Tras la aprobación de la Ley General de Ciencia, este miércoles las academias de Ciencias, de Ingeniería y Nacional de Medicina –representantes de una parte importante de la comunidad académica mexicana– lamentaron la votación del dictamen.
“De manera sorprendente y sin honrar el diálogo y la apertura hacia la comunidad académica, la Cámara de Diputados aprobó el día de hoy el proyecto de la nueva Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnología e Innovación”.
En un comunicado enfatiza que la aprobación ocurre sin haber concluido los parlamentos abiertos convocados por la misma cámara y “a pesar de que las academias, y la comunidad científica han expresado múltiples preocupaciones en torno a este proyecto de ley”. Añade que son de particular preocupación las restricciones que impone a la libertad de investigación.
“Confiamos en que el Senado de la República, antes de someter la propuesta a votación, escuche los argumentos sustantivos del sector académico sobre las consecuencias negativas del proyecto de ley y rechace su contenido”.
Por su parte, en su cuenta de Twitter, la directora de Conacyt, Elena Álvarez-Buylla, se congratuló por la aprobación en las comisiones –proceso en el que la oposición abandonó la discusión. “Felicito a las y los Diputados de las comisiones unidas de Educación y de #CTI por el cuidadoso trabajo legislativo para la aprobación del dictamen de #LeyGeneralHCTI que incorpora 250 modificaciones al texto original y que ahora pasará al pleno para su discusión. #SíALaLeyHCTI”.
Por su parte, Brenda Valderrama, investigadora de la UNAM, miembro de ProCienciaMx y una de las principales especialistas en política científica del país, escribió: “Por sus deficiencias de fondo y forma, la nueva Ley será vulnerable jurídicamente ante el ejercicio de demandas de amparo, lo que podría llevar a su suspensión provisional y, potencialmente, a su derogación”.
En la misma red social, Alma Maldonado, académica del Cinvestav y miembro de la red ProCienciaMx escribió: “Aprobado el proyecto. Fue todo tan desaseado que ni aplausos hubo del pleno. Nadie en su sano juicio puede estar contento o contenta con el resultado de lo que pasó con la ley de ciencia. Primer tiempo: Conacyt 1, comunidad académica 0. Nos vamos al segundo tiempo (Senado)”.
“Aprueban sin leer, sin discutir y sobre todo sin pensar”, escribió a su vez Jacobo Dayán, especialista en derecho internacional, derechos humanos y académico de la Ibero. “Se asumen orgullosamente como lacayos. No representan a la ciudadanía…”.
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