Nuevas pruebas de actividad de homínidos encontradas en una cueva en Rumanía sugieren que los ancestros de nuestra especie estuvieron presentes en el continente europeo 200.000 años antes de lo probado hasta ahora.
El equipo de investigadores ha descubierto múltiples huesos marcados con cortes que parecen haber sido hechos por los primeros homínidos utilizando herramientas de piedra en el yacimiento de Graunceanu (Rumania). Estas marcas de corte, que datan de hace aproximadamente 1,95 millones de años, representan algunas de las primeras pruebas del uso de herramientas y el procesamiento de carne en Eurasia.
El descubrimiento, publicado en Nature Communications, arroja nueva luz sobre el momento y el alcance de la dispersión de los homínidos en Eurasia. Aunque las evidencias previas indicaban la presencia de homínidos en Dmanisi, Georgia, hace unos 1,8 millones de años, el descubrimiento en Graunceanu retrasa aún más esta línea de tiempo, lo que sugiere que los homínidos pueden haber estado presentes en Eurasia hace al menos 2 millones de años.
“El descubrimiento de estas marcas de corte es significativo porque retrasa la línea de tiempo de la actividad de los homínidos en Eurasia”, explicó en un comunicado Sabrina Curran, investigadora de la Universidad de Ohio que dirigió la investigación. “Si bien se han encontrado pruebas de herramientas de piedra en otras partes del mundo, la presencia de estas marcas en los huesos ofrece una visión rara y valiosa del comportamiento de los primeros antepasados humanos".
La investigación de Curran y su equipo se basa en décadas de excavaciones anteriores en Rumania, donde se hicieron importantes descubrimientos fósiles en los años 1960 y 1980. Los huesos, que habían sido conservados en el Instituto de Espeleología “Emil Racovita” y el Museo de Oltenia, fueron en gran medida pasados por alto hasta los recientes reexámenes de Curran y su equipo internacional.
“Al principio no esperábamos encontrar mucho“, explicó Curran. “Pero durante una revisión rutinaria de las colecciones encontramos varios huesos marcados por cortes. Esto condujo a una investigación más profunda en colaboración con la Dra. Briana Pobiner del Instituto Smithsonian y el Dr. Michael Pante, de la Universidad Estatal de Colorado, y al descubrimiento de otras marcas distintivas en diferentes huesos, lo que sugiere actividades de carnicería deliberada”.
200.000 AÑOS MÁS ANTIGUOS QUE LOS RESTOS DE GEORGIA
El descubrimiento es especialmente notable porque es anterior al conocido sitio de Dmanisi en Georgia, considerado anteriormente la evidencia más temprana de actividad de homínidos fuera de África, en aproximadamente 200.000 años. Este nuevo hallazgo coloca a Rumania como un lugar crucial para comprender la propagación y los comportamientos de los primeros ancestros humanos.
Los hallazgos están respaldados por datos bioestratigráficos y técnicas de datación U-Pb de alta resolución, que han establecido la edad del sitio con una precisión notable. Además, el Dr. Virgil Dragusin y el equipo utilizaron análisis de isótopos para reconstruir los entornos que estos homínidos habrían experimentado en esta área en ese momento. Estos resultados indican que la región habría experimentado fluctuaciones estacionales de temperatura, muy similares a las actuales, pero quizás con mayores niveles de precipitaciones.
Según Curran, este descubrimiento tiene implicaciones significativas para nuestra comprensión de la evolución humana, lo que sugiere que los primeros homínidos pueden haber tenido una presencia generalizada en Eurasia mucho antes de los yacimientos de homínidos más establecidos en Europa.
“El yacimiento de Graunceanu representa un momento crucial en nuestra comprensión de la prehistoria humana“, dijo Curran. “Demuestra que los primeros homínidos ya habían comenzado a explorar y habitar diversos entornos en toda Eurasia, mostrando una adaptabilidad que más tarde desempeñaría un papel crucial en su supervivencia y propagación”.
Además de los huesos marcados con cortes, el equipo de Curran también ha descubierto fósiles de una amplia gama de especies que vivían en Rumania en ese momento, lo que arroja luz sobre el entorno en el que vivieron estos primeros humanos. El yacimiento, que una vez albergó una amplia gama de especies, ha producido fósiles de felinos dientes de sable, jirafas e incluso una especie extinta de pangolín. Este hallazgo pone de relieve la extraordinaria biodiversidad de la región durante el Pleistoceno temprano.
“Las pruebas procedentes de Rumania sugieren que los primeros homínidos eran mucho más adaptables de lo que pensábamos anteriormente”, añadió Curran. “Estos primeros humanos eran capaces de sobrevivir y prosperar en una variedad de entornos”.