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La UNESCO identificó que prevalecen dos especies excepcionales en el Archipiélago de Revillagigedo: el pez triple aleta multibarrada (Axoclinus multicinctus) y el pez lábrido de Socorro (Halichoeres insulares), también nombrado Señorita de Socorro, Señorita Rayada o Doncella de Socorro, especies endémicas que fueron documentadas por Ross Robertson y Gerald Allen en 1992, pero sobre las cuales no se había tenido mayor seguimiento en décadas. Especies que además reiteran el estatus de Valor Universal Excepcional del también Sitio Patrimonio Mundial en México.
Las especies mencionadas forman parte de las casi 4,500 cartografiadas mediante el programa pionero de ADN ambiental (ADNa) de la UNESCO, que se puso en marcha en 21 sitios Patrimonio Mundial alrededor del mundo. “Ofrecerá nuevas oportunidades para comprender y salvaguardar mejor los principales ecosistemas de las 18,000 áreas marinas protegidas en todo el mundo”, indicó la Directora General de la Organización, Audrey Azoulay.
Científicos y gestores de sitios patrimonio recogieron 500 muestras en los sitios durante tres años, permitiendo una cartografía que habría requerido muchos más de estudio y costado millones de dólares. De las casi 4,500 especies identificadas, casi la mitad son peces. Además, 120 están catalogadas como vulnerables, en peligro o en peligro crítico de extinción de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El reporte de la UNESCO señala que se identificaron 402 especies en el archipiélago mexicano, incluidas 182 especies de peces y 14 especies bajo amenaza. Tales son los casos de las especies endémicas del pez triple aleta multibarrada y del pez lábrido de Socorro, catalogados como “Vulnerables” en la Lista Roja de la UICN, instrumento que señala que sus hábitats son adecuados al momento.
El reporte sobre los resultados del programa de la UNESCO está disponible en inglés y señala que el relativo aislamiento del Archipiélago de Revillagigedo ha permitido la evolución de especies terrestres y marinas exclusivas de la zona, es decir: endémicas, junto con grandes congregaciones de otras especies, lo cual representa una gran oportunidad de acción para México y sus comunidades de distintos sectores.
Ante dicho panorama, la Representación de la UNESCO en México reitera su disposición para apoyar a los gobiernos, instituciones y organizaciones de la sociedad civil en sus labores por la naturaleza y la rica biodiversidad en el país, considerando como campo central de acción el reconfigurar la relación de los seres humanos con la naturaleza.
Para dicha misión es indispensable trabajar desde la educación, abordar la forma en que se difunde la información y se accede a ella, fomentar dinámicas y relaciones sociales, así como modelos de producción y de consumo que sean armónicas con el medioambiente, en conjunto con una ciencia abierta y el trabajo cercano con las científicas y los científicos. Ejemplo de ello fueron las colaboraciones activas de profesionales del Parque Nacional Revillagigedo, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Los datos recopilados por la UNESCO pueden respaldar la toma de decisiones con base científica y ayudar a los Estados a fortalecer la planificación y gestión de las zonas marinas protegidas para adaptarse al cambio climático. Algo crucial pues también se identificó que muchas de las especies cartografiadas pronto harán frente a temperaturas que superarán sus límites de tolerancia conocidos.
El programa ADNa es la primera aplicación estandarizada para monitorear el estado de las especies marinas en reservas de biodiversidad. Con una sola muestra de agua de 1,5 litros, esta técnica puede revelar rastros genéticos de unas 100 especies marinas en promedio. En comparación con otras tecnologías existentes, la del programa es barata, no invasiva, mucho más rápida y reduce los tiempos de recopilación de datos de años a meses.
Todos los datos de ADNa se han añadido al Sistema de Información sobre la Biodiversidad Oceánica (OBIS) de la UNESCO, una plataforma global que garantiza que la información sea de libre acceso, comparable e interoperable para investigadores y responsables políticos de todo el mundo.
En México, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) cuenta con el Sistema de Información y Análisis Marino Costero (SIMAR), que es un desarrollo tecnológico diseñado para estudiar los ecosistemas del Gran Caribe y el Pacífico tropical nororiental. En él se pueden encontrar metodologías para el estudio in-situ de la condición de los arrecifes de coral, pastizales marinos, manglares, tortugas marinas, tiburones y rayas.
El SIMAR también aloja distintos protocolos: uno de arrecifes de coral con indicadores para evaluar atributos estructurales y funcionales; otros sobre pastizales marinos con indicadores para detectar cambios a lo largo del tiempo e identificar su deterioro o recuperación; sobre manglares para identificar los impactos del cambio climático y la resiliencia de esos ecosistemas en el Caribe mexicano; otro orientado a tortugas marinas sobre el estado de sus poblaciones; y uno más sobre tiburones y rayas con indicadores para caracterizar sus poblaciones y evaluar su estructura e impactos de la pesca sobre ellas.
El Sector de Ciencias Naturales de la UNESCO en México implementa acciones para restaurar, conservar y rehabilitar el funcionamiento de los ecosistemas y el intercambio entre ellos. Trabaja con la población para que sea el agente de cambio mediante una reconexión con el planeta, con los gobiernos para la toma de decisiones informadas, con el sector privado para fomentar modelos de producción más sanos, y con actores de la ciencia para consolidar una estrategia que acelere el camino hacia un desarrollo sostenible con evidencia científica y estableciendo límites de la capacidad de extracción, carga y soporte de los ecosistemas en entornos urbanos y rurales para que sean autosustentables y autorregenerativos.