![](https://lacronicadehoy-lacronicadehoy-prod.web.arc-cdn.net/resizer/v2/AD33SL3J75G3XDZQLZUNUUDBYU.png?auth=2d782c94bdf4cee9c0b8afc61f3f9bba82bcc4eac364c798d2d24aef4e04e8c6&width=800&height=417)
Bajos niveles de vitamina D elevan en 145% el riesgo de que las y los adultos mayores mexicanos padezcan depresión, señala una investigación realizada por académicos de la Universidad de Guadalajara y de la Universidad Iberoamericana.
De acuerdo con la investigación, publicada en el artículo “Low 25-Hydroxyvitamin D [25(OH)D] Levels as a Predictor of Depressive Symptoms: Evidence from Community-Dwelling Older Adults Population in Mexico City”, en general, la prevalencia de síntomas depresivos fue del 36,5%. La edad media fue de 79 años y el 53,4% eran mujeres. Los niveles séricos totales de 25-hidroxivitamina D fueron más bajos en adultos mayores con síntomas depresivos en comparación con adultos mayores sin síntomas depresivos.
El estudio, publicado en “Experimental Aging Research”, concluye que estos resultados “sugieren que los adultos mayores mexicanos con niveles séricos más bajos de 25-hidroxivitamina D tienen mayor riesgo de presentar síntomas depresivos”.
En el estudio participaron Oscar Rosas Carrasco, Coordinador del Centro de Evaluación del Adulto Mayor (Ceam) del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana, junto a especialistas del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara.
Para el estudio se realizó una entrevista basada en un cuestionario estandarizado, así como evaluaciones geriátricas integrales, con datos que incluyeron características sociodemográficas, así como problemas de salud (incluidos estado funcional, comorbilidad, tratamientos farmacológicos, rendimiento físico, estado nutricional, salud bucal, tensión arterial y antropometría), refiere un comunicado de la Ibero.
Novecientos cuarenta y cinco personas mayores de 70 años de la Ciudad de México concluyeron las pruebas.
En opinión de las y los científicos que realizaron la investigación, en este ejercicio es de vital importancia mencionar el lugar en el que residen las personas que integran la muestra, porque la prevalencia de depresión en este sector poblacional “puede variar ampliamente entre diferentes sitios de investigación en todos los países” y las características de cada nación son importantes cuando se desarrolla el trastorno mental al que se hace referencia.
El artículo señala que, si bien se han realizado importantes proyectos sobre el tema, la mayoría han tenido lugar en países de altos ingresos, y es “necesario que haya más trabajo sobre este tema en México, un país que, además de sus diferencias culturales, puede tener importantes desigualdades sociales y de ingresos”.
Además de que las y los adultos mayores con bajos niveles de vitamina D aumentaban en un 145% el riesgo de padecer depresión, el estudio encontró otros factores que compartían las personas mayores con síntomas depresivos: un estatus económico desfavorecido, mayor deterioro cognitivo, menor actividad física y rasgos compatibles con los de la desnutrición.
Entre las conclusiones de la investigación, se indica como plausible pensar en un papel causal de la depresión de la vitamina D, dado que su receptor y enzima activadora, la 1ɑ-hidroxilasa, se encuentran ampliamente distribuidos en múltiples regiones cerebrales. “Además, esta vitamina ejerce varias funciones a nivel del sistema nervioso central, como regular la expresión de neurotransmisores (serotonina, dopamina, noradrenalina) y modular la expresión de agentes neurotróficos, como el factor de crecimiento nervioso (NGF)”.
Las y los investigadores señalaron también que la vitamina D desempeña un papel neuroinmunológico al regular negativamente la expresión de citocinas inflamatorias y mejorar la función antioxidante al proteger a las neuronas contra el daño oxidativo.
¿VITAMINA D EN SUPLEMENTOS?
El artículo que aloja los hallazgos del estudio advierte que existen investigaciones que concluyen que la suplementación con vitamina D no mejora los síntomas depresivos y, “en general, la evidencia no es lo suficientemente sólida como para recomendar la suplementación en el tratamiento de la depresión”.
En su presentación, el cuerpo científico al que pertenece el docente de la IBERO mencionó que la vitamina D se adquiere principalmente de forma endógena por la exposición de la piel a la luz solar ultravioleta, representando entre el 80 y 90% de estas adquisiciones.
La vitamina D también se encuentra en alimentos como la leche y sus derivados y los pescados grasos.
HUESOS FUERTES.
De acuerdo con la Clínica Mayo, la vitamina D es un nutriente que el cuerpo necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Es por eso que el cuerpo solo puede absorber calcio, el componente principal del hueso, cuando la vitamina D está presente. La vitamina D también regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo. Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras contribuyen con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales.
La vitamina D no se encuentra naturalmente en muchos alimentos, pero puedes obtenerla de leche fortificada, cereales fortificados y pescado graso, como salmón, sardinas y caballa. El cuerpo también genera vitamina D cuando la luz solar directa convierte un químico en la piel en la forma activa de la vitamina (calciferol).
La cantidad de vitamina D que genera la piel depende de muchos factores, incluidas la hora del día, la estación, la latitud y la pigmentación de la piel. Según dónde vivas y cuál sea tu estilo de vida, la producción de vitamina D puede disminuir y ser completamente nula durante los meses de invierno. Aunque es importante para prevenir el cáncer de piel, los protectores solares también pueden disminuir la producción de vitamina D.
Muchos adultos mayores no se exponen de forma regular a la luz solar y tienen problemas para absorber la vitamina D.