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La riqueza natural está siempre a nuestro alrededor y como seres humanos, tenemos distintas formas de relacionarnos con ella

Nombrar el bosque y la fauna en tepehuán

Estudio
lOBO Lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi) bajo resguardo de la UMA Estación de Investigación Piedra Herrada del INECOL, en la Reserva de la Biósfera La Michilía. (Jorge Ramos-Luna)

Bhammini dhir jix joi’ñdha’ am nam tu io’da’ gu suismalh na pai’ sabaar diibon gu suudai’ // A los venados les gusta tomar agua de aquel manantial donde sale mucha agua. Frase tomada del Diccionario Tepehuano de Santa María Ocotán, Durango, compilado por Willet y Willet, 2016.

A inicios de 2023 comenzamos un proyecto de investigación estratégico en la Reserva de la Biósfera La Michilía, Durango, México, el cual tuvo como uno de sus objetivos conocer y reconocer la nomenclatura tradicional que los pueblos originarios de la zona le dan a los vertebrados silvestres con los que interactúan en su día a día. En esta nota, presentamos un breve listado de los nombres tradicionales en tepehuán con los que se conoce a algunas especies de esta región de la Sierra Madre Occidental, particularmente por habitantes de la localidad de La Peña, municipio de Súchil, Durango.

La riqueza natural está siempre a nuestro alrededor y como seres humanos, tenemos distintas formas de relacionarnos con ella y de irla conociendo; tanto de manera individual como colectiva. Estos procesos de conocer y reconocer nuestro entorno varían entre culturas humanas, pero tienen como base algunos pasos con los que todos nos podemos identificar, por ejemplo, la observación, la experimentación y la transmisión del conocimiento. El compartir con quienes están a nuestro alrededor es una especie de herencia de experiencias en vida.

Los humanos nos comunicamos a través del lenguaje (a través de idiomas, de símbolos, de ademanes y comportamientos), mismo que ha sido construido y que sigue evolucionando a través del tiempo por distintas generaciones. Este proceso es profundamente social y es parte de lo que nos caracteriza como especie, sin importar en qué parte del mundo nos encontremos. Un primer paso para conocer (y por ende para comunicar) es el nombrar las cosas; nombramos el aire, el agua, los fenómenos naturales, los animales y plantas que son importantes para nosotros y para nuestras comunidades, y en todos estos procesos también nos nombramos a nosotros mismos.

Como científicas y científicos que trabajamos con seres vivos, vivimos de primera mano este proceso a partir de cómo nombramos a nuestras especies de estudio; les asignamos nombres latinizados reconocidos a nivel mundial, creando una nomenclatura biológica, un lenguaje común que atraviesa las barreras del idioma. De esta misma forma, otras comunidades humanas (particularmente aquellas que tienen una gran cohesión cultural, como las comunidades indígenas) nombran y conocen a los elementos naturales que les rodean, creando sus propias denominaciones, asignando nombres comunes y reflejando a través de este proceso, la importancia cultural que la vida silvestre tiene en sus vidas cotidianas.

La Sierra Madre Occidental es una cordillera que resguarda una gran diversidad biológica y biocultural. Sus ecosistemas principales son los bosques templados secos, hogar de una gran diversidad de árboles de pinos y encinos, así como de animales de gran talla como el venado, el oso negro y el lobo gris. Esta región amplia es habitada por distintos pueblos originarios, como los rarámuris, los wixárika, los corá y los o’dam o tepehuanes del sur. Estos últimos habitan principalmente en el sur del estado de Durango, colindando con Nayarit y Zacatecas, y el nombre castellanizado con el que se les conoce proviene del náhuatl y deriva de los vocablos tépetl y huan, que significa “dueños del cerro”.

Una de las áreas naturales protegidas de mayor importancia para la investigación y conservación de los bosques templados de Durango y la Sierra Madre Occidental, es la Reserva de la Biósfera La Michilía, la cual fue decretada en 1979 en un esfuerzo conjunto entre la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés), el Gobierno del Estado de Durango y el Instituto de Ecología, A.C. (INECOL). En esta reserva habitan más de 330 especies de vertebrados terrestres, de los cuales aproximadamente 52 especies son mamíferos (correspondientes a 7 órdenes y 17 familias), entre murciélagos, roedores, felinos y cánidos. Algunos de ellos en peligro de extinción como el lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi), el chichimoco (Neotamias bulleri), la liebre de flancos blancos (Lepus callotis) y el murciélago miotis cara negra (Myotis leibii).

Desde su origen en México, las Reservas de la Biosfera han tenido dentro de sus objetivos el incluir a las comunidades humanas como un elemento activo de ellas, con la finalidad de fomentar la conservación y el manejo sustentable de la riqueza natural. La Michilía no ha sido la excepción, puesto que sus zonas de amortiguamiento han estado en contacto cercano con localidades y comunidades humanas, como el ejido San Juan de Michis en el municipio de Súchil, Durango, y con comunidades de origen tepehuano como el Rancho de La Peña, una pequeña comunidad dentro de la zona de amortiguamiento de la reserva, fundada varios años después del decreto de la misma en terrenos donados por el Gobierno de Durango, cuyo núcleo principal se encuentra a varios kilómetros de ahí en los límites con Nayarit. Esta interacción constante con el medio natural, así como la larga historia cultural de conocimiento, aprovechamiento y uso de la vida silvestre de parte del pueblo tepehuano ha enriquecido la nomenclatura tradicional de aquellas especies con las que comparten el jukgam, que para ellos se traduce como el bosque de coníferas.

Durante 2023, nos dimos a la tarea de aproximarnos al conocimiento ecológico tradicional de los habitantes de La Peña, y uno de nuestros acercamientos iniciales consistió en dialogar sobre las distintas maneras en las que nombramos y conocemos a la fauna silvestre. Para esto diseñamos una entrevista breve, en la cual le preguntamos a los participantes datos sociodemográficos básicos (como su edad, actividad económica), su relación con el tepehuán (si eran o no hablantes y si se autoidentificaban como miembros de este grupo originario) y les mostramos un catálogo de animales que se distribuyen en la zona para saber si los reconocían, si eran comunes en la zona y si conocían su nombre en tepehuán y/o algún mito (en este catálogo incluímos también aves, reptiles y anfibios). Entrevistamos a cuatro informantes clave de distintas edades (80, 40, 28 y 10 años) que se dedicaban principalmente a la ganadería, así como al entrenamiento de caballos y a la escuela. Es así como Doña Chepa, Don Facundo, Otilia y Uriel nos contaron por ejemplo que a sus abuelos y padres aún les tocó escuchar los aullidos del sii' en la sierra y que cada vez es menos frecuente ver animales de gran talla como el booji (oso), el mistu rabhoon (gato montés) y el mabin (puma) cerca del rancho. También nos contaron que es común que el kaxio (zorra) entre a sus patios por la noche en busca de gallinas (ubii takaarui’) y que muchas veces es necesario tener un gagoox (perro) en casa para mantener lejos al bhan (coyote).

Nomenclatura en tepehuán de algunas de las especies de vertebrados silvestres que habitan en la Reserva de la Biósfera La Michilía. La información fue provista por cuatro informantes clave y cotejada bibliográficamente.

Estduio
Lobo Nombre en tepehuán. Informantes clave y fuentes consultadas: F = Sr. Facundo, C = Doña Chepa, O= Otilia, U = Uriel Caldera, DT = Diccionario Tepehuán-Español (de Willet y Willet, 2016). (Archivo)

Como parte de este proyecto, hemos estado trabajando elaborando distintos materiales gráficos de divulgación para compartir y difundir el conocimiento tradicional tepehuano de la fauna silvestre, para reconocer la importancia viva que estos pueblos tienen sobre las especies y ecosistemas que nos interesa conservar. En nuestras entrevistas e investigación bibliográfica logramos recopilar el nombre tradicional de 19 de las 52 especies de mamíferos silvestres que habitan en la reserva (en este artículo les compartimos una pequeña tabla con estos resultados) y a través de las propias conversaciones con nuestros informantes, podemos darnos cuenta de cómo estos vertebrados tienen cierta relevancia cultural en sus vidas diarias, desde aquellas especies fáciles de observar, hasta las que sirven como fuente de alimento o generan potenciales conflictos con sus cultivos, ganado y animales domésticos. De igual forma, a través de este pequeño muestreo, observamos que los habitantes más longevos de la comunidad mantienen un mayor arraigo a su idioma y cuentan con un mayor vocabulario; ejemplo de esto es que Doña Chepa y Facundo reconocían a más animales e incluso complementaban los nombres de ciertos animales (particularmente reptiles) con adjetivos que hacían referencia a su color y demás características físicas. Y mientras que nuestro informante más joven contaba con un gran conocimiento de su idioma originario, este no siempre es el caso y tanto conocimientos tradicionales, como idiomas y nomenclaturas se están perdiendo con las nuevas generaciones.

El conocimiento ecológico tradicional, es una rama sumamente apasionante de la investigación científica y con respecto al pueblo tepehuano de la Sierra Madre Occidental seguro hay cientos de historias sobre su relación histórica con especies ahora extintas o extirpadas, como el oso negro, el lobo gris y el gran carpintero imperial pico de marfil. Este es un aporte para compilar parte de la riqueza biocultural tepehuana, para abrir nuevas preguntas y buscar motivar que esta información y estas historias sean contadas, resguardadas y protegidas por los propios hablantes y descendientes o’dam, por futuros conservacionistas, científicos y científicas con el ímpetu de conocer, proteger y nombrar los elementos de sus propios bosques.

La biodiversidad está siempre a nuestro alrededor y el primer paso para conservarla es conocerla, un camino que sin duda nos puede llevar a muchas reflexiones y a voltear a ver la naturaleza con curiosidad, sin importar nuestro idioma.

Therya ixmana 3(3):95-97

https://mastozoologiamexicana.com

Estudio
Lobo Jorge Ramos-Luna. . (Archivo)

Red de Biología y Conservación de Vertebrados. Instituto de Ecología A.C.

Xalapa, Veracruz, México.

jorge.ramos@inecol.mx (JR-L), adriana.sandoval@inecol.mx (AS-C), sonia.gallina@inecol.mx (SG-T).

*Autor de correspondencia

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