Sobre la fusión entre el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR) ya es fundamental que haya un aviso oficial, además de hacer ciertas precisiones importantísimas, pues por la estructura y fuerza que tiene el IMPI pensamos que éste abrazaría y adoptaría al INDAUTOR. Lo ideal sería que se definiera la identidad de un Gran Instituto de la Propiedad Intelectual, gracias a un análisis profundo sobre el tipo de servicios que presta cada uno y en qué cosas podrían sumar y hacer sinergias, manifestó la abogada especialista en Derechos de Autor, Quetzalli de la Concha.

En una reunión vía zoom con el editor peruano, Germán Coronado Ballenas, director de Ediciones Peisa; Roberto Arochi, uno de los abogados de Propiedad Intelectual y de Derecho de la Publicidad líderes de México; y el Presidente Grupo Iberoamericano de Editores, José Ignacio Echeverría, la abogada De la Concha opinó que lo preocupante en el planteamiento original por parte del Presidente de la República -durante la conferencia de prensa en la que anunció la posible fusión- es que tenga como punto de partida que el INDAUTOR no tenga, actualmente, un titular:

“Me gustaría pensar que una decisión así no provenga de la falta de esta aparente orfandad, de no tener personal en un puesto administrativo, o presupuesto, sino de un análisis mucho más profundo acerca de si es necesario, qué ventajas tendría, y si implicaría crecimiento y mejora en el servicio para todos los usuarios que tengan que ver con industrias creativas”, señaló.

Apuntó también que a pesar de la falta de presupuesto a la que el INDAUTOR se ha enfrentado, la institución ha sido galardonada en cuanto a atención al público por su eficiencia y empatía, rasgos que deberían resguardarse como directrices en caso de una integración.

“La falta de presupuesto y apoyo es una deficiencia por falta de análisis del gobierno federal en general, porque no se le ha dotado la importancia que otros países están dando a la materia. Es una falta de interés añeja y desconocimiento antaño respecto del derecho de autor y las industrias involucradas”

En ese sentido, resaltó como fenómeno interesante del contexto actual, el desarrollo que se ha gestado en los últimos 30 años en cuanto a la presencia del derecho de autor en tratados internacionales de libre comercio, dejando patente que el derecho de autor tiene un valor para la industria de un país:

“Tiene un valor para el Producto Interno Bruto (PIB) y por lo tanto se hace presente en los tratados de naturaleza comercial. En principio se cuestionó por qué se incluía el derecho de autor, si era sólo porque tiene consecuencias comerciales, y creo que es porque tiene consecuencias macro-económicas: si uno piensa que en Estados Unidos casi el 24% del PIB viene de industrias creativas, se entiende que sea un país preocupado por proteger sus derechos; y los países firmantes de estos tratados tienen que garantizar una protección eficiente en los derechos de autor”, añadió.

Consideró que la incertidumbre sobre la posible fusión es negativa, y que si se decide llevar a cabo se deberá invitar a industrias y usuarios a la discusión, y concluyó que de hacerse correctamente la integración podría ser benéfica, pues por una parte el IMPI ha trabajado y desarrollado su infraestructura, solucionando problemas que el INDAUTOR no ha podido tratar porque tiene otros, y por otro lado el INDAUTOR es una institución altamente especializada y reconocida por su nivel de eficiencia con los recursos que tiene, cuyos estándares habrá que respetar.