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Investigadoras del IIBm de la UNAM hallaron que un tratamiento eficaz con base en flocinas

Descubren tratamiento eficaz que evita paso a enfermedad renal crónica

Día Mundial del Riñón La OPS recomienda al menos 20 profesionales por cada millón de habitantes; en México hay déficit.

Investigadoras del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) han encontrado biomarcadores en orina que permiten un diagnóstico temprano de la enfermedad renal crónica, adicionalmente, han descubierto un tratamiento eficaz con base en flocinas –medicamentos para pacientes diabéticos que reducen los niveles de glucosa en sangre– para evitar la transición de la lesión renal aguda a esta enfermedad.

La incidencia de enfermedad renal crónica (ERC) en México es de 13 millones de personas, aunque podría ser mayor porque no se detecta en sus fases iniciales o tempranas, alertan las académicas de la UNAM, Norma Araceli Bobadilla Sandoval y Elizabeth Hernández Castro.

Se trata de una de las principales causas de muerte en nuestro país que afecta aproximadamente al 12 por ciento de la población, revelaron en entrevistas por separado.

En la Unidad Periférica de Fisiología Molecular del IIBm en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, la línea de investigación de la científica y sus colaboradores les permitió hallar que al administrar ese fármaco a animales con lesión aguda se evita, en 100 por ciento, que desarrollen ERC, incluso la muerte, lo cual tiene un impacto importante.

Ello, detalla, es posible gracias a que se mejora la perfusión renal (flujo sanguíneo que llega a los riñones) y a que se registró menos daño en las mitocondrias de las células (estrés oxidante). El tratamiento fue de solo 10 días, lo cual disminuye sus costos.

La universitaria, quien investiga hace más de 35 años los mecanismos de la enfermedad renal, explica: el estudio nos permitió desarrollar ahora una línea traslacional, es decir, aplicada a la clínica. “A pacientes que sufrieron lesión aguda les estamos administrando este medicamento durante 28 días y vamos a ver su impacto a largo plazo”. Los primeros resultados fueron publicados el año pasado en la revista científica JCI Insight.

DÍA MUNDIAL.

El Día Mundial del Riñón, que se celebra el 13 de marzo, es una oportunidad para recordar la importancia de la salud de esos órganos. Elizabeth Hernández, de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, afirma que la función renal puede verse afectada debido a alteraciones en la concentración de glucosa en sangre, lo que puede dar lugar a una complicación conocida como nefropatía diabética.

Esa función también puede deteriorarse por el mal control de la hipertensión arterial sistémica, una afección silenciosa que, con el tiempo, puede ocasionar daño. De manera menos frecuente, las infecciones urinarias complicadas también pueden causar perjuicios a dicho órgano si no se tratan adecuadamente.

“Lo preocupante es que muchas de estas se desarrollan de forma silenciosa, avanzando hasta un daño irreversible”, explica la médica especialista en Medicina Familiar.

La detección temprana y la identificación de factores de riesgo pueden prevenir complicaciones graves, como la necesidad de diálisis, hemodiálisis o un trasplante, añade la universitaria.

Hernández Castro menciona que las causas más recurrentes son la diabetes, que al mantener altos niveles de glucosa daña los vasos sanguíneos que nutren los riñones; y la hipertensión arterial, que deteriora esos vasos y baja la capacidad de filtración.

Asimismo, el uso indiscriminado de fármacos como los analgésicos no esteroideos, entre ellos diclofenaco, naproxeno e indometacina, o antibióticos aminoglucósidos como amikacina, neomicina y gentamicina, así como infecciones urinarias recurrentes y la deshidratación, también son factores importantes en la génesis del daño renal.

MEDIDAS PREVENTIVAS.

A su vez, Bobadilla Sandoval añade que se diagnostica por un cambio en la excreción de la creatinina (que es un producto de desecho) en el suero de los pacientes; si se eleva indica que hay una disfunción de los riñones. O bien, mediante el registro anormal de proteínas en la orina.

El control glucémico en personas diabéticas, al igual que del sobrepeso y la obesidad, junto con una dieta adecuada y manejo de la presión arterial pueden prevenir el deterioro de la función renal.

La experta sugiere beber dos litros de agua al día; realizar una química sanguínea de más de 20 elementos cada año; revisar, niveles de colesterol y de triglicéridos, así como realizar actividad física.

Elizabeth Hernández añade que es importante evitar hábitos nocivos como el tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, automedicación y sedentarismo.

Cuando el daño es avanzado se requieren terapias de sustitución renal, como diálisis y hemodiálisis, las cuales mejoran y prolongan la existencia. Sin embargo, algunos pacientes las asocian con la muerte, cuando en realidad son tratamientos que pueden darles una mejor calidad de vida.

Al respecto, Bobadilla Sandoval señala que la hemodiálisis ha mejorado al contar con filtros que eliminan toxinas de manera más efectiva. Dichas terapias extienden la vida en lo que se consigue un trasplante renal. “Una persona puede estar en terapia sustitutiva hasta por 10 años o más. Ese periodo es influido por las comorbilidades que cada uno tiene”.

No obstante, recalcan las académicas, se requiere incrementar el número de trasplantes de riñón y, por lo tanto, la donación de órganos, en especial cadavérica. De acuerdo con cifras del “Estado actual de Receptores, Donación y Trasplantes en México, Anual 2024” de la Secretaría de Salud y el Centro Nacional de Trasplantes, existen 16 mil 675 receptores en espera de ese órgano.

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