Academia

Ha registrado más de 19 mil organismos en 113 cadáveres humanos. La biología contribuye a fortalecer el sistema de justicia en el esclarecimiento de diversos casos

Insectos, testigos silenciosos que resuelven crímenes sin voz

Insectos. Fray Martín Pérez Villegas, estudiante del cuarto semestre de la Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Conservación de la UAEH. (Nelly Téllez Islas)

Investigación forense: insectos como aliados en la justicia

A veces, la policía encuentra cuerpos inertes en un estado de descomposición tan avanzado que impide a los médicos forenses realizar su labor. En estos casos, el acceso a la justicia puede complicarse debido a la dificultad de determinar la causa de la muerte o el tiempo exacto en que ocurrió.

Ante esta situación, la entomología forense ofrece una solución invaluable, ya que cada insecto actúa como un testigo silente que alberga información crucial. Moscas, larvas, escarabajos y otros insectos que colonizan los cadáveres proporcionan pistas relevantes sobre los eventos que rodearon el deceso de una persona.

De esta manera, un especialista en entomología forense puede determinar con precisión cuánto tiempo ha transcurrido desde la muerte. Para ello, analiza la presencia de ciertos insectos, los cuales pueden revelar detalles sobre el lugar de la muerte y las condiciones ambientales.

Así, la entomología forense convierte a estos pequeños seres en aliados clave para la justicia, quienes actúan como cronistas silenciosos de la descomposición, ofreciendo información vital que, con otros métodos forenses, sería difícil de obtener. Además, permite descubrir verdades que, de otro modo, quedarían ocultas.

Para conocer más sobre esta disciplina científica poco conocida, Fray Martín Pérez Villegas, estudiante del cuarto semestre de la Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Conservación de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), quien a su vez, es el primer entomólogo forense de la entidad, y de los pocos que existen a nivel nacional, explica acerca de ella.

Un proyecto científico que combina experiencia y creatividad

Pérez Villegas cuenta con 15 años de experiencia en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), donde se desempeña como perito en entomología forense, adscrito a la División Científica de la Agencia de Investigación Criminal, en el Servicio Médico Forense de Pachuca de Soto.

Su carrera como perito en entomología forense le ha permitido estudiar a los insectos que se encuentran en los cadáveres en distintas fases de descomposición. Esta experiencia le motivó a continuar su carrera profesional, con el propósito de mejorar significativamente el conocimiento de la entomofauna cadavérica en el estado de Hidalgo y a la justicia en general.

Indicó que, en un principio, le costó enfocar la idea, ya que en el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI) se realizan muchos proyectos a nivel molecular, taxonómico y sobre la interacción de comunidades. Pero gracias al apoyo de su asesora, la doctora Ana Paola Martínez Falcón, logró encaminar su proyecto de tesis.

“Con esta investigación queremos saber cuáles son los insectos que hay en los cadáveres humanos, porque es un área que casi nadie explora. En México se realizan dos tipos de estudios: uno es el relativo a la entomofauna cadavérica en animales, como perros y cerdos; el segundo es con biomodelos que replican las condiciones de un cuerpo humano. Pero el detalle es que hay muy pocos estudios con cadáveres humanos reales”, comentó el estudiante Garza.

En este sentido, ha registrado más de 19 mil organismos en 113 cadáveres humanos, convirtiéndose, hasta el momento, en uno de los estudios más amplios para analizar los insectos que colonizan los cuerpos en distintas fases de descomposición, lo cual es esencial para mejorar la precisión de las investigaciones forenses, para determinar el tiempo transcurrido desde el fallecimiento.

Insectos en la escena del crimen

Fray Martín explicó que los insectos son fundamentales para los peritos cuando han pasado muchos días del fallecimiento de la persona. Su aparición permite a los expertos estimar el tiempo de muerte con un alto grado de precisión.

En cadáveres recién fallecidos, los médicos forenses pueden estimar el tiempo de muerte usando técnicas como la temperatura corporal, la rigidez cadavérica o la opacidad corneal. Sin embargo, cuando el cuerpo entra en descomposición, estos métodos ya no son suficientes, por lo que es necesario recurrir al análisis de la entomofauna cadavérica como complemento.

Si bien las moscas verde-azul metálicas y los escarabajos son los insectos más comunes en los cadáveres, investigaciones y experiencias previas han demostrado que factores como la temperatura, el clima e incluso la ubicación geográfica también influyen en la presencia de otras especies de insectos, alterando significativamente la fauna cadavérica, lo que hace que cada caso sea único y requiera de un análisis específico.

“Son pequeños, pero los insectos proporcionan información valiosa. En estos casos, las moscas son los primeros insectos en llegar y depositar sus huevos en los orificios naturales del cuerpo, como los ojos, las fosas nasales, oídos o la boca. A medida que avanza el proceso de descomposición, otros insectos se incorporan en momentos específicos, cada uno contribuyendo con datos importantes sobre el tiempo transcurrido desde la muerte”, comentó el alumno Garza.

Contribución a la justicia y la ciencia forense

El trabajo realizado por Pérez Villegas no solo tiene implicaciones científicas, sino también judiciales. “En los últimos 15 años, hemos logrado que varios criminales sean detenidos gracias a las pruebas obtenidas mediante el análisis de insectos en los cadáveres. Evitando la impunidad”, señaló Pérez Villegas.

El alumno Garza destacó que esta investigación, con su enfoque único, podría sentar las bases para expandir la entomología forense especializada, como la entomotoxicología. Esta rama se enfoca en analizar insectos para detectar rastros de sustancias tóxicas, como drogas de abuso en los cadáveres, lo que podría ser clave para resolver casos de sobredosis y otros crímenes relacionados con sustancias.

No obstante, también es posible realizar estudios para identificar personas a través del ADN, lo que podría ser crucial para resolver casos aún más complejos. Aunque aún queda mucho por investigar en este campo, el alumno Garza expresó su satisfacción al ver cómo la biología está fortaleciendo las ciencias forenses en Hidalgo y contribuyendo al esclarecimiento de diversas investigaciones judiciales.

Lo más relevante en México