Opinión

El autor del montaje: #NarcoPresidente

Desesperada porque su candidata presidencial no prende al elector, la ultraderecha mexicana orquestó una campaña negra para intentar reposicionar a Xóchitl Gálvez en las encuestas.

Como todos los montajes, este también se orquestó con mentiras y calumnias.

Utilizaron la inseguridad por narcotráfico, un tema sensible para los mexicanos, para esparcir el hashtag: #NarcoPresidente.

El objetivo era quitarle al PRIAN la etiqueta de corruptos y cómplices del narcotráfico, la cual se ganaron por múltiples escándalos durante sus gobiernos con casos como el de Raúl Salinas, los 43 estudiantes de Ayotzinapa y el juicio condenatorio a Genaro García Luna.

Para tratar de meterse en la pelea necesitaban manchar la imagen de AMLO y de Claudia Sheinbaum, los mejor posicionados hoy en las encuestas rumbo al 2 de junio.

El primer acto fue hackear, desde España, la lista de la fuente periodística que cubre “La Mañanera” de AMLO.

Se difundieron datos personales de un grupo de periodistas, para esparcir la idea de que el gobierno los expone al crimen organizado.

No fue casual que muchos nombres y datos no se divulgaran. Por ejemplo, los del conductor de la cadena UNIVISIÖN, Jorge Ramos, quien apareció en escena dos días después de la filtración de la lista.

“Fue casualmente!” a La Mañanera, aunque en política nada es casual, a reiterar, por cuarta vez: el “preocupante” número de asesinatos en el país.

De nada sirvió demostrarle que la tendencia va a la baja 20%, porque ya llevaba su script.

Dos días después, vino otra “casualidad”: con la sincronía de un reloj suizo, tres medios internacionales publicaron el mismo día tres versiones redactadas distinto, pero con la misma información de la DEA, y firmadas por tres periodistas especializados en narcotráfico.

Reviven una vieja investigación cerrada de la DEA de 2010, sobre una supuesta entrega de recursos a la campaña presidencial de 2006 de AMLO.

Esa investigación, basada en un testigo protegido cómplice de García Luna, fue desmentida tres días después por la propia asesora en materia de Seguridad de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall, quien confirmó: no se encontró ningún delito y fue cerrada en 2010.

Quedó claro que el PRIAN tramó y pagó para revivir esa investigación, muerta 14 años atrás.

Con el tema en la agenda mediática, vino el tercer acto. La candidata del PRIAN inició lo que llamó una “gira internacional” que arrancó en EU.

No fue a California, donde vive la mayoría de los migrantes paisanos, de hecho, les dio la espalda y se burló de quienes se manifestaron en su contra en Nueva York y Washington.

En realidad, Xóchitl fue a comprometer los recursos del país a cambio de una alianza y de la ayuda del Departamento de Estado y de la Organización de Estados Americanos OEA, brazo legitimador de los gringos para intervenir países, derrocar gobiernos y entrometerse en asuntos internos de otras naciones.

Para fortalecer su narrativa, aseguró que dos terceras partes del país están en manos del narcotráfico y se prepara una elección de Estado.

Cerró el montaje con una videograbación desde el Center Park, donde le pide a AMLO que demande al gobierno de EU para lavar su honra, como si no supiera que el PRIAN y quienes lanzaron su candidatura operaron, pagaron y magnificaron el montaje. ¡Vaya desfachatez!

Ahí comenzó la campaña en “X” y otras redes sociales con la etiqueta #NarcoPresidente, impulsada por granjas de bots desde 50 países con una inversión de más de un millón de dólares semanales.

Pero la gira de la aspirante presidencial del PAN se redondeó en Madrid, España, donde se tomó una foto con el expresidente Felipe Calderón difundida en todos partes por el expresidente panista.

Quiso mandarle el mensaje a AMLO de que él había sido el autor intelectual del montaje #NarcoPresidente, pero con la foto regresó en automático a su realidad a Xóchitl, como la verdadera candidata del narcotráfico y de la corrupción en México.

Ni modo, la vanidad cuesta.