
La NASA cree probable que el próximo vuelo de la nave Starliner contratada a Boeing con destino de la Estación Espacial Internacional sea a finales de este año o principios de 2026.
La agencia baraja que ese vuelo no sea tripulado y contenga únicamente carga hacia el complejo orbital, una vez se hayan cumplido los trabajos de certificación en curso después de que el primer vuelo tripulado de junio de 2025 tuviera que volver sin astronautas a la Tierra por problemas de propulsión y fugas de helio registrados en la aproximación a la Estación Espacial.
“Seguiremos trabajando en la certificación hacia finales de este año y luego determinaremos cuál es el mejor punto de partida para Starliner en el calendario de la Estación Espacial Internacional y sus misiones de tripulación y carga. Es probable que el próximo vuelo de Starliner sea a finales de este año o principios del próximo”, declaró en un comunicado Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA en el Centro Espacial Kennedy de la agencia en Florida.
Igualmente, los gerentes de misión planean que el próximo vuelo de Starliner sea “una misión con capacidad tripulada posterior a la certificación, y la NASA también tiene la capacidad de volar únicamente con carga, según sus necesidades".
El objetivo del Programa de Tripulación Comercial de la NASA es el desarrollo de dos sistemas de vuelos espaciales tripulados diferentes para garantizar la seguridad de la tripulación y satisfacer la necesidad de la Estación Espacial Internacional de presencia humana continua a bordo. Sin embargo, este objetivo se ha culminado solo a medias, con las naves Crew Dragon de Space X.
La NASA y Boeing están trabajando para finalizar el alcance y los plazos de diversas campañas de pruebas y análisis del sistema de propulsión, que se realizarán durante la primavera y el verano. Las pruebas en las instalaciones de pruebas de White Sands en Nuevo México incluirán el encendido integrado de los propulsores clave de Starliner dentro de una caseta de un solo módulo de servicio para validar modelos térmicos detallados e informar sobre posibles actualizaciones del sistema de propulsión y protección térmica de la nave espacial, así como soluciones operativas para futuros vuelos.
Estas soluciones incluyen la adición de barreras térmicas dentro de la caseta para regular mejor las temperaturas y la modificación de los perfiles de pulso de los propulsores en vuelo para evitar el sobrecalentamiento. Mientras tanto, los equipos continúan probando nuevas opciones de sellado del sistema de helio para mitigar el riesgo de futuras fugas.