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El cadmio y el plomo pueden ocasionar daño genotóxico y potencial desarrollo de cáncer

Contaminación por metales pesados en hongos silvestres de la Comarca Minera

Estudio Sharon Alethia de Lucio-Flores, doctorante del programa en Ciencias Ambientales y Juan Carlos Gaytán Oyarzun, profesor investigador del Área Académica de Biología de la UAEH. (Alejandra Zamora Canales)

Los hongos macroscópicos son organismos que tienen la capacidad de degradar la materia orgánica, capturar nutrientes del suelo dónde crecen, pero también pueden absorber y acumular sustancias que son tóxicas para el ser humano cuando se consumen, debido a esto son reconocidos como importantes bioacumuladores de la naturaleza.

Sharon Alethia de Lucio-Flores, doctorante del programa en Ciencias Ambientales y Juan Carlos Gaytán Oyarzun, profesor investigador del Área Académica de Biología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), realizaron un diagnóstico sobre la bioacumulación de metales pesados en nueve especies de hongos silvestre de la Comarca Minera, específicamente en las localidades de Carboneras en Mineral del Chico, así como en El Hiloche en Mineral del Monte.

Los resultados son parte del proyecto de doctorado “Evaluación de riesgo ecológico y a la salud por consumo de hongos comestibles potencialmente contaminados por metales pesados de interés toxicológico (MIT) dentro de la Comarca Minera, Hidalgo, México”.

A través de técnicas especializadas en el área de la química analítica, de Lucio-Flores identificó y cuantificó cadmio (Cd) y plomo (Pb). Estos elementos se concentraron en las distintas estructuras de los hongos macroscópicos de las siguientes especies: Helvella aff. crispa, Cantharellus aff. californicus, Russula romagnesiana, Helvella aff. vespertina, Lactarius aff. deterrimus, Infundibulicybe aff. gibba y Lepista sp.

Posteriormente, se evaluó la evidencia de daño genotóxico a través de las concentraciones de metales encontrados, mediante bioensayos y la presencia de micronúcleos.

Por su parte, Gaytán Oyarzun puntualizó que el plomo y el cadmio pueden ocasionar afectaciones permanentes en el cerebro humano, el sistema nervioso, a los riñones, el hígado y los huesos, aumento del riesgo de hipertensión arterial, afecciones cardiovasculares, así como daño genotóxico y potencial desarrollo de cáncer.

Sin embargo, los investigadores Garza señalaron que no todos los casos donde se consumen hongos se generan problemas de cáncer, debido a que existen múltiples factores que intervienen, como la exposición o la frecuencia con la que se consumen, la cantidad de los contaminantes (Pb o Cd) que puede entrar al cuerpo, el rango de edad de la persona consumidora, o la cantidad de metal pesado que retiene el cuerpo, ya que parte de estos son capaces de salir a través de diferentes vías metabólicas.

A su vez, mencionaron que no todos los sectores de la población son afectados de la misma manera, ya que las infancias, personas adultas mayores y personas gestantes son los grupos más susceptibles a los efectos de los contaminantes derivado de su estado fisiológico, por ello es necesario tener especial atención en el consumo de hongos recolectados en áreas potencialmente contaminadas.

Es importante destacar que el consumo de estos hongos no es continuo durante todo el año, sino que se presenta mayormente en la temporada de lluvias. Esto reduce el riesgo de exposición prolongada, aunque en comunidades donde el autoconsumo es constante, el impacto podría ser mayor.

Sharon Alethia de Lucio-Flores destacó que sólo la Comisión Europea tiene una legislación que trata de manera puntual los límites permitidos de metales pesados en setas y hongos silvestres, mientras que los demás reglamentos internacionales hablan de forma general sobre los parámetros permitidos. Por su parte, México carece de reglamentos que regulen en esta materia, por ello la relevancia del proyecto para contribuir con información para su potencial regulación.

Para llegar a estos resultados, primero se analizó la presencia y movilidad de los elementos en el suelo donde crecen las especies, así como la capacidad de absorción de los hongos, permitiendo al equipo de investigación de la UAEH entender su capacidad de acumularse dentro de estos organismos y, por lo tanto, su potencial de riesgo a la salud para los consumidores.

La zona que se estudió tiene antecedentes de alta actividad minera, pero también de una presencia natural de estos elementos en el suelo, por ello es necesario aclarar que los metales pesados tienen tres características que los hacen de interés ecotoxicológicos.

En primera instancia no se degradan, ni biológica ni físicamente, lo que significa que pueden estar en el ambiente de forma permanente; además, son biodisponibles, es decir, pueden ser absorbidos fácilmente por los organismos vivos; y, por último, son tóxicos tanto para el ser humano como para el ecosistema.

La siguiente fase de la investigación sería la evaluación de la presencia de estos contaminantes en consumidores, sin embargo, esta etapa dependerá de los proyectos que realicen las y los estudiantes de la UAEH, en un futuro cercano.

Sharon Alethia de Lucio-Flores y Juan Carlos Gaytan Oyarzun aclararon que este tipo de estudios no buscan generar pánico sobre el consumo de hongos silvestres, si no, sustentar bases para una regulación sanitaria que permita asegurar su inocuidad alimentaria, debido a su importancia culinaria y cultural en muchas regiones de México.

El grupo de investigadores enfatizaron que las investigaciones que sustenten la inocuidad alimentaria en este y otro tipo de productos requieren de más estudios para asegurar que los alimentos no presenten efectos secundarios a la salud y solo aporten nutrientes y así, poder moderar el consumo en áreas potencialmente contaminadas.

Ambos investigadores Garza recomendaron a las autoridades y la población de ambas localidades fomentar la comercialización de hongos y setas silvestres provenientes de zonas seguras, para disminuir el autoconsumo en áreas potencialmente contaminadas, realizar más investigaciones que garanticen una seguridad alimentaria, además de conocer el impacto que generan a la salud dichos productos. Finalmente, aconsejaron fomentar el consumo responsable e informado.

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