
Un día después de que Colossal Biosciences, científicos de diversas instituciones de investigación han explicado que, si bien se trata de un logro biotecnológico, señalar que Rómulo, Remo y Khaleesi son lobos terribles traídos de la desextinción es técnicamente incorrecto, pero entendible ante la publicidad y mediatización que requiere la empresa ante sus inversionistas.
“Colossal orquestó cuidadosamente la presentación de los lobos huargos, brindando acceso exclusivo a ‘Time’ y ‘The New Yorker’ para la presentación de Rómulo, Remo y Khaleesi: tres cachorros de lobo nacidos hace varios meses”, escribe Phie Jacobs en el artículo “¿Ha vuelto el lobo terrible de entre los muertos? No exactamente”, publicado en el portal de “Science”. Los reportajes incomodan a la comunidad científica, puesto que no se trata de una artículo científico revisado por pares, donde se exponen los detalles del proceso para escrutinio y conocimiento de los expertos.
“Con su pelaje blanco como la nieve y sus grandes cuerpos, los lobos parecen dignos de luchar contra caminantes blancos en un episodio de Juego de Tronos, la exitosa serie de televisión de fantasía que dio a los lobos huargos su actual notoriedad en la cultura pop. Según The Hollywood Reporter, Colossal incluso colaboró con el autor de Juego de Tronos, George R. R. Martin, antes de presentar a los animales el lunes”.
La empresa aseguró que había editado 20 genes de lobos grises con este ADN antiguo, provenientes de un diente de 13 mil años y un cráneo de 72 mil años, para inferir en los cachorros algunas características de los lobos huargos.

“No se puede hablar de desextinción, sino de lobos modificados genéticamente (en concreto 14 genes)”, dijo Carles Lalueza-Fox, paleogenetista e investigador del Instituto de Biología Evolutiva (España), a la agencia EFE.
“Como no se ha publicado el genoma del lobo huargo, no sabemos cuántos genes lo diferencian del lobo gris, pero atendiendo al tiempo de divergencia de ambas especies (unos 4 o 5 millones de años), serán varios miles”, y en el experimento solo han usado genes con expresión en el aspecto externo, añade.
Lo que Colossal Biosciences ha producido es un lobo gris con características similares a las de un lobo gigante, pero no se trata de un lobo gigante reintroducido, sino de un híbrido, enfatiza Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología de Madrid.
“Colossal Biosciences no resucitó a los lobos terribles. Ver que este trabajo se realiza con tan desprecio, no solo por la verdad, sino por la vida misma, me resulta realmente aborrecible”, escribió por su parte Jacquelyn Gill, paleoecóloga de la Universidad de Maine en una serie de publicaciones en Bluesky.
Pero incluso el lobo terrible podría ni siquiera ser un lobo del todo… Muchos investigadores también se apresuraron a señalar que, según un análisis genético publicado en 2021 en “Nature”, el lobo terrible podría no ser un lobo en absoluto, sino pertenecer a un linaje norteamericano de perros que se desvió de los ancestros de los lobos grises hace más de 5 millones de años, agrega el artículo de “Science” y que, como declaró a éste en 2021 la autora principal de dicho estudio, Angela Perri, el lobo terrible estaba más estrechamente emparentado con el chacal africano que con el lobo gris y podría haberse parecido a un coyote gigante y rojizo.
CAPTAR A LOS INVERSIONISTAS.
Colossal es una empresa valorada en más de 10.000 millones de dólares, con inversores de firmas de capital riesgo y personalidades como Thomas Tull, productor de la película Jurassic World, Paris Hilton, Peter Jackson y Chris Hemsworth, escribe el periodista de ciencia Javier Salas, Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar de “El País”.
En su artículo “Ni han resucitado a los lobos gigantes, ni son la primera especie desextinguida…”, recoge la opinión del genetista español Lluís Montoliu, quien refiere que la empresa está al frente de la modificación genética masiva, pero generando estas criaturas como si fuera tecnología recreativa, para mantener a los accionistas interesados. No obstante, reconoce su desconcierto entre la ciencia de primera clase y el circo que se asocian en este proyecto.
El genetista recuerda que, según Colossal y su fundador George Church, el objetivo de devolver los mamuts a la naturaleza es “combatir el cambio climático, apisonar la tundra, compactar el terreno e impedir que se escapen los gases de efecto invernadero”, y eso puede “ser más o menos creíble”. En este caso, “no creo que sea para desextinguir al lobo”, dijo a EFE.
Científicos y conservacionistas también han cuestionado el papel que estos cachorros de lobo, criados en un recinto secreto de 800 hectáreas en algún lugar de Estados Unidos, deberían desempeñar en el mundo moderno, refiere Jacobs. “Si bien Colossal argumenta que los lobos terribles fueron una especie importante en los ecosistemas antiguos, los hábitats en los que vivían, y muchos de los animales de los que se alimentaban, ya no existen”.
Javier Salas concluye señalando que Colossal logra un impacto publicitario fenomenal cada cierto tiempo con sus éxitos científicos, como los ratones lanudos y estos lobos gigantes, pero detrás hay un desarrollo de biotecnología que puede proporcionar mucho rendimiento a la empresa.
Por ejemplo, el proceso que llevó a los lobos se realizó mediante células progenitoras endoteliales (EPC) extraídas de la sangre de lobos vivos, evitando técnicas invasivas. También están desarrollando úteros artificiales para gestar estos animales, biobancos celulares para la conservación, una plataforma de edición genética multiespecie…
“Hay innumerables herramientas aplicables a la medicina humana y la biología que podrán ser patentados y comercializados para el desarrollo de tratamientos, para mejorar la reproducción asistida o para dar soluciones medioambientales. Colossal ya ha generado varias empresas derivadas, como una para la degradación de plásticos mediante microbios y otra de biología computacional con aplicaciones biomédicas”.
The biotech company Colossal Biosciences declared on Monday it had “resurrected” the dire wolf. The bold claim was immediately met with skepticism and outrage from scientists on social media. https://t.co/PlEEsbxO7E
— News from Science (@NewsfromScience) April 8, 2025