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La niebla en nuestras ciudades cada vez es menos frecuente debido a la desaparición de nuestros bosques y nos priva de los beneficios de su presencia, tanto ecológicos como estéticos

La niebla y su importancia

Estudio
Niebla La niebla y su importancia. (Oscar Muñoz Jiménez)

El bosque mesófilo de montaña también conocido como bosque de niebla, es un ecosistema singular por sus características climáticas. Una de estas características es la presencia constante de niebla la cual en ocasiones puede limitar la visibilidad a solo unos cuantos metros de distancia. La región central de Veracruz, donde se ubican ciudades como Xalapa, Coatepec, Xico, entre otras están inmersas en este ecosistema. Quienes vivimos en esta región, hasta hace poco estábamos acostumbrados a ver a nuestras ciudades envueltas en la niebla la mayor parte del año, pero esto ha cambiado drásticamente en las últimas décadas.

La niebla son gotas de agua tan pequeñas, microscópicas, que no se precipitan en forma de lluvia, sino que permanecen suspendidas en el ambiente. Por esa razón, las zonas montañosas parecen estar sumergidas en bancos de nubes. La niebla juega un papel central en el ciclo hidrológico de los ecosistemas de montaña, es decir, gran parte del agua que circula a través de estos proviene de la niebla. Se ha calculado que la niebla aporta entre el 15 al 20 % de la entrada de agua a los bosques de niebla, inclusive en algunos sitios aporta entre el 50 al 60 %. La niebla es capaz de interceptar la radiación solar, por lo que en estos ecosistemas prevalecen temperaturas muy agradables para vivir (14 °C promedio anual).

La vegetación que se distribuye en estas zonas presenta una alta adaptación a estas condiciones climáticas, de esto deriva que cerca del 25% de las especies descritas para el bosque de niebla sean endémicas, es decir, solo las podemos encontrar exclusiva o casi exclusivamente en estos bosques. Un ejemplo de esta adaptación lo representan las plantas epífitas (plantas que crecen sobre otras plantas, como los tenchos y las orquídeas), las cuales son capaces de atrapar y absorber el agua condensada de la niebla a través de sus hojas. Un fenómeno llamado intercambio de agua foliar. El intercambio de agua foliar lo llevan a cabo algunas otras especies del bosque de niebla, lo cual remarca la adaptación de estas comunidades vegetales a la presencia constante de niebla. Gran parte del agua que las plantas epífitas atrapan es almacenado para enfrentar los periodos de sequía, sin embargo, esto podría verse comprometido por los actuales cambios en los periodos de lluvia y niebla.

Hay dos factores importantes que ponen en riesgo al bosque de niebla: uno es el cambio de uso del suelo y otro es el cambio de los patrones climáticos globales. El primer factor está relacionado con la conversión de los bosques a sistemas agropecuarios o para el desarrollo urbano, lo cual provoca que la superficie original de bosque se reduzca o permanezca en fragmentos pequeños.

Por otro lado, el aumento de la temperatura en los bosques de niebla, el cual se ha predicho podría llegar a aumentar hasta por 4 °C provocará cambios en los patrones de formación de nubes en el bosque de niebla. El hecho de que las nubes se formen a mayores alturas afectará la disponibilidad de agua a la que las plantas y a la que las personas tienen acceso. La niebla se aleja y continuará haciéndolo en los próximos años. Los modelos de simulación, asociada a los cambios de precipitación y temperatura, predicen que para el 2080 el bosque de niebla habrá perdido cerca del 80 % de su superficie en México. Esto significa una enorme pérdida de especies de plantas y animales que viven ahí. Por supuesto, esto también afectará a las poblaciones humanas que depende de él.

Los seres humanos estamos profundamente ligados a la naturaleza. Recibimos innumerables beneficios (alimento, agua, belleza, etc.) de ella y a través de su manipulación hemos desarrollado grandes civilizaciones. Aún hay mucho por aprender sobre cómo funcionan los sistemas ecológicos, sin embargo, la velocidad de pérdida de los ecosistemas rebasa nuestra capacidad de aprender. Necesitamos tener planes de acción sobre cómo debemos conservar la naturaleza, de la cual dependemos. Es necesario que valoramos todo lo que el bosque de niebla nos brinda y debemos hacerlo desde ahora para asegurar que las generaciones venideras puedan disfrutar de los días de niebla.

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Instituto de Ecología, A. C.

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