
El helio, ese gas que hace flotar globos en fiestas infantiles es en realidad un recurso estratégico que sostiene avances médicos, revoluciones tecnológicas y descubrimientos científicos. Sin embargo, su uso frívolo y la falta de conciencia global lo están convirtiendo en una bomba de tiempo invisible.
¿Qué es el helio y por qué es tan valioso?
Imagina un gas tan ligero que escapa de la tierra hacia el espacio… así es el helio. No se fabrica: nace de la descomposición de rocas radiactivas bajo el suelo y queda atrapado en yacimientos de gas natural, extraerlo es un rompecabezas: es caro, técnicamente complejo y, debido a su tamaño microscópico, hasta el 30% se pierde durante el proceso. Aunque es el segundo elemento más abundante del universo, en nuestro planeta es más escaso que el oro. Solo cuatro países lo producen (EE.UU., Argelia, Qatar y Rusia), y crisis como guerras, sanciones o fallas industriales, como el cierre de la planta rusa Amur en 2022, pueden disparar su precio y paralizar su suministro global.
Globos: ¿Diversión o crimen ambiental?
El 10% del helio mundial se destina a inflar globos de fiesta, un lujo efímero con consecuencias letales:
- Basura tóxica: Los restos de nailon y metal contaminan océanos, enredan a animales y tardan décadas en degradarse.
- Riesgo eléctrico: Sus carcazas provocan incendios forestales y cortes de luz al enredarse en cables de alta tensión.
Aunque países como Noruega o Australia han implementado restricciones (prohibiciones en fechas específicas o zonas protegidas), estas medidas son insuficientes. El problema no son solo los globos liberados, sino lo asequible que resulta su consumo, sumado a su venta masiva sin regulación.

El héroe oculto de hospitales y laboratorios
Olvida los globos: el verdadero valor del helio está en salvar vidas y descifrar el futuro, en otras palabras, es el aliado invisible de la medicina moderna:
- Resonancias magnéticas: Sin helio líquido, estas máquinas que detectan cánceres, lesiones cerebrales o problemas cardíacos en minutos serían imposibles. Sus imanes superconductores requieren estar a -269°C (¡más frío que el espacio exterior!), una temperatura que solo el helio puede mantener. Cada equipo necesita 2,000 litros de este recurso… y pierde un 10% anual por evaporación.
- Carrera científica: En laboratorios, la resonancia magnética nuclear (RMN) —una tecnología hermana de la médica, revela la estructura de moléculas 1,000 veces más pequeñas que un grano de arena y gracias a ella, se diseñan medicamentos contra toda clase de enfermedades o plásticos biodegradables.
En el Instituto de Ecología A.C., por ejemplo, la RMN ayuda a descubrir moléculas que podrían tratar de combatir plagas, nuevos procesos químicos para producir moléculas de importancia médica, descifrar la estructura de moléculas provenientes de plantas, hongos o bacterias, estos hallazgos son semillas de futuro: algunas germinarán en curas; otras, en tecnologías que hoy ni imaginamos.

La gran paradoja: un universo de moléculas por explorar
¿Sabías que solo conocemos una muy pequeña cantidad de las moléculas existentes en la naturaleza? El resto es un misterio, y el helio junto con la RMN, es la linterna que nos permite explorar esa oscuridad. Cada molécula descubierta podría esconder la clave para:
- Tratar enfermedades crónicas.
- Crear materiales revolucionarios (como superconductores a temperatura ambiente).
- Combatir el cambio climático.

Conclusión
El helio no es un juego: es un recurso no renovable que sostiene diagnósticos médicos, avances tecnológicos y la esperanza de un futuro sostenible. Sin embargo, su uso desmedido como decoración para fiestas, sumado a la falta de legislación global, lo convierten en una crisis en cámara lenta.
La pregunta no es ¿hay alternativas? (el reciclaje y nuevas tecnologías son opciones, pero aún limitadas), sino ¿despertaremos antes de que sea demasiado tarde? El helio nos recuerda que, a veces, los recursos más invisibles son los que sostienen el mundo que conocemos.
El futuro no se infla con globos: se construye con ciencia, conciencia y decisiones audaces.
*Laboratorio de química orgánica y resonancia magnética nuclear de la Red de Estudios Moleculares Avanzados del Instituto de Ecología, A.C. Xalapa, Veracruz, México.