Compartimos con los lectores de Crónica un fragmento del libro Octavio Paz entre claves. Índice consolidado de nombres propios de personas, personajes, títulos e ilustraciones en las dos ediciones de sus Obras completas (El Colegio Nacional, 2024), una obra de Adolfo Castañón y Eduardo Mejía. Este libro reúne los nombres, personajes, títulos e ilustraciones mencionados en las Obras completas del Premio Nobel de Literatura, como resultado de una meticulosa revisión de los índices de las dos ediciones previas. La publicación es una invitación a explorar, con rigor y claridad, el pensamiento y la vasta producción literaria de uno de los autores mexicanos más influyentes del siglo XX. El volumen está disponible en la librería de El Colegio Nacional (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX).
I
La idea de hacer el índice de nombres propios, títulos de obras y primeros versos de las Obras completas de Octavio Paz surgió en el curso mismo de esa edición realizada por Círculo de Lectores y el Fondo de Cultura Económica (FCE). Había que esperar, sin embargo, a que estuviese editada para poder armarlo, según sugirió el propio autor. Por otro lado, años más tarde, Gabriel Zaid hizo ver en su ensayo “El futuro de Octavio Paz” lo siguiente: “También hace falta un índice global de las obras completas. Lo menos que se puede pedir es la integración de los índices separados de cada volumen en otro volumen aparte, con una sola ordenación alfabética”. Más allá, a nosotros en lo personal, esa tarea se nos imponía como una necesidad para poder trabajar en la obra del autor como lectores, editores y críticos. El primer borrador de este proyecto se hizo con la colaboración de Gilda Lugo Abreu, asistente y amiga de Adolfo Castañón. Ella comenzó a hacer una primera captura de los listados de los XV tomos que sirvió tanto y tan bien que empezó a circularla entre algunos amigos, como Gabriel Zaid, Christopher Domínguez Michael, Malva Flores y David Medina Portillo.
Al primero se le ocurrió plantear a El Colegio Nacional la idea de que se editaran dichos índices y su publicación fue aprobada. Poco tiempo después, Eduardo Mejía le planteó a Zaid la misma idea de hacer los índices, pero de la segunda edición de las Obras completas. Decidimos sumar esfuerzos y trabajar conjuntamente. La tarea no fue sencilla. No se trataba solamente de juntar, copiar y pegar. Había que entregarse a una labor minuciosa de revisión, cotejo, contraste, purga, corrección y saneamiento de los dos listados derivados de las dos ediciones de las Obras completas —la de XV tomos, coeditada por el FCE y Círculo de Lectores entre 1991 y 2003; y la de VIII, realizada entre el FCE y Galaxia Gutenberg en 2014—.
Cabe decir que la “escritura” del género índice es peculiar: se trabaja tejiendo un texto previamente destejido o deshilado, o sea que un índice es en cierto modo un antitexto. Un índice no es una llave, sino un llavero. Descubrimos en el curso de la navegación que había no pocos errores en ambos listados que en el índice que aquí se presenta desde luego fueron enmendados. Esta tarea fue más complicada de lo que permite adivinar esta redacción, pues había entre ambas versiones diferencias y contrastes.
[...] Se decidió respetar, en la medida de lo posible, la configuración de los índices de las Obras completas, por lo que las entradas que ahí se registraron empezando con artículo (principalmente títulos de obras y artículos) se mantienen así en este consolidado. Como se integraron al índice los títulos de poemas mencionados y los primeros versos de los poemas incluidos, se diferenciaron poniendo en cursivas los títulos, tanto de poemas como de poemarios, y entre comillas los primeros versos. Igualmente, los títulos de obras de otros autores citados se consignan en cursivas. También se subsanó la costumbre actual de dar el tratamiento de apellidos a nombres que no lo son, como sucede con algunos autores latinos y de la Edad Media.
Al ir integrando los índices de ambas ediciones, nuestra primera tarea fue corregir nombres equivocados, obras atribuidas a autores errados y nombres que se prestaban a confusión por homonimia o porque dos personas tenían los mismos apellidos[...].
[...] Especialmente difícil de abordar, tanto en su hechura como para el lector, es el índice de ilustraciones, que tendría que haber seguido el criterio del índice de personas, personajes y obras, pero las diferencias de créditos, derechos y propietarios de colecciones lo hacían no tanto difícil, sino confuso, pese a que en la segunda edición se omitieron muchas de las ilustraciones que hay en la primera. Lo más cómodo habría sido juntarlas y que el lector y el estudioso desentrañaran los misterios que eso provocaría, pero la experiencia relata que, cuando las reglas son confusas, el lector se las salta. [...] Esta edición presenta un listado lo más confiable posible, que ha sido conciliado, corregido, cotejado y depurado de las diversas anomalías derivadas de la lectura explicablemente presurosa que tuvieron que realizar los equipos que habían confeccionado los índices anteriores en el momento de su publicación.
II
Un índice es un atajo que permite acceder a la obra escrita a lo largo de muchos años desde el mirador de un conjunto de referencias que será necesario desde luego leer e interpretar más adelante con exactitud y fineza. Reunión de senderos y atajos que acortan el camino, el índice puede dar cuenta de la frecuencia con que un autor cita a otros, aunque este registro a su vez tenga que ser visto con cautela.
[...] Octavio Paz no deletreaba los mismos nombres de la misma forma en el plazo que va de sus primeros escritos a sus escritos más tardíos: llámense Sor Juana, Heráclito, Chuang-Tsu o Chuang-Tse. A esta dificultad inicial hay que añadir otra: la de conciliar las diversas formas de enunciación que observaron el autor y los editores en las dos versiones de las Obras completas. Tal afinación no habría sido posible si no se hubiese contado con la mirada tenaz y la paciencia asiática de un grupo de correctores especializados. Hemos trabajado juntos a brazo, párpado y retina partidos con la idea de poner en las manos de los lectores una llave maestra que permita acceder de forma sincrónica y transversal a la obra poética y ensayística de Octavio Paz[...].
Ir y venir, vaivén, sístole y diástole de las pruebas y contrapruebas, de los cotejos, calas y revisiones que tenían que afinarse lo más posible a efecto de que el grado de error fuese mínimo dada la condición impuesta al juego: la de hacer una tirada de dados con dos cubiletes, por así decirlo. Esta modesta empresa editorial no dejó de presentarse a nuestros ojos con una perspectiva crítica en más de un sentido. Debemos agradecer aquí a todos los que participaron en esta ingeniería: desde quien hizo el primer levantamiento hasta los responsables del Departamento de Publicaciones de El Colegio Nacional, encabezados por Alejandro Cruz Atienza, y desde luego a Gabriel Zaid, quien supo encaminar la idea. Una de las formas de la felicidad es quizá la de ver cómo los presagios cobran realidad. Al entregar al lector estos índices, se cierra la honrosa tarea de haber compartido con otros la edición de las Obras completas de Octavio Paz. ¿No es un índice como un atajo, un camino que corta y permite ver la obra desde otro punto de vista? Reunión de senderos que cortan el camino y alcanzan lugares inesperados precisamente por cruzar la materia elocuente a página traviesa.