
El departamento de Córdoba debido a su posición geográfica en la región Caribe colombiana en Sudamérica posee diversos ecosistemas como: bosque húmedo tropical, bosque seco tropical, humedales, manglares, sabana tropical y bosques inundables. Estos ecosistemas han sido ampliamente estudiados y reportan una gran diversidad de especies de vertebrados terrestres. Para el caso específico de los mamíferos alberga 141 especies de las 543 reportadas para todo el territorio nacional por lo que Córdoba contiene una proporción importante en sus ecosistemas (25.97 %).
Además de reconocer la importancia que tiene la diversidad de mamíferos en el departamento de interés, también es relevante reconocer que son un grupo faunístico de gran importancia para las comunidades humanas. Por lo tanto, estudios realizados por investigadores especializados en el tema ponen de manifiesto que quizás sea uno de los grupos más amenazados por las presiones a los que son sometidos. Los estudios demuestran una tendencia hacia el uso generalizado de especies para alimentación, medicina, comercio y como mascotas, y algunas especies de mamíferos son fundamentales para satisfacer necesidades básicas de las comunidades. Entre esas especies se encuentran la guartinaja (Cuniculus paca), el ñeque (Dasyprocta punctata), los armadillos (Dasypus novemcinctus y Cabassous centralis) cerdos de monte (Dicotyles tajacu y Tayassu pecari), entre otras, que son altamente valoradas y sometidas a cacería, lo que sugiere una presión directa sobre sus poblaciones.
Es importante mencionar que la cacería de estas especies generalmente es con fines de subsistencia y supone una relación entre la pobreza y el uso de los recursos naturales, siendo los mamíferos una fuente importante de proteína animal, gratuita y accesible en muchos casos para las comunidades. Así, la cacería o el uso de mamíferos se justifica como una práctica que se realiza por circunstancias de inequidad social y falta de otras opciones inmediatas. Por lo que este patrón nos sugiere que, al proponer cualquier estrategia de conservación hacia los mamíferos, debe ser integral y debe apuntar primero a satisfacer las necesidades socioeconómicas de las comunidades rurales, sino se corre el riesgo de fracasar, por lo enraizado que esta esta la cacería en la cultura y en la supervivencia.
Por consiguiente, también es importante mencionar que los cambios en la cobertura vegetal, causados por la tala del bosque nativo, la expansión de la frontera agrícola, los monocultivos y la siembra de cultivos ilícitos, está afectando de manera negativa a los mamíferos. En especial a los grandes mamíferos que necesitan de amplias extensiones de bosque y calidad de estos para poder actuar con instinto según su programación biológica. Como ejemplo tenemos los grandes carnívoros como los jaguares (Panthera onca), el puma (Puma concolor) y el oso andino (Tremarctos ornatus); grandes herbívoros como la danta (Tapirus terrestris) y primates como la mica prieta (Ateles fusciceps) muy dependientes en cuanto a la cantidad y calidad de los hábitats que necesitan para sobrevivir; y que se ven afectados por la destrucción del bosque (herbívoros) y por la reducción de las presas (carnívoros). Las especies antes mencionadas se encuentran bajo alguna categoría de riesgo y se resalta la necesidad de atención de la mica prieta que está considerada En Peligro Crítico de Conservación, o sea que existe un riesgo alto que la especie desaparezca en un futuro cercano.
Por lo tanto, es urgente que se tomen medidas para detener la cacería y la degradación de hábitats, que sin lugar a duda ponen en peligro a los mamíferos y a los ecosistemas que también dependen de estos animales, pues muchos de estos participan en procesos de dispersión de semillas, polinización, control de poblaciones animales que pueden llegar a convertirse en plagas, en los ciclos de nutrientes y en competencia por las interacciones con otras especies. De manera que se deben tomar medidas urgentes para controlar la cacería y la destrucción de los hábitats de las especies y así evitar desequilibrios en los ecosistemas.
Entonces es fundamental considerar la importancia que tienen las comunidades humanas, para entender lo que está sucediendo con los mamíferos en el territorio. Siendo el conocimiento tradicional una valiosa herramienta al momento de evaluar el estado de las poblaciones de los grupos de mamíferos que presentan uso y más cuando existen vacíos de información técnica o de datos científicos que lo sustente. De ahí que los métodos de diagnóstico participativo sean una de las posibles herramientas que pueden ayudarnos a comprender el fenómeno del uso de los mamíferos y las consecuencias de esto sobre las poblaciones silvestres. Más aun cuando las comunidades locales tienen la capacidad de percibir reducciones poblacionales de ciertas especies por la cacería excesiva o percibir como la disminución se relaciona con los cambios en las coberturas vegetales y en la calidad del ambiente. Sin embargo, lo urgente de comprender el asunto radica en la necesidad apremiante de regular el uso ya que en muchas ocasiones se intuye que sobrepasa la oferta de los ecosistemas y que podría estar generando problemas de conservación.
En este contexto es necesario integrar el conocimiento local con la ciencia tradicional y entre las dos proponer medidas de manejo y conservación. Observar el fenómeno con los responsables de las practicas podría ser una solución factible para reducir las tensiones entre el uso de la fauna y la conservación, pero teniendo siempre la mirada puesta en que esto es posible si se solucionan los problemas socioeconómicos de las comunidades; como lo dijo Kofi Annan “En la búsqueda de un futuro sostenible, debemos recordar que proteger el medio ambiente y mejorar las condiciones de vida de las personas no son objetivos opuestos, sino complementarios”. De ahí que estrategias como los incentivos económicos por conservar sean de gran importancia y un modelo a seguir para salvaguardar la biodiversidad, en especial de comunidades que hacen uso de la fauna silvestre.
Si bien lo que sucede en Córdoba no es un caso aislado del territorio nacional, las dinámicas locales son complejas ya que las necesidades de las comunidades entran en conflicto con la conservación de las especies. Se debe proponer un enfoque integral donde estén reflejados la cultura, lo social y lo económico ya que, de no ser así, solo se encontrara resistencia al cambio por parte de las comunidades, algo muy grave que puede provocar incluso desapariciones locales de especies de las cuales dependen las comunidades.
De ahí que somos enfáticos en la formulación de políticas de conservación con enfoque inclusivo en donde prime la calidad de vida de las comunidades y esto se verá reflejado en la disminución de las presiones sobre los mamíferos silvestres en los ecosistemas.
Therya ixmana 4(1):34-35
https://mastozoologiamexicana.com
1Universidad de Córdoba. Facultad de Ciencias Básicas. Grupo de Investigación Biodiversidad Unicórdoba. Montería, Colombia. javierracero@yahoo.es
2Postgrado en Ciencias Sociales. Facultad de Humanidades y Ciencias de La Educación, Universidad Nacional de La Plata Argentina. Buenos Aires, Argentina.