
La familia Bombyliidae es un grupo de moscas que pertenecen al orden Diptera, y son comúnmente conocidos como “moscas-abeja”. Este nombre se origina del aspecto morfológico de los adultos, los cuales mimetizan con abejas o avispas, por lo que usualmente son confundidas con estas, además de presentar similitudes en su comportamiento de alimentación sobre las flores.
Estas moscas poseen un tamaño muy variable de 2-20 mm aproximadamente, caracterizadas por un cuerpo robusto, con alas translúcidas o con patrones de coloración obscura y amarilla, y con el cuerpo cubierto de abundante pilosidad y escamas. En la cabeza destaca la presencia de una proboscis delgada y proyectada, en ocasiones tan larga como el largo de su cuerpo.
Esta familia comprende poco más de 4,800 especies de moscas, pero su mayor diversidad se encuentra en las regiones áridas y semiáridas de todo el mundo, en contraste con una notable disminución de su riqueza en las regiones tropicales-húmedas y templadas. México es uno de los centros de diversificación más importante, en donde se conocen poco más de 400 especies, de las cuales una tercera parte son exclusivas del territorio nacional.
Los adultos son frecuentes en áreas soleadas abiertas, en caminos o sobre rocas, así como visitantes florales de diversas plantas. En general se alimentan de néctar, pero las hembras en particular también ingieren granos de polen, ya que es un nutrimento necesario para el desarrollo de los huevos. Durante su visita en las flores, planean de forma similar a un colibrí. Poseen una proboscis larga, y especialmente adaptada para tomar néctar y polen de las flores. No obstante, presentan adaptaciones en sus patas delanteras que le ayudan a la recolección del polen para llevarlo al extremo apical de su proboscis, en donde se mezcla con fluidos florales para su ingestión. Por estos hábitos especializados y por sus poblaciones abundantes, las “moscas-abeja” son consideradas uno de los grupos polinizadores más importantes a nivel mundial, tanto de plantas silvestres como cultivadas principalmente en los ecosistemas áridos y semiáridos.

Presentan un ciclo de vida holometábolo, es decir que atraviesan por una metamorfosis completa (huevo, larva, pupa, adulto), por lo cual sus estadios larvarios se desarrollan en un medio distinto al del adulto. Las larvas son depredadoras o parasitoides de otros grupos de artrópodos; los primeros utilizan varias presas para completar su desarrollo, mientras que los últimos consumen un solo huésped durante su alimentación, ya sea de forma externa (ectoparasitoide) o interna (endoparasitoide), pero en ambos casos, el resultado final de este proceso concluye con la muerte del hospedero.
Sus principales huéspedes son estados inmaduros de abejas y avispas (casi 50%), mariposas, langostas y saltamontes (36%), otras moscas (6%), además de otros grupos de insectos (6%). Por ejemplo, especies de la subfamilia Bombyliinae se alimentan principalmente de larvas de abejas solitarias, pero otros géneros son depredadores de masas de huevos de langostas y otros tipos de saltamontes (Acrididae, Orthoptera). La subfamilia Anthracinae es muy diversa y con amplia distribución a nivel mundial. Sus larvas se alimentan principalmente de pupas de avispas (Vespidae, Hymenoptera) que anidan en el suelo, mientras que otros grupos se consideran endoparasitoides de larvas de palomillas (Noctuidae, Lepidoptera), o ectoparasitoides de larvas de escarabajos (Scarabaeidae y Tenebrionidae, Coleoptera), y hormigas león (Myrmeleontidae, Neuroptera).
Habitan en suelos arenosos, en donde las hembras ovipositan en agujeros o irregularidades del suelo, formando una cámara en sitios cercanos a sus hospederos. Muchas de estas moscas poseen adaptaciones singulares denominadas “cámaras de arena”, presentes en los escleritos abdominales y están cubiertos de pilosidad, que le sirven para recolectar arena del suelo e introducirla en esta cámara. Esto permite a las hembras recubrir de arena los huevos pegajosos antes de depositarlos en un medio hostil, en el cual eclosionan como larvas en busca de sus hospederos.

Los Bombyliidae, también conocidos como “moscas-abeja” contribuyen al sostenimiento de la diversidad biológica, así como al equilibrio y resiliencia de las redes tróficas, actuando como reguladores naturales de diversas poblaciones de otros insectos. Además, ofrecen servicios ecosistémicos de polinización que tienen un alto valor para la sustentabilidad de los ecosistemas terrestres, especialmente en los ambientes secos y áridos. Aunque México es un centro importante de diversificación de estas moscas, el conocimiento actual es insuficiente en términos de su riqueza e historia natural. Por lo tanto, se requieren mayores esfuerzos de investigación en la mayoría de las zonas áridas del país. Esto coadyuvaría al entendimiento de la crisis actual de la disminución de polinizadores a nivel global.

Referencias
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*Red de Interacciones Multitróficas, INECOL