Cultura

Hoy también tenemos madres y padres que sufren porque no saben dónde están sus hijos o hijas, tal y como María y José lo vivieron con Jesús, dice María Amparo Clausell. La muestra en el Museo de El Carmen busca generar una empatía con esas mujeres y hombres, añade

“Altares de Dolores. Corazones en luto de María y José” muestra el sufrimiento y desesperación por pérdida de un hijo o hija

Exposición en Semana Santa La exposición se conforma por siete altares dedicados a los siete dolores que la Virgen María sufrió. (Museo del Carmen)

La exposición “Altares de Dolores. Corazones en luto de María y José”, conformada por siete altares distribuidos en las salas del Museo de El Carmen, muestra el dolor y la angustia que viven sin descanso las madres y padres ante la pérdida o desaparición de un hijo o hija y no poder encontrarlos ni saber si viven o no.

Es un tema que no es nuevo y al cual también tiene otro componente que en muchas ocasiones va al lado: la migración. María, José y el niño Jesús son migrantes que huyen de Belén para que el bebé que lleva en sus entrañas la virgen no fuera sacrificado.

Hoy, vemos como muchos migrantes sufren las calamidades de dejar su país, de llevar en una bolsa o mochila toda su historia. Dejan familia, amigos, cultura y costumbres, con lo cual llevan ya un dolor y aumenta cuando llegan a destinos inciertos e incluso cuando su existencia es incierta y nada se sabe de algunos de ellos.

Esta exposición busca generar la empatía con esas mujeres y hombres y reflexionar sobre lo que viven las madres y padres que han perdido a un hijo o hija, añade María Amparo Clausell, directora del Museo de El Carmen.

Exposición en Semana Santa La exposición también ofrece una narrativa museográfica en torno a problemáticas sociales actuales.

LA MUESTRA

La directora señala que la exposición se conforma por siete altares dedicados a los siete dolores que la Virgen María sufrió con el fallecimiento de un hijo y, “son los mismos dolores que vivió recibió José”.

Porque, agrega, José también sufre, los hombres también sufren por la muerte de un hijo. Los siete dolores de la Virgen María fue la profecía de Simeón cuando les platica a ella y José que van a ver sufrir a su hijo. Primero tienen que afrontar el dolor de dejar su tierra para evitar que mataran a su hijo. Son migrantes. Después el niño Jesús estuvo perdido en el templo por tres días. Ya de adulto, Jesús sería crucificado, y en ese tiempo que llamamos La pasión de Jesús, él tiene el encuentro con su madre, la Virgen María, en la calle de La amargura, donde se cruzan sus miradas. Él va cargando su cruz, antes de la crucifixión y cuando realmente matan a Jesús, viene el descenso, cuando lo bajan de la cruz, donde el dolor es más impresionante para María. Finalmente, viene el entierro de Jesús.

Lo anterior, dice María Amparo Clausell, hace que la exposición sea muy interesante y en la que no sólo fue poner una escenografía de altares, sino tiene un profundo estudio y gran curaduría por Víctor Cruz Lazcano y el investigador Andrés Calderón

De esta manera, añade la directora del Museo El Carmen, los cuadros en exhibición para armar “Altares de Dolores” fueron perfectamente investigados y se ve la buena mano de los pintores que los hicieron.

Un ejemplo de esto, indica, es el cuadro de “La Virgen de Dolores” con las siete espadas y hay dos ángeles adelante. “Esos dos ángeles los sacamos y con esto buscamos decir que el dolor sigue existiendo, en las muertes, en la desaparición de un hijo. No quisimos tocar el tema como si fuera algo político, pero en esta época tanto las madres como los padres sufren por la desaparición de un hijo, igual que sufrió la Virgen María por Jesús.

Exposición en Semana Santa. María Amparo Clausell, directora del Museo de El Carmen.

En otro altar, añade, tenemos una Virgen Dolorosa con un manto azul hermosamente pintado y la tela la sacamos y cae sobre el altar. “El dolor de una madre sigue existiendo junto al de un padre, lo que hoy pasa en nuestra época. Esta fue la idea para desarrollar estos “Altares de Dolores” y somos el único museo que lo hizo.

“En otros altares tenemos representaciones de con flores, con esferas de vidrio que se usaban en el siglo XVIII, porque reflejaban la luz, con papel picado, velas y veladoras, además de las frutas que generalmente son naranjas, porque las naranjas eran agrias, como las lágrimas de la Virgen”.

Y por supuesto la chía, explica, porque es la esperanza que se siembra. También ahora, con lo de los desaparecidos estamos con una gran esperanza de que las madres y padres puedan encontrar a sus seres perdidos.

José, María y el niño Jesús y el dolor de ser migrantes.

María y José y el niño Dios fueron migrantes y debemos de entenderlos, porque debe ser horrible salir de tu país y dejar toda tu historia. Y en las última sala, que tiene piezas contemporáneas, hay tres chamarras de mezclilla, creadas por Luis Alberto Colomos, en una de éstas hay una cara pintada que refleja el dolor una migrante con una bolsa gris en el hombro. En esa bolsa lleva toda su vida.

Se puedes cargar toda tu vida en una bolsa. No. ¿Qué te llevas? ¿Qué dejas? La cara tiene un dolor impresionante, como si dijera: me tengo que ir de mi país con esto que es lo que puedo, y después se pintó también una mujer así con la cara agachada tapando sus facciones, pero con una línea roja que atraviesa la espalda de un hijo, y esa línea roja llega al corazón de la señora.

No se pintó exactamente como una espada, es una pintura moderna contemporánea y en la otra que pintó a la mujer que puso en marcha el programa de buscadoras: Marisela Escobedo.

Y además hay obras de otros artistas contemporáneos: Mauricio Sánchez Patzy, Antonio Álvarez Morán y Alejandro Soleá, quienes crearon series de técnica mixta, bajo la misma temática.

Exposición en Semana Santa Los cuadros en exhibición para armar “Altares de Dolores” fueron perfectamente investigados.

También pusimos una pared donde citamos exactamente a la fuente de los medios sobre lo que dicen las madres. Hay una frase muy fuerte que denuncia: “En estas manos no debería de traer una pala, debería de estar abrazando a mi hijo y sin embargo estoy escarbando la tierra”. Es una cosa a fuertísima.

¿Parece que como humanidad no nos damos cuenta que la migración y las personas siempre generan algo importante, que siempre es más que los actos desafortunados?

Exactamente y pueden ser judíos o pueden ser lo que quieran, pero todos tienen una virgen por delante y eso es como una esperanza, que dentro de esa negatividad que tenemos, que tuvimos a la hora de interpretar estos altares de dolores, encontramos que en casos de alguien, siempre alguien te espera, entonces siempre hay esperanza tratándolo de ver positivamente y no nada más negativamente.

Y en todo esto, hay algo muy importante: la familia, el resguardo que siempre nos espera.

¿Qué obras están en la muestra?

Tenemos grandes obras como “El señor de Santa Teresa”, de José de Ibarra; “El sueño de San José”, de Juan Correa, y “Virgo Dolorosísima”, de fray Miguel de Herrera, que son parte de las 150 piezas que se exhiben que son pinturas de caballete, esculturas de vestir y objetos de uso cotidiano de los siglos XVII al XXI, procedentes de colecciones públicas, privadas y eclesiásticas, entre ellas las de los templos de San Sebastián Atzacoalco y Santa Teresa la Nueva, del Centro Histórico capitalino, y la parroquia de San Isidro Confesor, en Huixquilucan, Estado de México, y de los museos Nacional de las Intervenciones y del Colegio de las Vizcaínas. El 70 por ciento de esta selección procede de los acervos del propio Museo de El Carmen y sobresale el óleo, datado entre los siglos XVII-XVIII, “Los dolores de San José”, en el que su imagen aparece rodeada de cartelas que representan sus aflicciones, como los mencionados pasajes bíblicos.

“Altares de Dolores. Corazones en luto de María y José” podrá visitarse hasta julio de 2025, en el Museo de El Carmen (av. Revolución 4 y 6, San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México). La entrada es gratuita.

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