Opinión

¿Por qué Martí?

No es ninguna casualidad que Martí Batres Guadarrama sea en este momento eminentemente político, quien sustituya a Claudia Sheinbaum como gobernante de la Ciudad de México.

La exmandataria capitalina sabía que, de abandonar el cargo para buscar la candidatura presidencial de Morena, tendría que sucederla un experimentado político y conocedor profundo del territorio más politizado del país.

Martí, más que cualquier integrante del gabinete del gobierno capitalino, cumple con esas dos cualidades para gobernar la Ciudad de México durante el último tramo del sexenio y de cara a lo que viene.

Su trayectoria en el sector público explica porqué se convirtió en el sucesor natural de Sheinbaum.

Fue de los fundadores del PRD, diputado local y coordinador de su grupo parlamentario en la primera Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y, posteriormente, presidente en la Ciudad de México de ese partido.

Es senador con licencia desde el 12 de julio de 2021, cuando asumió el cargo de secretario de gobierno de la Ciudad de México, tras la elección local intermedia de ese año.

Batres tiene todas las tablas y las credenciales para gobernar la ciudad porque ha sido, en tres ocasiones, funcionario del gobierno de la Ciudad de México, en distintas épocas.

Cuando el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador gobernó la capital, Martí fue uno de sus más efectivos apagafuegos como subsecretario de Gobierno y, al mismo tiempo, vocero que reviraba los ataques políticos de los adversarios.

Después, en la gestión de Marcelo Ebrard, se desempeñó como secretario de Desarrollo Social.

Ya como secretario de gobierno, en este sexenio, realizó un trabajo político silencioso, pero impecable para desactivar los asuntos políticos delicados.

Como responsable del vínculo con el Congreso de la Ciudad de México, mantuvo una relación cordial, cercana y productiva con los legisladores de todas las fracciones parlamentarias.

Ese diálogo fluido permanente con los congresistas, fue clave para que se aprobara el cien por ciento de las iniciativas de ley enviadas por el gobierno capitalino.

Ahora Batres tendrá que conducir los destinos de la capital en tiempos electorales, es decir, cuando la oposición arremeterá con todo para tratar de descarrilar al gobierno y hacerse notar.

Otro reto del jefe de gobierno de la ciudad es evitar que haya caos ante la inminente desbandada interna de funcionarios del gobierno capitalino, quienes dejarán sus cargos para buscar nuevos espacios en las elecciones de 2024.

Para 2024 en la Ciudad de México se juegan los 66 escaños del Congreso capitalino, las 16 alcaldías y 160 concejales.

Una tarea básica del recién nombrado mandatario capitalino, es darle continuidad a los logros de su antecesora para inclinar el voto con un buen gobierno en favor de su partido en las 16 demarcaciones territoriales.

Pero el gran reto de Batres será conducir ese proceso electoral, incluida la pelea por la jefatura de gobierno, al tiempo de garantizar la gobernabilidad democrática en la Ciudad de México.

Esas son la razones por las que Martí Batres es hoy jefe de gobierno de la Ciudad de México.