Opinión

El Frente Simulador por México

El método de elección del candidato presidencial para 2024 de la derecha mexicana, representada ahora por el autollamado Frente Amplio por México, es decir, la coalición opositora “Va por México”, resultó un rotundo fracaso y una simulación para intentar engañar a la ciudadanía.

De hecho, los únicos sorprendidos de este método que nació muerto fueron sus propios creadores, los dirigentes de los partidos que integran la coalición PAN, PRI y PRD.

Y es que fue descaradamente evidente que se trata de una farsa planeada desde la oligarquía mexicana del viejo régimen, para simular cercanía con el ciudadano.

Querían diferenciarse del método de Morena y, de una manera excesivamente burda, pretendieron hacer creer a la gente que la derecha ciudadanizaría, por primera vez, su proceso de designación de candidato presidencial.

Ante la urgencia de no quedarse más rezagados frente a Morena, terminaron por presentar un verdadero bodrio ininteligible que generó confusión, decepción y división al interior de la coalición opositora.

Su método contempla supuestamente reunir firmas, participar en presuntos debates y someterse a una encuesta para definir a un candidato presidencial que, de antemano, ya está designado.

A eso se debe que distintos aspirantes, horas después de conocer el procedimiento, optaron por bajarse de la contienda, no sin antes calificarla como una “burda simulación”.

Por ejemplo, una de las mejor posicionadas en las encuestas preliminares, la ex aspirante Lilly Téllez, formuló a los organizadores 50 preguntas sobre el complicado método, pero nadie le respondió.

La panista solicitaba la aclaración de puntos elementales para garantizar la legalidad, la equidad, la transparencia y la certeza del proceso, pero como dice el viejo refrán: “el que calla otorga”.

Foto: Cuartoscuro

Foto: Cuartoscuro

Por eso Téllez, en un vídeo que hizo público, denunció que el método “no garantiza que existan plenas condiciones de equidad entre los aspirantes”.

Dejarle tan sólo una semana para preparar una elección nacional, con la recolección de 150 mil firmas de respaldo, es francamente algo imposible “para una ciudadana”, expresó.

Lo cierto es que el método de selección del candidato de la derecha no otorga el poder de decisión al ciudadano, lo deposita en el aspirante que tiene la capacidad de movilizar masas.

En otras palabras, se favorece a los políticos que pueden hacer uso del voto corporativo a través de organizaciones partidistas o gremiales.

Tampoco hay certidumbre alguna para los suspirantes de la coalición “Va por México”, sobre la autenticidad del padrón electoral interno y nunca se determina la forma en que se contabilizarán los votos de las y los “ciudadanos”.

Sobre el uso de dinero, no se establecieron tampoco reglas para garantizar equidad entre los participantes: ni del origen, ni de los montos y menos se fijan gastos permitidos.

Pero eso no fue todo, dos días después de anunciar el método, los integrantes de lo que llamaron el Consejo Electoral Ciudadano disolvieron ese órgano supuestamente creado para vigilar el cumplimiento de las escasas reglas establecidas.

Menos de 72 horas después de conocerse el procedimiento del Frente “Amplio” por México, bajo los mismos términos que Téllez, se retiró también de la farsa de la derecha la aspirante del PRI, Claudia Ruiz Massieu.

Por eso el verdadero nombre del bodrio opositor debería ser Frente Simulador por México, porque ésa es la verdadera esencia de la ultraderecha que lo impulsa: la hipocresía y la ambición desmedida por regresar al poder para seguir robando.

Tr: @vromog