Un telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO) ha captado una imagen de una nebulosa oscura en el centro de la Vía Láctea con la silueta de un lobo fantasmagórico y negro, según informó este jueves la institución con ocasión de la festividad de Halloween.
La imagen de la bautizada como Nebulosa del Lobo Oscuro, de 283 millones de píxeles, fue tomada por el VLT Survey Telescope (VST) del Observatorio Paranal en el desierto de Atacama en Chile, informó en un comunicado la institución con sede en Garching (Alemania).
A diferencia del resto, las nebulosas oscuras no emiten luz visible, ya que ésta es absorbida por las partículas de polvo que hay en su interior, que solo dejan pasar radiación en longitudes de onda más largas, como la luz infrarroja, explicó la nota.
Estas nubes de polvo cósmico congelado son tan densas que oscurecen la luz de las estrellas que están detrás, de forma que contrastan sobre lo que aparece en las imágenes como un brillante telón de fondo.
En el caso del Lobo Oscuro, éste se recorta contra coloridas nubes de formación estelar situadas detrás de él, que brillan en tonos rojizos debido a la presencia de hidrógeno y a la intensa radiación ultravioleta de las estrellas recién nacidas que hay en su interior.
Situada en la constelación de Escorpio, en el centro de la Vía Láctea, la Nebulosa del Lobo Oscuro forma parte en realidad de una nube de polvo cósmico aún mayor, llamada Gum 55, y se halla a una distancia de 5.300 años luz de la Tierra.
No se puede observar a simple vista, pero el VLT captó su imagen cuando realizaba un sondeo fotométrico que ha servido para estudiar unos 500 millones de objetos de la Vía Láctea y comprender mejor el ciclo de vida de las estrellas de nuestra galaxia.
Sin embargo, hay nebulosas oscuras que sí son visibles para el ojo humano, como la Nebosa del Saco de Carbón, situada en la constelación de la Cruz del Sur y bien conocida en el hemisferio sur por pueblos como los incas o los mapuches.