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A pesar de décadas de progreso, el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) todavía infecta a más de un millón de personas al año y una vacuna sigue estando obstinadamente fuera de nuestro alcance. Pero este año el mundo tuvo un atisbo de lo que podría ser la segunda mejor opción: un fármaco inyectable que protege a las personas durante seis meses con cada inyección.
En junio, un gran ensayo de eficacia en adolescentes y mujeres jóvenes africanas informó que estas inyecciones redujeron las infecciones por VIH a cero, una asombrosa eficacia del 100%. Cualquier duda sobre el hallazgo desapareció tres meses después, cuando un ensayo similar, realizado en cuatro continentes, informó una eficacia del 99,9% en personas de género diverso que tienen sexo con hombres.
Muchos investigadores del VIH/SIDA ahora tienen la esperanza de que el fármaco, lenacapavir, reduzca poderosamente las tasas de infección globales cuando se use como profilaxis previa a la exposición (PrEP). “Tiene potencial, si podemos hacerlo bien, lo que significa hacerlo a lo grande y lanzarlo al mercado”, afirma Linda-Gail Bekker, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Ciudad del Cabo, que dirigió uno de los dos ensayos de eficacia para el fabricante del fármaco, Gilead Sciences.
Pero esa no es la única razón por la que “Science” ha nombrado al lenacapavir como su avance del año 2024. El éxito extraordinario del fármaco como profilaxis preexposición surgió de un avance de investigación básica: una nueva comprensión de la estructura y la función de la proteína de la cápside del VIH, a la que se dirige el lenacapavir. Muchos otros virus tienen sus propias proteínas de la cápside, que forman una capa alrededor de su material genético, por lo que el triunfo de este fármaco plantea la emocionante perspectiva de que inhibidores de la cápside similares podrían combatir otras enfermedades virales.
La revista “Science” enumeró otros destacados descubrimientos científicos del 2024, entre los que se encuentran investigaciones en un nuevo tipo de magnetismo, evolución de eucariotes, evolución bacteriana, estudios tectónicos, ADN ancestral. A estos se añaden los siguientes:
ENFERMEDADES AUTOINMUNES
El lupus, la esclerodermia, la esclerosis múltiple y otras enfermedades autoinmunes son consecuencia de un sistema inmunitario traicionero, que ataca el tejido sano de la propia persona. Los tratamientos existentes, como los fármacos inmunosupresores, pueden ayudar, pero no siempre detienen la progresión de la enfermedad y pueden tener efectos secundarios debilitantes. Este año, un nuevo enfoque, la terapia de células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR-T), produjo mejoras sorprendentes en pacientes gravemente enfermos, abriendo lo que puede ser un nuevo capítulo en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes.
La terapia CAR-T debutó como tratamiento del cáncer de sangre hace casi 15 años (y fue parte del Avance científico del año en 2013). Es una forma completamente diferente de abordar la enfermedad: los médicos aíslan las células T, los centinelas del sistema inmunitario, de los glóbulos blancos de un paciente. Luego modifican genéticamente esas células (normalmente para buscar y destruir las células B, otro componente del sistema inmunitario) y las devuelven al paciente. Las células B cancerosas son la causa de ciertas leucemias y linfomas, y la terapia CAR-T puede extirparlas.
AMANECER CÓSMICO.
Desde que el observatorio espacial James Webb (JWST) de la NASA abrió su gigantesco ojo en febrero de 2022, el telescopio espacial ha detectado más galaxias brillantes en las épocas más tempranas del universo de lo que los teóricos creían posible. Este año, los estudios detallados de la antigua luz de las galaxias han comenzado a explicar lo que podría estar sucediendo.
El JWST, el telescopio espacial más grande y poderoso jamás construido y el descubrimiento del año 2022 de “Science”, fue diseñado específicamente para estudiar los primeros mil millones de años del universo, capturando más luz roja tenue que los instrumentos anteriores.
PESTICIDAS DE ARN.
Los insecticidas pueden ser un arma contundente que mata especies inocentes junto con plagas. Este año, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) aprobó lo que podría ser una solución: un pesticida en aerosol basado en ARN diseñado específicamente para un gen en su objetivo. Los defensores creen que este nuevo y preciso enfoque será más seguro que los productos químicos existentes y podría funcionar para muchas plagas. El primer producto pesticida de ARN apunta al escarabajo de la patata, que ha desarrollado resistencia a los productos químicos existentes y causa 500 millones de dólares en pérdidas de cultivos por año en todo el mundo.
Inventado por la empresa GreenLight Biosciences, Calantha interfiere con un gen exclusivo del escarabajo. Cuando las larvas mastican hojas que han sido rociadas, el ARN bloquea la expresión de una proteína clave y mueren en cuestión de días. Este mecanismo, conocido como interferencia de ARN (RNAi), es un proceso natural que la mayoría de las células utilizan para regular la expresión genética y defenderse de los virus.
ATERRIZAJE DEL STARSHIP.
En cuatro ocasiones este año, el cohete más grande y poderoso del mundo, un tubo de acero inoxidable de 120 metros de alto, rugió hacia el espacio con el fuego de 33 motores. Pero fue el aterrizaje del 13 de octubre de la etapa de refuerzo de Starship lo que terminó grabado a fuego en la memoria colectiva. Al caer del cielo más rápido que la velocidad del sonido, el cohete volvió a encender algunos de sus motores, redujo su velocidad hasta casi flotar y fue atrapado en el aire por las garras de la torre desde la que había despegado apenas siete minutos antes. La notable hazaña técnica anuncia una nueva era de cohetes de carga pesada asequibles que podrían reducir drásticamente el costo de hacer ciencia en el espacio.
A estos avances, se añade –fuera de dicho trabajo editorial de “Science”– los trabajos en curso que lleva a cabo la sonda Parker de la NASA, que el 24 de diciembre alcanzó el máximo acercamiento de una nave terrestre a la corona del Sol, a 6.5 millones de kilómetros. Se espera que este 1 de enero, la agencia espacial de a conocer algunos de los datos obtenidos de la sonda.
