Opinión

Una Navidad diferente

Una Navidad diferente

Una Navidad diferente

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hay Navidades que pasan a la historia, como aquella de 1914, al inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando soldados de tropas rivales en el frente de Bélgica, decidieron de manera espontánea hacer un alto al fuego, y salieron de sus trincheras para darse abrazos, jugar un partido de futbol y compartir los escasos alimentos que unos y otros tenían. A este episodio de la historia se le conoce como La Tregua de Navidad, que dejó como resultado varios arrestos posteriores y la política de rolar a las tropas a distintos escenarios.

En distintas guerras, los militares han concedido suspender el fuego en la Navidad, lo que nos remite a las palabras de los ángeles: Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, pero la Navidad de este 2020 será recordada porque a nivel mundial, a todos nos tocó vivir el mismo confinamiento en nuestros hogares, reduciendo al máximo los contactos sociales, y con un mismo consejo por parte de las autoridades sanitarias, para evitar acudir a los centros comerciales para comprar regalos, además de que la situación económica también ha afectado a todos los países.

A diferencia de otras ocasiones, los medios de comunicación y el internet hicieron cuanto pudieron para acercar a las familias y amistades, y salvar un poco el tradicional espíritu navideño, como también ocurrirá en la celebración de fin de año y el próximo 6 de enero con la epifanía.

En el caso de México y de varios países como Estados Unidos, Chile, Costa Rica, Reino Unido y la Unión Europea, el mejor regalo de Navidad fueron las vacunas contra el Covid 19 que ya han empezado a circular por los hospitales y asilos, y que traen esperanza a la gente de que esta pandemia poco a poco irá cediendo y en un futuro incierto se podrá regresar a la normalidad, aunque ciertamente debilitados en los sistema productivos, la economía en general, y con un profundo dolor en el alma al haber perdido a familiares y amigos a lo largo de esta enfermedad que parecía indomable.

El Papa Francisco y otros líderes han dicho que la vacuna debe ser compartida con los países pobres que no tienen los recursos mínimos para adquirirla, y cuyas situaciones, ni siquiera aparecen en los periódicos y noticieros de manera específica.

Esta Navidad fue distinta por muchas cosas; hay tantas historias como habitantes hay en el mundo: más de 7 mil 600 millones de personas repartidas en todos los continentes. No es una exageración decir que una pandemia mal atendida puede llevar a la extinción de la humanidad, y el mejor ejemplo de ello es que en el Nuevo Mundo, millones de indígenas murieron, desolando las islas caribeñas y desapareciendo a incontables grupos étnicos que no tenían defensas en sus organismos contra la viruela o el sarampión.

En estos días en los que las vacunas comienzan a ser distribuidas, bien vale la pena recordar la hazaña y el éxito que tuvo el Dr. Francisco Javier Balmis quien, de España, por orden de Carlos III, trajo la vacuna contra la viruela al Nuevo Mundo llegando este beneficio a las islas filipinas.