A través de un canal de Telegram, el 22 de octubre se filtraron documentos con los planes de ataque de Israel a Irán. La tensión no cesa, aunque recientemente Irán es el que amenaza a Israel, y de realizarse un nuevo ataque, la espiral de una guerra amplia en Medio Oriente continuará creciendo.
Apenas el 1 de octubre de este 2024, Irán lanzó un ataque hacia Israel con cerca de 200 misiles (algunos hipersónicos), en respuesta al asesinato de altos funcionarios de Hezbollah, especialmente el líder histórico Hassan Nasrallah; a funcionarios iraníes en Líbano y Siria; y al del líder de Hamas, Ismail Haniye, ocurrido en Irán.
La filtración de estos documentos ha sido calificada como un acontecimiento sin precedentes, pues si bien las filtraciones de Wikileaks o las de Edward Snowden, revelaron numerosos documentos de la inteligencia estadounidense, eran relativamente antiguos, y nunca había ocurrido una filtración casi en tiempo real como ahora.
Este hecho hizo que los planes del contrataque de Israel hacia Irán fueran retrasados unos días y se comenzara a especular sobre los motivos de la filtración. Se dijo, por ejemplo, que era una estrategia del gobierno de Estados Unidos para disuadir a Israel de atacar instalaciones nucleares en Irán.
No obstante, el esperado ataque llegó el pasado 25 de octubre durante la noche iraní y se llevó a cabo en tres etapas. El primero fue sobre Teherán, Khuzestan e Ilam, que luego se supo, era para detectar dónde se encontraban los componentes del sistema antimisiles iraní. Una hora después llegaron otras dos ráfagas de ataques. Los daños causados han estado rodeados de hermetismo, pero lo que no se ha comprobado si ocasionó pérdidas civiles y si se limitó a instalaciones militares. Eso sí, Irán reconoció la muerte de cuatro militares en el ataque y los daños en una base militar al sureste de Teherán y en otra base vinculada al ensamblaje de misiles balísticos (El Mundo, 26 de octubre de 2024).
En el discurso del ayatola Ali Jamenei, el líder supremo iraní, del sábado 26 de octubre, dejó a la consideración de las fuerzas armadas organizar o no una respuesta contra Israel. “El mal cometido por el régimen sionista hace dos noches no debe ser minimizado ni exagerado". Y agregó: “Depende de las autoridades determinar cómo transmitir el poder y la voluntad del pueblo iraní al régimen israelí y tomar medidas que sirvan a los intereses de esta nación y país”.
Por su parte el presidente de Irán Masoud Pezeshkian, dijo en una reunión de gabinete el domingo, “No buscamos la guerra, pero defenderemos los derechos de nuestra nación y nuestro país” y añadió: “Daremos una respuesta apropiada a la agresión del régimen sionista” (The Guardian, 27 de octubre de 2024).
El ataque de Israel, más limitado de lo que se había podido suponer, coincide con el ataque iraní previo con misiles de gran potencia que causaron daños mínimos. Esto permite suponer que ambas potencias están midiendo fuerzas, aliados posibles y nichos de oportunidad. Y es que de llegar a un enfrentamiento abierto podría provocarse una guerra multinacional y multiétnica.
Por eso es importante preguntarse ¿Cuál es la capacidad de Israel de dañar a Irán? Según los documentos filtrados, Israel cuenta con los siguientes equipamientos bélicos en caso de un enfrentamiento con Irán:
Las bases de la fuerza aérea, en Hatzerim (que alberga al escuadrón de ataque 69), Ramat David, Ramon y Ovda, operan los aviones a reacción F-15I (“Thunder”) y F-35 Lightning II. Cuentan con las municiones de dos modelos de misiles balísticos lanzados desde el aire (ALBM) y bombas guiadas (“bombas inteligentes”). También se está trabajando en mejorar las defensas aéreas, pues se sabe que Israel ha tenido ya dificultades para enfrentar los recientes ataques de Hezbolá, por lo que está desarrollando una nueva tecnología láser que podría estar lista en menos de seis meses (The Times of Israel, 28 de octubre de 2024).
También, Israel cuenta con buques de guerra que podrían ser desplegados rápidamente, ya sea para apoyo o como defensa. Además, la información filtrada da cuenta de una nueva generación de drones de largo alcance utilizados para actividades secretas, capaces de volar hacia Irán. Se cree que en este último ataque se lanzaron este tipo de drones para identificar las posiciones del sistema antimisiles iraní (IRNA, 26 de octubre de 2024).
Asimismo, en los equipamientos militares israelíes, están contempladas aeronaves de reabastecimiento aéreo y de alerta temprana que permiten a la fuerza aérea operar a larga distancia. Este tipo de aviones ya fue utilizado en un bombardeo contra Yemen. Además, el país se está abasteciendo de los misiles tierra-tierra Jericho-2 que utilizó el 1 de octubre para protegerse del ataque de Irán.
Sin embargo, la principal revelación de los documentos de inteligencia filtrados es que la fuerza aérea israelí está equipada con dos tipos de misiles balísticos de largo alcance para ser lanzados desde el aire: el Rocks, fabricado por RAFAEL y basado en el misil Sparrow; y el Golden Horizon, un misil que no se había revelado hasta ahora, de la misma gama que podría ser la nueva actualización del Silver Sparrow que mide 8.3 metros de largo con un alcance de 2,000 kilómetros y un peso de 3,100 kilogramos, previo al lanzamiento. Fue diseñado para simular misiles balísticos iraníes de clase Shahab-3 que tienen un alcance de 1.500-2.000 kilómetros después del lanzamiento y se comportan como misiles balísticos, ascendiendo a grandes altitudes antes de alcanzar su objetivo. A diferencia de éste, el Golden Horizon podría ser de menor tamaño para poder ser lanzado desde un F-15I (GlobalSecurity 21 de octubre de 2024).
Los estadounidenses identificaron decenas de estos misiles en la base de Hatzerim, y posiblemente también en Ramat David y Ramon. Los servicios de inteligencia estadounidenses habrían detectado que el 8 de octubre la fuerza aérea israelí habría sacado del almacén “al menos 40 misiles Rocks y 16 misiles Golden Horizon” coincidiendo con los ejercicios de ataque que fueron realizados hace algunas semanas (Haaretz, 23 de octubre de 2024).
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo la semana pasada que el ataque a Irán “será preciso y sorprendente. Los iraníes no sabrán qué los golpeó”. Sin embargo, esta declaración contrasta con la información publicada por la agencia Axios (26 de octubre de 2024), que aseguró tener fuentes que afirmaban que el gobierno israelí notificó a Irán sobre el ataque horas previas a él y a través de un tercer país. Todo esto vuelve a suscitar dudas sobre las intenciones de ambos países en este enfrentamiento, que no deja de ser oneroso para las economías nacionales. Tan sólo el ataque de Irán a Israel del 1 de octubre de 2024, se estimó que tuvo un costo de 180 millones de dólares.
El domingo pasado, un día después de los ataques israelíes a Irán, el ministro sin cartera Gideon Sa’ar sugirió que Israel debería tomar medidas para fortalecer los vínculos con los kurdos y drusos en el extranjero con el fin de crear una “alianza minoritaria” contra Irán, junto con esfuerzos para firmar acuerdos con otros países árabes, “en primer lugar con Arabia Saudita” (The Times of Israel, 27 de octubre de 2024).
Estas declaraciones, junto con los recientes atentados contra la empresa estatal de aviación en Ankara, Turquía, atribuidos al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), y los atentados en el sur de Irán, el mismo día de los ataques israelíes, organizados por el grupo salafista e independentista Jaish ul-Adl; encienden las alertas de una guerra regional que podría arrastrar a múltiples grupos, con una agenda propia, a un conflicto de consecuencias inimaginables, en una región que, desde la primavera árabe, se enfrenta al debilitamiento del Estado nación y a la atomización en milicias como ha ocurrido en Siria. Del uso o no del armamento disponible depende el futuro de la guerra con consecuencias que no son previsibles.
*(Seminario Universitario de Culturas del Medio Oriente)