Un nuevo artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) revela la capacidad sin precedentes de un ctenóforo, conocido como medusa peine, para revertir su desarollo.
Los hallazgos sugieren que la plasticidad del ciclo de vida en los animales podría ser más común de lo que se creía anteriormente.
Los ciclos de vida de los animales suelen seguir un patrón familiar de declive con innumerables variaciones: nacen, crecen, se reproducen y mueren, dando paso a la siguiente generación. Solo unas pocas especies son capaces de desviarse de este principio general; el ejemplo más conocido es la “medusa inmortal” Turritopsis dohrnii, que puede revertir su estado de medusa adulta a pólipo. Este esquivo grupo de animales con ciclos de vida flexibles ahora incluye al ctenóforo Mnemiopsis leidyi.
“El trabajo desafía nuestra comprensión del desarrollo animal temprano y los planes corporales, abriendo nuevas vías para el estudio de la plasticidad y el rejuvenecimiento del ciclo de vida. El hecho de que hayamos encontrado una nueva especie que utiliza esta peculiar ‘máquina del viaje en el tiempo’ plantea preguntas fascinantes sobre cómo se extiende esta capacidad a lo largo del árbol de la vida animal", dijo Joan J. Soto-Angel, investigadora postdoctoral en el Equipo Manet en el Departamento de Historia Natural de la Universidad de Bergen.
El notable descubrimiento comenzó por casualidad. Mientras observaba animales en el laboratorio, Soto-Angel notó que un ctenóforo adulto había desaparecido de un tanque, aparentemente reemplazado por una larva.
Curioso por descubrir si podían ser el mismo individuo, él y Pawel Burkhardt, líder del grupo en el Centro Michael SARS de la Universidad de Bergen, diseñaron experimentos para intentar reproducir esta posible reversión en condiciones controladas. Cuando se expuso al estrés de la inanición y las lesiones físicas, Mnemiopsis leidyi demostró una capacidad extraordinaria para pasar de su forma lobulada a una etapa larvaria de cidípido.
“Fue fascinante observar cómo se transformaban lentamente en una larva típica de cidípido, como si estuvieran retrocediendo en el tiempo“, recuerda Soto-Angel. ”Durante varias semanas, no solo cambiaron sus características morfológicas, sino que también mostraron un comportamiento alimentario completamente diferente, típico de una larva de cidípido".
El estudio amplía la conocida flexibilidad de desarrollo de los ctenóforos y posiciona a Mnemiopsis leidyi como un modelo valioso para futuras investigaciones en biología del desarrollo y envejecimiento. Dado que los ctenóforos se encuentran entre los primeros linajes animales, los hallazgos sugieren que el desarrollo inverso puede representar una característica antigua en el reino animal.
“Este es un momento muy emocionante para nosotros”, dijo Burkhardt. “Este fascinante hallazgo abrirá la puerta a muchos descubrimientos importantes. Será interesante revelar el mecanismo molecular que impulsa el desarrollo inverso y lo que sucede con la red nerviosa del animal durante este proceso”.