
Los murciélagos son mamíferos que forman parte de los ecosistemas terrestres. Cumplen tareas como controladores de insectos, polinizadores, dispersores de semillas, promotores del equilibrio ecológico e indicadores de la salud ambiental. Asimismo, tienen adaptaciones ecofisiológicas peculiares que les permiten sobrevivir y prosperar en diversos ambientes. Ejemplo de tales rasgos son alas adaptadas al vuelo, ecolocalización (sistema de orientación), metabolismo ajustable, regulación térmica, adaptaciones alimentarias, reproductivas y sensoriales, así como estrategias de comunicación y socialización. De este conjunto de rasgos, destacan las adaptaciones alimentarias, pues los murciélagos han evolucionado para aprovechar una amplia gama de elementos que incluyen en su dieta como artrópodos, frutos, néctar, peces y sangre.
Coahuila tiene una importante riqueza de mamíferos constituida por 126 especies (que representan el 21.5 % de los mamíferos a nivel nacional), de las cuales 30 pertenecen al grupo de los murciélagos. Desafortunadamente, estos mamíferos son un grupo muy amenazado por ser sensibles a las condiciones climáticas adversas y a la pérdida de vegetación ocasionada por el cambio de uso de suelo que tiene como objeto el establecimiento de áreas agrícolas y zonas urbanas. Tales fenómenos influyen negativamente, ya sea de manera directa o indirecta, en la riqueza y comportamiento de los murciélagos. Esto también afecta las relaciones que tienen con otras especies. Aunado a lo anterior, en Coahuila son escasos los estudios para este grupo de mamíferos y los que se han realizado se concentran principalmente en áreas naturales protegidas como Cuatro Ciénegas y Mapimí. El sureste de Coahuila es una región donde el estudio de mamíferos es casi nulo. Probablemente se deba a que es una región poco explorada o de poco interés para realizar estudios sobre fauna silvestre. En dicha región se ubican la Reserva Natural Sierra de Zapalinamé y el Rancho Ganadero Los Ángeles, los cuales se caracterizan por la presencia del ecosistema semiárido, uno de los más importantes en el norte de México. En la región encontramos vegetación asociada a tal ecosistema, como matorrales de tipo rosetófilo y micrófilo y pastizales, pero también podemos encontrar ecosistemas templados donde se presentan bosques de pino-encino y diversas áreas dedicadas a la agricultura y al pastoreo de ganado. Cabe mencionar que, en estas áreas, nuestro grupo de trabajo está enfocado en analizar la interacción que tienen los murciélagos con los insectos, en zonas con diferentes usos agropecuarios. Mediante la captura con redes de niebla, el empleo de bioacústica con el uso de detectores ultrasónicos (es decir, dispositivos que permiten detectar la presencia del murciélago a partir de su registro y conversión de las señales ultrasónicas que estos emiten) y la recopilación bibliográfica, hemos identificado 24 especies de murciélagos, agrupadas en tres familias: Vespertilionidae, Phyllostomidae y Molossidae. Tal número de especies representa el 80% del total de murciélagos descritos en Coahuila. Identificamos a las cinco especies más importantes, teniendo como criterio de selección, el estado de conservación y el endemismo de cada una, resultando las siguientes: 1) murciélago de cabeza plana (Myotis planiceps), endémica de México y en peligro de extinción de acuerdo con la legislación mexicana (NOM-059-SEMERNAT-2010); 2) murciélago trompudo (Choeronycteris mexicana), amenazada de acuerdo con la legislación mexicana y casi amenazada según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN); 3) murciélago pinto (Euderma maculatum), bajo protección especial de acuerdo con la legislación mexicana; 4) murciélago mula mexicana (Corynorhinus mexicanus), endémica de México; y 5) murciélago magueyero (Leptonycteris nivalis), amenazada de acuerdo con la legislación mexicana y en peligro de extinción según la Lista Roja de la UICN. Además, se han registrado otras especies como el murciélago canoso de cola peluda (Lasiurus cinereus), el murciélago de cola peluda norteño (L. intermedius), el murciélago cola suelta mayor (Nyctinomops macrotis) y el murciélago cola suelta mexicano (Tadarida brasiliensis), que migran de acuerdo con los eventos de floración de magueyes, yucas y cactáceas.
Destaca la alta riqueza de murciélagos insectívoros en zonas de transición ambiental (denominadas ecotonos) entre ecosistemas aledaños. La presencia de murciélagos insectívoros es muy importante; desempeñan funciones ecológicas que benefician tanto a los ecosistemas naturales como al humano, que van desde el control poblacional de insectos, muchas de las cuales son plagas agrícolas y pueden causar daños significativos a los cultivos. Por ejemplo, al controlar las poblaciones de insectos, los murciélagos ayudan a reducir el uso de pesticidas químicos en la agricultura. Esto no solo disminuye los costos para los agricultores, sino que también reduce el impacto ambiental y los riesgos para la salud humana asociados con los pesticidas. Otro beneficio que obtenemos de ellos es la reducción de las poblaciones de mosquitos, que son vectores de enfermedades como el dengue, el zika y el paludismo. Al disminuir las poblaciones de mosquitos, los murciélagos contribuyen a la reducción de la incidencia de las enfermedades mencionadas. En términos ecológicos, los murciélagos desempeñan un papel clave en la regulación de las cadenas alimentarias. Al consumir artrópodos, ayudan a mantener en equilibrio sus poblaciones, evitando que alguna especie se vuelva plaga y cause desequilibrios ecológicos. Adicionalmente, los murciélagos insectívoros facilitan la supervivencia de plantas y de otros animales que podrían ser afectados por altas densidades de insectos herbívoros y depredadores. Esto contribuye a la preservación de la biodiversidad y al mantenimiento general de la salud del ecosistema. Finalmente, los murciélagos tienen una rica importancia cultural y simbólica. Su imagen puede oscilar entre la buena fortuna y la protección espiritual, o estar relacionada con aspectos más oscuros y místicos, dependiendo de la cultura y el contexto. Además, su relevancia en los ecosistemas los convierte en figuras tanto biológicas como espirituales en muchas cosmovisiones del mundo.
El cambio climático y la transformación de los ecosistemas pueden afectar negativamente a especies con requerimientos ecológicos específicos, como los murciélagos insectívoros, alterando su conducta y sus patrones de actividad. Desafortunadamente, es común que la sociedad desconozca la importancia ecológica, cultural y económica de estos importantes mamíferos, por lo que la difusión es fundamental para ser parte de la conservación de murciélagos. Ante esta situación, es necesario realizar más estudios para conocer mejor y difundir información actualizada acerca de la importancia de los murciélagos, de las interacciones ecológicas que tienen con otros seres vivos y de los ecosistemas en los que habitan. Tal ejercicio es prioritario para la conservación de la biodiversidad.
El sureste de Coahuila es una región que alberga una gran riqueza de murciélagos, los cuales desempeñan funciones ecológicas importantes tanto para el ambiente como para el humano. Es por esto que resulta necesario continuar con su estudio y difundiendo su importancia, a la sociedad.
Therya ixmana 4(1):39-40
https://mastozoologiamexicana.com
- Departamento de Recursos Naturales Renovables, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Saltillo, Coahuila, México. aot.folklor@gmail.com (MAO-T), jaencinad@gmail.com (JAE-D).
- Departamento de Botánica, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Saltillo, Coahuila, México. jorgeramirez22@hotmail.com (JER-A).
*Autor de correspondencia.