+Es preciso preferir la soberanía de la ley a la de cada uno de los ciudadanos

Aristóteles

La animadversión de Andrés Manuel López Obrador contra el Instituto Nacional Electoral no es nueva. Mantiene vivo el “agravio" que el presidente siente desde su primera derrota electoral en el año 2006.

Primero criticó los elevados sueldos de los Consejeros del INE y más enojado se puso cuando no pudo reducirlos.

Luego, en 2019 vino el llamado del Instituto para que comparecieran López Obrador y la entonces secretaria de Bienestar, María Luisa Albores, a explicar por qué los Siervos de la Nación llevaban las siglas de AMLO en el uniforme.

“Vámonos respetando, no somos iguales, que no me confundan porque eso sí calienta,” exclamó el presidente además de criticar al INE por ser el organismo electoral más caro del mundo.

Hagamos aquí un paréntesis para algunas puntualizaciones:

Es cierto que en 2006 el presidente Vicente Fox se expresó en contra de don Andrés, como también es cierto que a partir de entonces, la Cámara de Diputados realizó una reforma electoral que limita a los servidores públicos a expresar preferencias políticas y que utilicen recursos públicos para propaganda personal. Aquí está el fundamento legal de la llamada de atención sobre los Siervos de la Nación.

Es cierto que el INE tiene un presupuesto muy alto, pero olvida el presidente que de los 19 mil 593 millones aprobados por los diputados para 2021, siete mil 159 son para los partidos políticos y el resto es para organizar las elecciones federales en todo el país, más 15 elecciones estatales. La pura impresión del material electoral es tan complicada como costosa: las boletas serán distintas para cada uno de los 21 mil 367 cargos en disputa.

¿Puede el INE reducir el presupuesto a los partidos? No. Debe asignarles lo que por ley corresponde a cada uno, como lo ordena una fórmula matemática establecida en la ley. En otros países, el financiamiento a los partidos proviene del sector privado; en México proviene de los recursos públicos. Así lo determinó el Congreso al aceptar la iniciativa del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

¿Puede el INE reducir sus funciones? No. A lo largo de las distintas reformas electorales, el Congreso las ha ido aumentando.

Pasemos al siguiente round:

El pasado 23 de diciembre, uno de los amables reporteros que acuden a las mañaneras, solicitó al presidente su opinión sobre la alianza opositora. AMLO se soltó “como hilo de media"… Afirmó que los partidos de oposición “se agrupan para defender (…) el beneficio para las minorías, la corrupción, el empobrecimiento del pueblo, la inseguridad, la violencia." El presidente tiene derecho de pensar lo que quiera. A lo que no tiene derecho es a condenar la alianza opositora en red nacional de TV. Así como Fox y Calderón recibieron llamados de atención ante las quejas fundadas que presentó la izquierda, ahora el PRD ha presentado su queja contra AMLO.

El último round, hasta ahora, se dio porque el INE acordó que las mañaneras no fueran transmitidas en red nacional durante el período electoral para mantener los principios de equidad para todos los partidos y una conducta de neutralidad e imparcialidad de las autoridades federales y estatales. Pero, ojo, no ha pedido que se suspendan.

Lo que AMLO quiere es “convocar a los mexicanos a que opinen si está bien que el INE nos silencie y que el presidente no pueda opinar." ¿Sería vinculatoria tal consulta? No, porque la ley electoral es muy clara al respecto y no se sujeta a voluntades coyunturales. Me temo que detrás de esta pelea, AMLO se está curando en salud. Si MORENA pierde las elecciones intermedias y/o varias gubernaturas, cantará que el INE facilitó el fraude.

Palabras graves en boca de un presidente.

¿Resistirá nuestra joven democracia..?

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