Opinión

¿Qué me cautivó del foro?

¿Qué me cautivó del foro?

¿Qué me cautivó del foro?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Con todo y las múltiples reformas de

que ha sido objeto, la Ley de

Protección a los Animales de la

CDMX permanece intacta en cuanto a

que en su artículo 25, fracción I, PROHIBE, bajo cualquier motivo, la utilización de animales en protestas, marchas, plantones y similares, pero, parece ser que ninguna de las autoridades encargadas de su vigilancia y estricto cumplimiento están conscientes de la obligación que les compete al respecto, puesto que durante la reciente manifestación de la gente del Hipódromo de las Américas

no hicieron ni siquiera el intento de retirar

los caballos. ¡Vamos!... ni por casualidad

se vio a personal de la Brigada

de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana hacer el intento, y el acto se desarrolló sin siquiera una llamada de atención.

Así, el respeto capitalino para

la Ley en comento…

En otro tema, se recordará que estuve promoviendo el Foro Virtual organizado para el pasado miércoles por mi compañero de páginas, el abogado animalista Isidro Cisneros. Aunque hubo quienes lo comentaron como muy extenso y que tampoco se trató de un “debate” como tal se me había planteado y lo pasé a costo, en lo personal me resultó un ejercicio necesario y muy interesante, más que nada partiendo de poder escuchar lo que para mi fueron algunas voces nuevas, frescas, pero todavía mejor, a-ca-dé-mi-cas. Entonces, ser testigo de que ya a tal nivel se investigan, discuten, aceptan, promueven y hasta se exigen derechos para los animales no humanos, y asimismo el cumplimiento de nuestras obligaciones para con esas maravillosas criaturas, me parece extraordinario; especialmente echando la memoria hacia atrás, cuando a quienes luchábamos por lograr esos alcances simplemente se nos descalificaba con cualquier cantidad de epítetos. Siendo así…

Les cuento que cada participante, incluidos ambos moderadores —Isidro y Silvia Pasquel— me dejaron magnífica impresión. Él, como el personaje, convencido y conocedor del tema, y ella, sorprendentemente bien informada y celebradamente puntillosa, especialmente cuando dejó al aire dos temas, uno de ellos de aúpa y por lo que quedó sin ser respondido por quien recibió la encomienda. Me refiero a la negligencia médico veterinaria, situación que presenta un vacío jurídico urgente de resolver. Por otra parte, “descubrí” a la Dra. Marisol Anglés, especialista en Derecho Ambiental, cuyas intervenciones, todas, me sedujeron, comprándole en primera instancia su insistencia en que de una vez por todas, los humanos nos asumamos como un animal más. Igualmente me identifiqué con su reclamo hacia la mirada antropocéntrica por la cual es definido qué prójimo y hasta dónde tiene o no derechos, declarando lo anterior como un claro “abuso de poder”. Dura y puntual, destacó también que no se puede generar una escala de valores dependiendo de si tal animal creemos que siente más que otro o hasta dónde, y menos todavía, dependiendo de la importancia que nos representan. Que ello es simple y llanamente una protección instrumental y utilitarista. ¡De acuerdo! Por cierto, fue la única que captó y dio correcto sentido y respuesta a la pregunta enviada desde Italia por persona interesada en conocer la opinión del panel respecto al dilema que representa el comprarle una lata de salmón a un gato y no pensar que incluye a otro animal que se está sacrificando para el propósito de alimentar a una especie privilegiada por su cercana relación con el ser humano. De la Dra. Ma. Teresa Ambrosio, investigadora de la UNAM, criminóloga y victimóloga especializada en atención integral de los animales, me cautivó su posición al considerar como tema medular la importancia de pre-ve-nir el maltrato, algo en lo que coincido plenamente y que considero de primer orden. Ella expuso también, bajo lo suyo, la existencia real y tangible de una “victimología verde” y de la comprobada relación entre el maltrato animal y la violencia hacia la mujer y las personas menores. Refirió asimismo la existencia de indicadores clínicos que reconocen ese maltrato, haciendo hincapié en que el cuerpo de estos seres habla de su dignidad y de su dolor, y que por lo tanto es una prueba pericial importante. De ahí, que ante casos del tipo no deba manipularse el cadáver antes de que un experto lo intervenga, a fin de no provocar la pérdida de evidencia que puede ser factor hasta de un delito mayor, y...

Por hoy hasta aquí llego, esperando DM tener pronto la oportunidad de seguir compartiendo lo que se me quedó de cada panelista…

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