas ya que los cuentos tienen relaciones, espacios y tiempos tóxicos, incluso los mostros tienen esta característica; pero también son historias tóxicas porque mezclan muchos géneros y distintos tipos de estructuras narrativas, es decir, tienden a ser de horror, pero hay guiños a cuentos de hadas, así como estructuras narrativas de videojuegos, series animadas y cómics”.

A lo largo del libro se encuentran referencias literarias de Hansel y Gretel y Caperucita Roja, de los Hermanos Grimm; El pueblo blanco, de Arthur Machen; y Aniquilación de Jeff VanderMeer; así como a películas de Guillermo del Toro como El laberinto del fauno y Alucarda Juan López Moctezuma, entre otras.

“Parto de los cuentos de hadas porque me encantan, pero también me aterran en el sentido de que son muy crueles. En ellos, cuando algo sucede los personajes no se detienen a una reacción emocional, es decir, alguien muere o se comen a alguno y parece que es algo normal”.

Esa misma aproximación es la que le interesó a Urbina para trasladarla a otros cuentos en relación ya que “estas otras realidades fantásticas no son completamente imposibles dentro de estos mundos, es decir, nosotros pensamos la realidad como una serie de reglas y lógicas que suceden siempre, aunque en realidad no es así, todo es un caos”

“Hay un concepto que me gusta: ‘preternatural’, el cual es un poco contrario a sobrenatural pues habla de que hay muchos fenómenos y lógicas que no conocemos, pero que cuando nos encontramos con ellas tendemos a decir que no es de este mundo, aunque sí lo sea. En los cuentos hago un paralelismo para decir que todo puede pasar porque la realidad es fantástica en sí misma”.

¿CUENTOS DE HADAS? Respecto a por qué no solemos identificar la crueldad en los cuentos infantiles, Urbina destacó que la niñez es un lado de la naturaleza humana en la que se vive en una especie de “estado salvaje" porque no se han aprendido las normas sociales ni el tipo de comportamiento que ya asumieron los adultos.

“En ese sentido, la actitud rebelde es un poco ominosa porque también los niños pueden ser muy crueles, pero para ellos es algo normal, no juzgan como nosotros. Son más cercanos a la naturaleza que un adulto que intenta cubrir lo que le pide la realidad en la que él vive”.