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Hoy estos medios han vuelto poderosos pues son indispensables para informar, socializar, hacer campañas políticas y educar; pero también son espacios peligrosos que provocan justamente lo contrario

Regular el uso de redes sociales y sancionar los abusos

Regulación.
Comunicación. Tenemos con Facebook, Instagram, TikTok, YouTube o Linkedln, así como WhatsApp o Telegram, entre otras redes sociales. (Archivo)

Hace cerca de 30 años que vieron la luz las primeras redes sociales, mismas que han evolucionado hasta el día de hoy, en lo que conocemos como espacio digital o ciberespacio. A finales del siglo XX surgieron Classmates, ICQ o SixDegrees y abrieron el camino a lo que hoy tenemos con Facebook, Instagram, TikTok, YouTube o Linkedln, así como WhatsApp o Telegram, entre otras.

El propósito de estas herramientas de comunicación es conectar a las personas entre sí; y estas se han adaptado a las necesidades y exigencias de las y los usuarios al incorporar diferentes funcionalidades que permiten una interacción cada vez más novedosa. Hoy estos medios han vuelto poderosos pues son indispensables para informar, socializar, hacer campañas políticas y educar; pero también son espacios peligrosos que provocan justamente lo contrario.

Representan también un lugar desconocido y abrumador para muchas personas si no se saben utilizar con responsabilidad. En el espacio digital reina el anonimato o el engaño, riesgo de privacidad y de desinformación. A pesar de la extensión de su uso y de esfuerzos de diferentes plataformas por regular las amenazas que afectan la ciberseguridad, hoy en día no existen normas eficientes para que el espacio digital sea seguro para todas las personas. La situación es más grave si se trata de menores de edad, ya que no hay control sobre los contenidos a los que pueden tener acceso y, aún peor, a personas que pueden afectar gravemente tanto su integridad física como mental y emocional.

Claramente estamos ante un problema mayúsculo que nos ha rebasado como sociedad y que es imperativo regular. Algunos organismos internacionales como UNICEF[1] han emitido reportes que alertan sobre los riesgos del uso de redes sociales por menores de edad y hacen recomendaciones para evitar los estragos. Existe el debate sobre la edad a la que un menor debería tener acceso a plataformas digitales con el permiso de un tutor no antes de los 14 años.

Es necesario comprender que se trata de una responsabilidad múltiple, que debe iniciar en casa y continuar en la escuela. Pero se requiere de la participación de los gobiernos en la generación de políticas públicas que regulen el uso de redes sociales y sancionen los abusos y engaños. Las y los menores de edad necesitan contar con la información oportuna de la importancia de utilizar las herramientas digitales con responsabilidad y los riesgos a los que pueden exponerse y cómo detectarlos para evitarlos. La educación es clave para la protección de menores[2].

Si se opta por la prohibición y restricción fracasarán los esfuerzos, pues es bien sabido que aquello que se prohíbe, se añora. Desde luego que se requiere regular y controlar el uso de aplicaciones y plataformas digitales de acuerdo a la edad y, cuando sea el caso, utilizarlas con supervisión de una persona adulta responsable pero siempre educando e informando.

Los delitos de orden digital son cada vez más frecuentes, por lo que se requiere legislar en esa materia y sancionar los abusos, ya que las redes sociales se han convertido en espacios propicios para el acoso, el bulling y hasta el secuestro. Afectan la vida diaria de manera positiva o negativa, los efectos benéficos son enormes, pero los dañinos pueden ser devastadores.

1 https://www.unicef.org/mexico/ciberseguridad

2 https://unamglobal.unam.mx/global_revista/redes-sociales-y-menores-de-edad/

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