La tuberculosis es la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de la COVID-19 y por delante del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es especialmente oportunista en personas vulnerables con VIH, de ahí la importancia de la investigación genética en la cual participaron investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Es por ello que investigadores de diferentes instituciones académicas y de salud llevaron a cabo el estudio titulado “Genetic Diversity of Mycobacterium tuberculosis Strains Isolated from HIV-Infected Patients in Mexico”, publicado en mayo de este año, en la revista “Pathogens”.
La investigación busca entender mejor la resistencia a los medicamentos y los linajes de la bacteria que causan la infección en esta población vulnerable. “Esto nos va a permitir conocer en esta población vulnerable con VIH, la farmacorresistencia y saber cuáles son los linajes que están causando infección en esta población”, explicó Cerna Cortés, coautor del estudio, y jefe del Laboratorio de Microbiología Molecular de la ENCB.
En el estudio también participaron Daniel Valencia, Rocío García y Sandra Rivera, por parte de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del IPN; Luis Narváez, Mariela Segura, Mario Mújica y Eduardo Becerril del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Ismael Cosío Villegas”; Amanda Ávila y Mónica Mata del Centro Militar de Ciencias de la Salud, Moisés León, del Instituto Nacional de Perinatología (Inper) “Isidro Espinosa de los Reyes”.
TUBERCULOSIS, VIGENTE Y SILENCIOSA.
De acuerdo con la OMS, la tuberculosis es considerada como una amenaza para la seguridad sanitaria y se contagia cada vez que alguien enfermo tose, estornuda o escupe, liberando así la bacteria “Mycobacterium tuberculosis” (MTb).
Hasta ahora, la OMS sabe que se ha infectado al menos a una cuarta parte de la población en todo el mundo, y que entre un 5 y un 10 por ciento de esas personas presentarán síntomas (principalmente en los pulmones) como tos con o sin sangre, además de pérdida de peso, fiebre, cansancio, fatiga crónica, entre otros.
De acuerdo con el grupo de investigación, “la tuberculosis activa se desarrolla en aproximadamente el 5 por ciento de las personas infectadas por MTb en dos años. Es decir que, en general, las personas saben que son portadoras de la bacteria hasta que presentan los síntomas”.
“Se da un tratamiento para la tuberculosis inicial, sin embargo, si alguna cepa es resistente, ese tratamiento puede que fracase, entonces buscar mutaciones asociadas a esta resistencia nos permite comunicar al área médica para que se pueda realizar el ajuste”, explicó Daniel Valencia, autor politécnico del estudio.
En 2022, la Secretaría de Salud en México registró 28 mil casos de tuberculosis al año y destacó que el 30 por ciento de las y los portadores de la bacteria no saben que la tienen.
Sin tratamiento, dice el estudio, la tasa de mortalidad por tuberculosis es alta (del 50 por ciento). En el año 2022 se contabilizaron 1,3 millones de muertes por tuberculosis, 167 mil de ellas eran personas con VIH, datos de la OMS.
Es por esa razón que la investigación en la que participó el IPN, se concentró en analizar genéticamente las cepas de la tuberculosis en pacientes con VIH atendidos en el INER. El objetivo fue proporcionar información relevante para una detección oportuna de la enfermedad, especialmente en pacientes con VIH, quienes médicamente tienen un sistema inmune vulnerable ante contagios de bacterias y virus.
VIH Y LA TUBERCULOSIS EN MÉXICO.
El análisis reunió los datos de 93 cepas de la bacteria MTb, es decir, bacterias que pertenecen a la misma especie (Mycobacterium tuberculosis) porque comparten características genéticas, pero con algunas otras distintas que proporcionan información sobre cómo se propagan las bacterias, cómo pueden ser eliminadas del cuerpo humano y qué tipo de medicamentos podrían curar a las personas con tuberculosis.
Las 93 cepas fueron obtenidas de las muestras pulmonares y extrapulmonares (médula ósea y sangre) de pacientes con VIH y tuberculosis. Luego, las muestras fueron sometidas a espoligotipado y tipificación de repetición en tándem de número variable de unidades (MIRU-VNTR), es decir, pruebas de laboratorio que permitieron conocer la diversidad genética de la bacteria MTb.
Los resultados del análisis genético con espoligotipado, arrojaron que se encontraron 66 patrones diferentes de espoligotipo en las 93 crepas detectadas en las muestras de los pacientes. El grupo de investigación también comparó sus hallazgos con la base de datos internacional SITIV T2 y detectó que 61 cepas de la bacteria MTb coinciden con 40 tipos internacionales de espoligotipo.
Asimismo, se encontró que la mayoría de las cepas (79 de las 93 analizadas) corresponden al linaje 4, también conocido como euroamericano, mientras que 12 cepas pertenecen al linaje 1 (indo-oceánico).
Según el artículo, en el análisis se detectó la presencia de la familia de Beijing, correspondiente con el linaje 2. La tipificación MIRU-VNTR indicó 93 patrones diferentes, uno para cada cepa.
“Esta información nos va a permitir plantear estrategias de salud pública para contener la dispersión de estas cepas en esta población y eventualmente disminuir el número de muertes”, argumentó Cerna.
El estudio advierte que hay poca investigación sobre la genética de la bacteria causante de tuberculosis en pacientes con VIH. La investigación contribuye a la identificación y clasificación de cepas que afectan con mayor frecuencia a pacientes inmunodeprimidos. (Carlos Antonio Sánchez)