Opinión

Yo soy esto

Yo soy esto

Yo soy esto

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es difícil descubrirse y describirse a sí mismo. Yo, por ejemplo, no dejo de sorprenderme de mi mente, siento que es muy creativa pero muy dispersa. A veces trato de apresar mis pensamientos y se me escurren como el agua. Mi mente es impredecible, nunca sé realmente que camino tomará el día de hoy. Sé que es apasionada y fuerte. También es constante, pues cuando inicia un recorrido jamás lo abandona. Quiere estar alerta y ser coherente todo el tiempo, pero a veces no lo logra. Es imaginativa e irreal; en ocasiones vuela por mundos que desconoce. Es exigente consigo misma, está ávida de conocimientos que muchas veces no alcanza a comprender. Con firmeza; Piensa en el bien y rechaza al mal. Mi mente es la generadora de mis pensamientos, pero ¿quién los inspira? Para mí, la respuesta es mi espíritu.

Observo mis emociones y descubro que en ocasiones soy capaz de sentirme en las puertas del cielo, admirando toda la creación como los mares, ríos y montañas. Admirando la complejidad de las funciones de mi cuerpo. Extasiándome en la inmensidad del cosmos. Entonces descubro mis miedos a lo desconocido, la falibilidad de mi vida, los engaños, las mentiras, las memorias negativas, el lado obscuro que todos poseemos. Y aun así me emociono, pues todo eso me habita. Y ¿quién está detrás de todo esto? Nuevamente mi espíritu.

Este es mi reto. Conocerme de fondo. He tenido que realizar un proceso largo y espinoso, no muchas veces placentero, para alcanzar a descorrer el velo de mi alma. He querido descubrir mis virtudes y mis defectos. He decidido aceptarme y amarme. He decidido valorarme y no menospreciarme. Y he descubierto que este camino es inacabable.

La mayor parte de la gente no quiere oírte hablar de ti mismo, y menos que pienses en ti mismo, dicen que es egolatría. Pero no podrías llegar a conocerte a ti mismo sino no realizas este proceso de auto-observación.

En general, depositamos los sentimientos como el amor, dulzura, ternura, o comprensión, en nuestros seres queridos, pero ¿porque no hacerlo con nosotros mismos? Esto elevaría nuestro auto-concepto y haría que nos amáramos más, reconociendo que somos creación divina. Entonces caminaríamos con más confianza en la vida.

Por lo tanto, decido elegir. Conducir el timón de mi barco por mí misma. Me doy cuenta que tengo la capacidad de dirigir mis pensamientos y mis acciones. Que no permitiré que nadie se erija como juez respecto a mi persona. Que lo más importante es saber lo que yo piense de mí misma, no lo que los demás opinen sobre mí. Que yo soy mi propio juez y acepto mis propias sentencias, buenas o malas. El precio habré de pagarlo yo misma.

Decido que todo lo que yo realice sea para el logro de mi superación interior, que mi lucha no es para lograr convencer a nadie, sino para entenderme yo misma, que no deseo adoctrinar a nadie, pues no estoy capacitada para ello, y que no quiero complacer a nadie, sino a Dios mismo.

Mail: corzoalma@yahoo.com