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Los perros son una parte crucial de la civilización moderna, más de la mitad de la población global humana tiene un animal de compañía en casa, siendo los perros los más populares

¿Cómo te controlo perro?

Estudio.
Perros. El crecimiento de la población de perros con domicilio fijo se estima entre 687 y 987 millones, con densidades especialmente altas en entornos urbanos. (Patongko01/Archivo)

Uno de los principales problemas de la tenencia irresponsable de perros domésticos es su abandono, una parte de ellos se convierten en perros ferales afectando a las poblaciones de animales silvestres endémicos.

Los perros (Canis lupus familiaris) son una parte crucial de la civilización moderna, más de la mitad de la población global humana tiene un animal de compañía en casa, siendo los perros los más populares. Están presentes en uno de cada tres hogares en todo el mundo. El crecimiento de la población de perros con domicilio fijo se estima entre 687 y 987 millones, con densidades especialmente altas en entornos urbanos. Es aquí donde el proceso de abandono por parte de sus propietarios (con mayor frecuencia en zonas urbanas de bajos ingresos y áreas rurales) adicionado a su reproducción exitosa, propician el crecimiento de la población de perros no domiciliados a nivel mundial. Ésta se estima entre 343 y 493 millones, muchos de los cuales se convierten en ferales. Éstos, cuando escapan de la domesticación, pasan por algunas etapas antes de volverse completamente ferales e independientes de los humanos para obtener recursos, y en base a esto, se encuentran perros que tienen dependencia a los alimentos derivados de los humanos como los que se encuentran en las áreas urbanas.

Sin embargo, cuando estos migran a zonas despobladas por los humanos, dependen totalmente de los alimentos que capturan en la naturaleza. Es así como los perros ferales han conseguido habitar prácticamente todos los tipos de ecosistemas, debido a que son omnívoros y su alimentación es muy diversa. Éstos sobreviven alimentándose en los basureros, carroña, cazando tanto animales domésticos como silvestres. El impacto que tienen sobre los mamíferos silvestres es negativo, debido a que pueden mermar sus poblaciones, debido a su depredación excesiva, convirtiéndose en competidores de otros carnívoros. Otro efecto adverso es la transmisión de enfermedades a los animales silvestres, algunas de las cuales pueden tener potencial zoonótico (enfermedades que se pueden transmitir de los animales al hombre y viceversa).

No solo los perros son una fuente importante de patógenos de enfermedades emergentes. También actúan como un vínculo para el intercambio de parásitos entre los humanos, el ganado y la fauna silvestre. Es así como la depredación de animales silvestres como los roedores y las aves los cuales pueden actuar como huéspedes paraténicos de parásitos zoonóticos como Toxocara canis, esto significa que estos animales (roedores y aves) pueden albergar parásitos de manera temporal, sin que éstos se desarrollen dentro de ellos. Los parásitos permanecen en un estado inactivo o larvario mientras están en el huésped paraténico, esperando ser ingeridos por el huésped definitivo en este caso los perros, en el cual completarán su ciclo de vida, lo que permite infectar de nuevamente a los huéspedes paraténicos y al humano, a este último le producen Larva migrans visceral.

Adicionalmente, enfermedades virales como el moquillo canino (Morbillivirus) que se ha detectado por ejemplo en tejón europeo (Meles meles), mapache (Procyon lotor), zorro rojo (Vulpes vulpes), en las focas del lago Baikal (Phoca sibirica), entre otros, esta infección también ha contribuido a la disminución de animales silvestres. Otra infección viral, es la rabia, la cual también afecta a los mamíferos, siendo un problema importante de salud pública.

A pesar de esta posible transmisión de enfermedades, la mayoría de los esfuerzos y estudios se han centrado en el impacto de la depredación en la conservación, como ejemplo hay reportes donde los perros ferales se alimentan de los huevos de aves migratorias que anidan en Chile, además, también depredan las poblaciones de ciervos nativos, incluyendo el pudú (Pudu puda), el huemul (Hippocamelus bisulcus) y los camélidos, principalmente el guanaco (Lama guanicoe). En Perú también hay reportes de predación de cervatillos de la taruka (Hippocamelus antisensis), así como en Israel de la gacela de montaña (Gazella gazella gazella).

Se ha correlacionado la presencia de perros ferales con la extinción de 11 especies de vertebrados entre los que se encuentran la paloma terrestre piquigruesa (Alopecoenas salamonis), el lagarto gigante de Cabo Verde (Chioninia coctei),el lagarto teiido (Contomastix charrua), la codorniz de Nueva Zelanda (Coturnix novaezelandiae), el zorro americano (Dusicyon avus),el rascón de Dieffenbach (Hypotaenidia dieffenbachii), la serreta de Auckland (Mergus australis), la paloma choiseul (Microgoura meeki), el solenodón de Marcano (Solenodon marcanoi), el escíncido terrestre de Tonga (Tachygyia microlepis) y la polluela hawaiana o rascón de Hawai (Zapornia sandwichensis). Además, amenazan la supervivencia de al menos 188 especies nativas más, como la iguana marina (Amblyrhynchus cristatus) en las Islas Galápagos y en Ecuador, el buey almizclero (Ovibos moschatus) en Alaska y el venado colablanca (Odocoileus virginianus) en Alabama, entre otros.

Adicional a lo mencionado, no debe minimizarse la frecuencia de mordeduras de perros, los accidentes de tráfico y la hibridación. Un ejemplo de hibridación es la reproducción entre las poblaciones europeas de lobos grises (Canis lupus) con perros domésticos (Canis lupus familiaris).

La domesticación de los perros ocurrió hace unos 10,000 años, basada en la necesidad de los humanos primitivos de cazar en manadas, como lo hacen los lobos (Canis lupus), es como los perros modernos se originaron a partir estos, utilizando conocimientos en ese tiempo empíricos y, poco después, con el desarrollo de la genética para crear razas con diferentes propósitos (por ejemplo, caza, guardia y protección, búsqueda, compañía). Por este motivo, los perros por lo general no son solitarios, se agrupan en jaurías, lo que puede significar que sean más peligrosos tanto para la fauna silvestre y doméstica como para los humanos, además de que expanden su territorio con mayor facilidad.

Existe un continuo debate sobre las políticas de intervención para la gestión de poblaciones de perros ferales. Éstas, dependen por lo general, de la dinámica local de la población de perros, así como del conocimiento, actitudes y prácticas humanas. Se requiere para su adecuado control una combinación de enfoques que incluye la promoción de la tenencia responsable de perros, que incluya controles sobre su cría o adquisición y servicios de esterilización de fácil acceso, los cuales serían los métodos más efectivos para prevenirla.

El Trap-Neuter-Release (TNR) por sus siglas en inglés, es un método para atrapar, esterilizar y liberar a la fauna feral. Se considera una alternativa “más humanitaria” al control letal (inducir la muerte de los perros), la cual, se considera cruel, además de ser poco aceptada por la sociedad en general y limitada en su efectividad a largo plazo. Debido a que existe evidencia científica en todo el mundo y bajo diferentes escenarios ecológicos del fracaso de la eliminación de perros, como estrategia de control. En Brasil, cuando se intentó por este método reducir los casos de Leishmaniasis visceral, los perros eliminados fueron rápidamente reemplazados por otros perros, muchos de ellos jóvenes. Otra alternativa es mantener a estos perros alojados en refugios, en los que pueden pasar mucho tiempo antes de ser adoptados; lo cual tampoco es favorable para la salud y bienestar del perro, debido a las condiciones de hacinamiento y aislamiento.

El TNR se ha adoptado en varios países como Brasil, España, Estados Unidos de América, Grecia, Italia, India, entre otros, como un método más amigable con el bienestar animal, aunque la evaluación de este último a menudo está ausente. Pero veamos un poco cómo se realiza el TNR, primero se debe de identificar la población de perros ferales a intervenir, y aquí es donde empiezan los problemas. ¿Cómo te controlo perro?

Considerando que algunos de los perros ferales no están acostumbrados a la presencia del humano; se deben usar métodos de contención química, es decir, se les administran medicamentos (anestésicos) que les provoquen un sueño profundo controlado con ausencia de dolor. Estos medicamentos deben ser aplicados por expertos (las dosis deben de ser cuantificadas de acuerdo al tipo de medicamento y al peso del animal), por medio de una inyección rápida, utilizando una jeringa, acercándonos de manera cuidadosa e inyectando rápidamente al perro en el muslo, o a distancia con la ayuda de un extensor o telecisto y un laza perros o mediante el uso de una cerbatana o rifle de aire con los cuales, se les “dispara” un dardo (jeringa modificada) para inyectar al anestésico. Una vez inyectados los perros, se les tiene que seguir (corren mucho, ya que, se asustan debido a que no saben lo que les está ocurriendo) hasta que el anestésico haga efecto entre 10 a 15 minutos.

Una vez anestesiados son llevados al sitio donde se realizará la cirugía por parte de Médicos Veterinarios bien entrenados en la técnica de mínima invasión (cortes muy pequeños en los perros), en la región anatómica donde se realizará la cirugía, se les recorta el pelo y se limpian muy bien (jabón y solución desinfectante), esto para reducir al máximo la posibilidad de alguna infección en el sitio operado. En el caso de las hembras se les retiran los ovarios y útero, y en los machos los testículos, finalmente en ambos casos el procedimiento finaliza con la sutura de los planos anatómicos previamente incididos (cortados). Se les administran antibióticos y analgésicos. Los perros se resguardan un par de días para asegurarse que se encuentran en buen estado de salud, se vacunan contra rabia, desparasitan y se liberan en el mismo sitio donde fueron capturados.

Como método de control el TNR contribuye a reducir el crecimiento de las poblaciones de perros ferales. Por cada perra esterilizada, se evita el nacimiento y supervivencia de 2 perros dos veces al año.

Existen varias alternativas para disminuir las poblaciones de perros ferales, una de ellas es la educación de los propietarios de perros para que sean tutores responsables y no los abandonen para evitar que terminen deambulando libremente, se reproduzcan sin control y se conviertan en perros ferales. Otra alternativa, son las actividades de TNR, las cuales ayudan a reducir el crecimiento de las poblaciones de perros ferales. Para finalizar con las actividades de control letal de los perros, las cuales no son populares y son poco eficientes a largo plazo. Todas estas actividades, realizadas de manera conjunta y responsable, contribuyen a disminuir el impacto negativo que tienen los perros ferales en las poblaciones de animales silvestres y domésticos, sin embargo, hay que considerar que cuando se emplea en TNR, una vez regresados estos a su hábitat, tendrán que comer y continuarán depredando a la fauna silvestre y doméstica causando graves daños ecológicos.

Es fundamental concienciar a la población sobre la importancia de no abandonar a los perros, pues cualquier medida de control no es inmediata y los daños continúan afectando a la biodiversidad. A lo largo de un período de 5 años, el control letal selectivo de los perros ferales puede ser una estrategia efectiva de control, sin embargo, el control de la fertilidad ha demostrado ser más efectivo que la eliminación selectiva, reduciendo el tamaño de la población en más del 75 %, en comparación con aproximadamente el 13 % logrado mediante el control letal selectivo. La solución a largo plazo radica en la prevención del abandono, promoviendo la adopción responsable, la esterilización y la adecuada atención veterinaria de los animales de compañía.

Solamente a través de la educación, la concienciación y la implementación de políticas efectivas podremos proteger nuestra fauna silvestre y mantener el equilibrio ecológico.

Therya ixmana 3(3):118-120

https://mastozoologiamexicana.com

Juan José Pérez-Rivero1* y José Salcedo Jiménez2

1Departamento de Producción Agrícola y Animal. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Ciudad de México, Ciudad de México, México. jperezr@correo.xoc.uam.mx.

2Programa de Doctorado en Ciencias de la Producción y de la Salud Animal Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, Ciudad de México, México. lajoesalcedo@gmail.com

*Autor de correspondencia.

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