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Aislar reservas marinas ayuda a sostener las actividades económicas de las pesquerías

Estudio binacional México-Estados Unidos presenta los beneficios de proteger estas por varios años

Tiburones en una cueva
Expediciones científicas a las Islas Revillagigedo han demostrado que son refugio y guardería de especies marinas que habitan profundidades medias y cerca de la superficie. Expediciones científicas a las Islas Revillagigedo han demostrado que son refugio y guardería de especies marinas que habitan profundidades medias y cerca de la superficie. (Octavio Aburto)

Un estudio binacional México-Estados Unidos, realizado por biólogos marinos en las Islas de Revillagigedo, desmintió que aislar durante varios años reservas marinas para permitir que sean zonas de refugio, reproducción y crecimiento de ejemplares juveniles de peces, crustáceos y moluscos, perjudique económicamente a la industria pesquera.

El estudio fue publicado en la revista científica estadunidense “Science Advances” y firmado por cuatro autores: Fabio Favoretto, del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación A.C., así como del Instituto Scripps de Oceanografía; Catalina López Sagástegui, del Instituto de las Américas en la Universidad de California en San Diego (UCSD); Eric Sala, de la Sociedad National Geographic, y Octavio Aburto, también del Instituto Scripps de Oceanografía.

En noviembre de 2017, el Parque Nacional Revillagigedo se estableció en el Pacífico mexicano, ocupando el número 13 en la lista de las Áreas Marinas Protegidas (AMPs) más grandes del mundo. Ese territorio abarca el 4.2 por ciento de la zona económica exclusiva (ZEE) de México y está totalmente protegido de la pesca y otras actividades extractivas.

A lo largo del proceso de la declaratoria, el sector pesquero mexicano se pronunció particularmente en contra del establecimiento de la nueva AMP, alegando una pérdida potencial de hasta el 20 por ciento de sus capturas de atún y otras especies marinas que viven en aguas de profundidad media o cerca de la superficie. Estas afirmaciones de la industria pesquera fueron rechazadas por numerosos miembros de la comunidad científica, que ahora retoman la discusión con datos nuevos.

Para abordar la controversia con una perspectiva científica, el equipo de investigadores definió un área geográfica cercana pero afuera de la reserva protegida, la cual sirvió como muestra y fuente de datos.

Después de seleccionar y marcar el área de estudio, se revisaron los reportes de captura anteriores y posteriores a la implementación del Parque Nacional; desde 4 años antes (2014 a 2017), hasta 4 años después (2018 a 2021). Luego, para calcular el desplazamiento en términos de espacio, es decir, huella de pesca, utilizaron rásteres, que son fotografías áreas digitales, imágenes de satélite, imágenes digitales y mapas escaneados que permitían documentar los desplazamientos de especies marinas de interés comercial, así como los desplazamientos de barcos y flotas pesqueras. Todos estos datos en formato ráster alimentó fórmulas que sirvieron para calcular cuando la actividad pesquera disminuyó o aumentó en el intervalo de 8 años estudiado.

“Nosotros probamos estos supuestos evaluando el comportamiento y la productividad de la flota pesquera industrial mexicana antes y después de la implementación del Área Marina Protegida más grande de América del Norte, que es el Parque Nacional Revillagigedo, cuya extensión mide 147 mil kilómetros cuadrados. No encontramos disminución en las capturas ni relación causal entre la variación de la huella espacial de la flota industrial y la implementación de esta AMP. Nuestros hallazgos se suman a la creciente evidencia de que las Áreas Marinas Protegidas, bien diseñadas, benefician a los ecosistemas marinos y, a largo plazo, también pueden beneficiar a las pesquerías que apoyan”, indica el texto publicado por el equipo binacional.

FALTAN MÁS AMP

A pesar de las recomendaciones científicas y los compromisos internacionales para proteger al menos el 30 por ciento del océano, menos del 3 por ciento de todos los mares del mundo están alta o totalmente protegidos, como se define desde octubre de 2022 en la Guía de AMP, elaborada a partir de las Metas de Desarrollo Sostenible planteadas por la ONU.

Quienes están a favor de que crezca el número de AMPs han iniciado un gran movimiento internacional para demostrar datos de que esas reservas restauran la vida marina dentro de sus límites y también pueden reponer las pesquerías cercanas. En sentido opuesto, compañías y organizaciones pesqueras argumentan públicamente que después de que se establecen grandes AMPs, el esfuerzo pesquero se desplaza a áreas no protegidas y la industria pesquera incurre en pérdidas económicas.

En el caso de México, el gobierno federal afirma que las AMP cubren ya el 21.8 por ciento de la Zona Económica Exclusiva de México; pero hay diferentes evaluaciones que sostienen que solamente el Parque Nacional Revillagigedo y algunas AMP pequeñas gozan de protección total. Ellas sólo sumarían el 4.6 por ciento del la Zona Económica Exclusiva, dejando abierta a la pesca el otro 95.4 por ciento de la ZEE mexicana.

Parque Nacional Revillagigedo nació con apoyo científico

En 2016, se llevó a cabo una expedición científica encabezada por Pristine Seas de National Geographic y Mares mexicanos, cuyo objetivo era recolectar datos sobre el archipiélago de Revillagigedo, ubicado a 386 kilómetros al suroeste de Cabo San Lucas, en Baja California Sur. Utilizando tecnología de vanguardia, como cámaras sumergibles hasta 3 mil metros, un submarino para explorar hasta 500 metros y el marcado satelital de especies migratorias, pudieron demostrar la importancia de proteger esta zona compuesta por cuatro islas volcánicas. Con esta información, que científicos entregaron a autoridades mexicanas, el 24 de noviembre de 2017, el gobierno federal creó el Parque Nacional Revillagigedo, un área de 147 kilómetros donde se prohibió la pesca, convirtiéndose en la reserva marina más grande de América del Norte.

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