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Debido a su gran capacidad de adaptación, ésta especie ha tenido un gran impacto en los ecosistemas de diversas partes del mundo

Cotorra monje argentina: una especie exótica no tan “monje”

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Cotorra monje Cotorra monje (Myipositta monachus) en Torreón, Coahuila, y nidos interconectados. (Fotos Jorge Lozano y Claudia Muñoz-Fernández.)

La cotorra argentina, con nombre científico Myiopsitta monachus, es originaria de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. También es conocida como cotorra monje, se dice que, por convivir en grandes nidos, como monjes en un monasterio, y por el color del plumaje que, con imaginación, parece el hábito de un monje.

Debido a su gran capacidad de adaptación, ésta especie ha tenido un gran impacto en los ecosistemas de diversas partes del mundo. Es catalogada como especie invasora de alto riesgo en varios países, incluyendo México, ya que puede perjudicar a otras especies, ya sea a través de la agresión y/o la competencia por el alimento u otros recursos, como por ejemplo sitios de anidación. Debido a la peculiaridad de sus nidos, también causan daños a la infraestructura urbana, dado su gran tamaño, que llega a pesar 150 kg, y ocasionan también daños económicos al sector agrícola como consecuencia del consumo, principalmente de girasol, maíz, sorgo y algunos frutos como el chabacano.

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Después de la prohibición del comercio de psitácidos nativos en México en 2008, el comercio de esta especie se incrementó considerablemente. Y, debido posiblemente a escapes o liberaciones accidentales, se reportan actualmente colonias silvestres en 30 estados del país, en ciudades como Aguascalientes, Celaya, Chihuahua, Ciudad de México, Colima, Durango, Ensenada, Guadalajara, Guerrero Negro, La Paz, Loreto, Mexicali, Morelia, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Saltillo, Tijuana, Torreón, Tuxtla Gutiérrez, Veracruz, Xalapa, entre otras.

Por otra parte, al igual que muchas especies invasoras, la cotorra monje puede actuar como vector potencial y/o reservorio en la transmisión de enfermedades, introduciendo nuevos patógenos o facilitando la dispersión de patógenos nativos que ponen en peligro a las especies autóctonas y aumentan el riesgo de zoonosis (tránsito de una enfermedad infecciosa de un animal a humanos). En el Hospital Veterinario de Especialidades en Fauna Silvestre de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, entre 2009 y 2019, la cotorra monje fue llevada a consulta con una frecuencia del 6.56%, siendo la tercera especie de psitácido en ser atendida. En general, en esta especie se han reportado enfermedades infecciosas tanto virales como bacterianas, sin embargo, la presencia de parasitosis ha sido escasa. A través de una búsqueda exhaustiva de literatura científica de publicaciones realizadas entre 2000 y 2021, únicamente se encontramos 13 documentos (11 artículos científicos y dos de literatura gris) sobre la presencia de parásitos externos (o ectoparásitos) e internos (o endoparásitos) de interés veterinario y de salud pública para la cotorra monje. En estas referencias se reportan 17 especies de parásitos (11 externos y 6 internos), teniendo mayor prevalencia los ectoparásitos (27%) que los endoparásitos (16%). Los parásitos mayormente mencionados fueron Paragoniocotes fulvofasciatum, Ornithonyssus bursa y Cryptosporidium spp.

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Cotorra monje Cotorra monje Myiopsitta monachus. ((Fotografía: ccurtis727, iNaturalist México; dibujos de parásitos: Regina Vera González).)

El piojo Paragoniocotes fulvofasciatum puede ser perjudicial para las aves domésticas y silvestres, ya que deteriora la calidad de las plumas, lo que perjudica la termorregulación e interfiere en la reproducción. El ácaro Ornithonyssus bursa es abundante en los polluelos y nidos de la cotorra monje; pueden afectar a las aves silvestres y se considera una plaga en las aves de producción, además, puede causar dermatitis en humanos cuando hay nidos de cotorra monje infectados cerca de asentamientos humanos. Los protozoarios del género Cryptosporidium comprenden 32 especies que son responsables de causar infecciones gastrointestinales y, en algunas especies, infecciones respiratorias. La transmisión se da principalmente por vía oro-fecal, pero también por alimentos o aguas contaminadas; de las cinco especies que han identificado en las aves (C. meleagridis, C. baileyi, C. galli, C. tyzzieri y C. anserinum), C. meleagridis tiene cierto riesgo zoonótico.

El control de las especies invasoras antes y después de establecerse en un sitio, así como la reparación de los daños causados, representa un costo económico a veces considerable, por lo que evitar escapes o liberaciones y regular su comercio sería una de las primeras estrategias para su control y la mitigación de los daños. Es fundamental sensibilizar y desarrollar estrategias de control de estas especies, ya que suponen una amenaza para la salud animal y la humana. La falta de información actualizada y específica, así como el reporte de casos y estudios específicos sobre las enfermedades que pueden presentar las especies exóticas invasoras, es un obstáculo para comprender los riesgos sanitarios que conllevan, incluso de aquellos parásitos de bajo riesgo, ya que pueden generar impactos nocivos sobre la fauna nativa, animales de producción y la salud humana.

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Cotorra monje Reportes de avistamientos y colonias establecidas en México. (imagen: https://www.gbif.org/species/2479407.)

Referencias

Ángeles-Torres LE, et al. 2023. Veterinaria México OA 10:1-15. doi: 10.22201/fmvz.24486760e.2023.1083.

Bassini-Silva R, et al. 2019. Brazilian Journal of Veterinary Parasitology 28(1):134-139. doi: 10.1590/S1984-296120180097.

CONABIO. 2017. Evaluación rápida de invasividad de Myiopsitta monachus. Sistema de información sobre especies invasoras en México. Reporte final del proyecto CONABIO LI047. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/222387/Myiopsitta_monachus.pdf

MacGregor-Fors I, et al. 2011. Revista Mexicana de Biodiversidad 82:1053-1056. doi: 10.22201/ib.20078706e.2011.3.721

1. Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.

2. Secretaría Técnica. Instituto de Ecología, A.C.

*luis.garcia@inecol.mx

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