¿Por qué México otorgó el Premio Nacional de Ciencias 2022 al Doctor Gustavo Mora Aguilera? Una respuesta para lectores apresurados podría ser: Porque gracias al trabajo de Mora Aguilera y su equipo, este país pudo contener la gravísima plaga de la roya del café, que en 2012 devastó campos en Centroamérica y pudo haber dejado en la miseria a 500 mil familias mexicanas que dependen de ese cultivo aromático.
“Al conocer el anuncio del Premio Nacional de Ciencias 2022 sentí orgullo por el campo mexicano, porque a las ciencias agrícolas se les ha concebido como el traspatio de la ciencia y este reconocimiento nos permite demostrar que las ciencias agrícolas tienen y aplican el rigor científico. Yo me siento muy orgulloso de pertenecer a un gremio que ha demostrado que el conocimiento científico es aplicable al campo, pero también que el campo es un área fértil para la generación de ideas, al mismo tiempo que es humanizante, pues en agricultura ninguna solución puede ser eficaz si no se incluye a los seres humanos, quienes tiene conocimiento propio acumulado y quienes toman decisiones en la aplicación o adaptación de esos conocimientos”, comenta para los lectores de “Crónica” el científico nacido en Apatzingán, Michoacán, en 1962 y graduado con honores de la carrera de Ingeniero Agrónomo, de la Universidad Autónoma de Chapingo.
¿Por qué México otorgó el Premio Nacional de Ciencias 2022 a Gustavo Mora Aguilera? La respuesta para lectores más curiosos podría ser: porque es un científico experto en epidemiología de vegetales, que durante cuatro décadas ha estudiado enfermedades de plantas de interés agrícola y ha roto varias formas tradicionales de pensar, hasta encontrar soluciones que ayudaron a afrontar epidemias en cultivos tan diferentes como agaves, cítricos y cafetales.
“La ciencia no es estática; debe ser dinámica. Muchas veces encontramos que el conocimiento alcanzado se puede convertir en una camisa de fuerza que nos impide continuar con el crecimiento porque ya no nos atrevemos a cuestionar ese conocimiento. La ciencia debe ser constantemente cuestionada, para ayudarla a crecer; no puede ser dogmática. Y es importante señalar que esta actitud de estar cuestionando constantemente lo que ya es aceptado por muchos es lo que hace la diferencia entre el verdadero científico, que todo el tiempo se está haciendo preguntas, y el practicante de la ciencia, que sólo aplica lo demostrado”, comparte el científico galardonado.
Maestro y Doctor en Fitopatología, titulado en la Universidad de Florida, en Estados Unidos, Gustavo Mora es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt), en su Nivel 3. También, como parte de su trabajo en innovación, ostenta 14 registros tecnológicos ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor (Indautor) y dos patentes en proceso, ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Un dato que pocos conocen es que, durante la pandemia de COVID19, Gustavo Mora y su equipo usaron herramientas de epidemiología fitosanitaria para crear un nuevo modelo de vigilancia epidemiológica para poblaciones humanas y una prueba de detección de contagios. Esas aportaciones fueron entregadas a la Secretaría de Salud, lo que es un ejemplo de por qué, este profesor e investigador del Colegio de Posgraduados (ColPos), está en contra de los diques que fragmentan y separan a las distintas disciplinas de la ciencia.
“Como comenté, la ciencia debe ser revisada constantemente y todas las innovaciones que se integren deben estar respaldadas con datos duros. En el caso de la pandemia de COVID19, nosotros planteamos que todos los científicos podíamos colaborar para afrontarla, no sólo los científicos especializados en salud humana. Así fue como usamos principios transversales de la epidemiología, que comparten la epidemiología de humanos, animales y plantas, para desarrollar el modelo de vigilancia epidemiológica que entregamos a la Secretaría de Salud.
"Este trabajo es el resultado de esa costumbre que tenemos de romper paradigma y está basado en un punto de vista filosófico que entiende los problemas desde una visión holística y sistémica. Los científicos no podemos circunscribirnos a trabajar en un solo sistema”, agregó el experto que, por su enfoque epidemiológico innovador, ha impartido cursos en Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
En 2012, una epidemia de Roya (Hemileia vastatrix), comenzó a devastar cultivos de café en Centroamérica. Ante la amenaza, el gobierno mexicano solicitó apoyo al Doctor Gustavo Mora. Así se aplicó un modelo que cambia el enfoque y, en lugar de reaccionar a la plaga, enfocó la atención en comprender a la planta del café, sus procesos de producción, tránsito y selección de variedades. “Nuestros datos duros nos dijeron que no era necesario hacer cambios de variedades ni aplicar controles químicos altamente reactivos. El nuevo paradigma no fue trabajar en torno a una enfermedad, sino en torno a un complejo de problemas que pone en riesgo la salud del cultivo. Por eso, incorporábamos el conocimiento y prácticas del productor a la estrategia y pudimos contener la plaga”, cuenta Mora Aguilera. “Logramos una transición muy completa en dos áreas: 1) El desplazar el eje de atención desde la plaga hacia la planta; y 2) Cambiamos el principio de protección hacia el de prevención”.
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